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sociedad - VIERNES, 22 DE DICIEMBRE DE 2006


Estudiantes manifestándose. JLN

MARRUECOS / reacciones
 

Malestar en la universidad Abdelmalik Essaâdi, de Tetuán

Sobre cuarenta estudiantes permanecen encerrados, desde el lunes, en la biblioteca. Siete se encuentran en huelga de hambre
 

CEUTA
José Luis Navazo
jlnavazo@elpueblodeceuta.com

Según pudo confirmar in situ EL PUEBLO el pasado miércoles, el sindicato de los universitarios marroquíes, UNEM, ha vuelto a protagonizar conatos de enfrentamiento con las autoridades. Como ya informó este medio (El Pueblo, 9 de noviembre), la situación interna de la residencia mixta de estudiantes, sita en las inmediaciones del aeropuerto tetuaní de Sania Ramel y perteneciente a la universidad Abdelmalek Esaaâdi, ha vuelto a verse envuelta en el conflicto.

Aunque las autoridades de la misma minimizan la situación e insisten en que cumplen, esclupulosamente, la legislación vigente, representantes del sindicato universitario manifiestan que las medidas adoptadas son producto de un profundo desencuentro: “No nos ha quedado más remedio. Más de ciento cincuenta compañeros, sobre todo de tercer curso, no pueden acceder a la residencia cuando nos consta que hay suficientes plazas libres”.

El pasado lunes 18, desde la media mañana, grupos de estudiantes se habrían concentrado tanto en el interior de la residencia como a la entrada de la misma, logrando por la tarde y pese al cordón de seguridad privada que guarda el acceso, reunirse en el interior. Desde entonces, unos cuarenta han logrado hacerse fuertes en la biblioteca existente en la residencia, donde piensan permanecen encerrados hasta hoy viernes. Pertrechados de mantas y hornillos, son avituallados por grupos de apoyo. Siete de ellos se encuentran realizando una huelga de hambre. Todavía ayer jueves, por la mañana, unos sesenta estudiantes se manifestaban con pancartas y canciones ante el Rectorado, en el centro de Martil (antiguo Río Martín).

Aunque el sindicato es considerado feudo de los universitarios seguidores de la organización alegal del jeque Yasin, Justicia y Caridad, varios estudiantes consultados por este medio insisten en el carácter democrático de la UNEM: “las elecciones son anuales”, siendo libres de presentarse los estudiantes de cualquier corriente o ideología. “Si los izquierdistas no quieren participar es su problema, la UNEM es el único sindicato legal en la universidad y está para ayudar a todos los estudiantes”.

El principal motivo de protesta es la readmisión de los ciento cincuenta estudiantes que, según el sindicato, “habrían sido expulsados”. También hay quejas sobre las plagas, “endémicas”, de mosquitos junto con la reducción de las horas de agua caliente en las duchas. “Muchas están deterioradas y además, preciamente ahora que es invierno, nos han reducido el horario con agua caliente. Una vergüenza, además de generar problemas de higiene”.

También la facultad de Letras sita a la entrada del antiguo Río Martín, a unos diez kilómetros de Tetuán, ha vivido días movidos, con plantes y huelgas que han sembrado el desconcierto en las filas de los estudiantes: “Los programas de algunas asignaturas no se llevan a cabo, ciertos profesores no están físicamente hablando y no tenemos un material didáctico claro para preparar los exámenes”.

Pese a todo y según insisten las autoridades, la situación en la universidad de Tetuán está bajo control, respirándose pese al malestar latente una relativa normalidad, como ha podido comprobar in situ y a lo largo de este mes EL PUEBLO. La situación para nada es comparable con la vivida en Fez desde primeros de diciembre, que ha llevado a la facultad de Derecho de Dhar El Mehraz a un virtual estado de sitio. De hecho, se ha dado incluso cierta unidad de acción entre estudiantes islamistas y un puñado de universitarios de la izquierda radical, así como otros afines al PJD (Partido de la Justicia y el Desarrollo) encuadrados en la organización Al Wahda wa Tawassol. El decano de la facultad de ciencias jurídicas, económicas y sociales, Farissi Serghini, ha acusado abiertamente a los estudiantes afines a Justicia y Caridad de provocación, incitando a una matriculación libre para la última promoción de estudiantes que obtuvieron su diploma de bachillerato.

Mientras las autoridades universitarias empiezan a hablar de un clima de terror y violencia (el martes 5 un estudiante habría sido apuñalado por discutir con una compañera), Mohamed Benmessaoud, secretario general de la UNEM, rechaza tajantemente las acusaciones de violencia hacia sus compañeros, particularmente los miembros de Justicia y Caridad en el seno de la UNEM.

Para periodistas como Najat Faïssal, “La realidad del clima de violencia psicológica o física sobre el terreno (en Fez), no augura nada bueno”. Jihad Rizk no duda en denunciar, en L´Economiste, lo que llama “la ley de los barbudos”. El decano Farissi insiste, desolado, en “amenazas de arma blanca a profesores y empelados”.

En Tetuán, universitarios afines tanto a la organización de Yasin como al PJD se han desmarcado totalmente de cualquier acción violenta, condenándola sin paliativos. No obstante, fuentes oficiosas de la residencia universitaria de Sania Ramel hablan de cierto clima de sutiles coacciones, roturas de cerraduras y puertas forzadas: “¿O es que acaso eso no es violencia?”. comentan.
 

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