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OPINIÓN - VIERNES, 05 DE ENERO DE 2007

 
OPINIÓN / EDITORIAL

El sosiego del viajero

Musulmanes y cristianos, a los que se han juntado las celebraciones, parece que han preferido no tenerse que aquilatar a los sobresaltos, y han planificado el paso por el Estrecho de forma sosegada (escalonada, como prefieren decir las autoridades competentes). En sus retinas quedan las ‘apretadas’ imágenes de la llegada desde la península, donde Algeciras se convirtió en un ‘cuello de botella’ que libaba la paciencia y conculcaba los peores instintos contra los responsables de aquel ‘cotarro’.

Ríos de tinta corrieron por los rotativos; el salivar de los de la radio fluyó con profusión; y las muecas más abyectas de los televisivos dejaron claro la falta de previsión, la ausencia de infraestructuras, la sinrazón del caos. Casi, de no ser por la paciencia demostrada finalmente por unos y otros, la cosa acaba tan mal como parecían augurar los presagios.

Tras la crisis de la ida, tomaron las autoridades las riendas (al menos eso es lo que se ha querido mostrar a la ciudadanía a través del ejercicio mediático) y montaron una OPE -siglas de Operación Paso del Estrecho- muy circunspecta y apañada para que aquellos que tenían que volver, no tuviesen que padecer tal hecatombe de nuevo: hoy será su ‘prueba del algodón’; no obstante, todo hace vaticinar que no ocurrirá nada. Los sufridores del tránsito no van a permitir que la suerte les pille a traspie. Los que llegan del Aid El Kebir, que son muchos, principalmente desde Marruecos; los que han pasado las Navidades más acá del continente -incluso los que ahora vienen regresando de La Meca hacia Ceuta- han mostrado esa inteligencia que se le supone al ser humano y que, muchas veces, las instituciones (parece) intentan evitar.

La coordinación de la OPE espera gran afluencia de vehículos estos días en los que el fin de semana se junta con el fin de las fiestas, y promete que no se repetirá la sinrazón de la imprevisión, que podrán regresar a los hogares de lo cotidiano para reposar estómagos y cabezas de tan gastronómicas jornadas familiares.
 

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