Las cenizas del poeta ceutí Luis López Anglada reposan desde
primera hora de la tarde de ayer junto a los restos mortales
de su esposa, la también poetisa María Guerra, en el
cementerio abulense de Fontiveros, cuna de uno de los
grandes poetas de la literatura española, San Juan de la
Cruz.
López Anglada que murió en Madrid el pasado 3 de enero a los
87 años de edad fue enterrado ayer, diez días después de su
fallecimiento, en la localidad en la que había desarrollado
gran parte de su vida literaria: Fontiveros. El poeta
caballa era, además, el presidente de honor de la Academia
de Juglares de Fontiveros que ayer le rindió un último
homenaje, con una misa funeral, seguida de un acto poético
en la Iglesia de San Cipriano.
Entre los asistentes se encontraban sus hijos, así como los
juglares de Fontiveros, diecisiete de los cuales recitaron,
una vez finalizado el oficio religioso, algunos de los
poemas escritos por este escritor estrechamente vinculado a
Castilla y León, que recibió en 1961 el Premio Nacional de
Literatura.
Asimismo, acudió el presidente de la Academia de Juglares
fontivereña, el poeta abulense José María Muñoz Quirós,
quien destacó la “generosidad y la bondad” de López Anglada
como persona, así como la calidad de su “amplia y completa”
obra poética.
El acto comenzó con un responso en el exterior del templo,
donde una de las nueras del fallecido, esposa del secretario
de Estado de Justicia e hijo del poeta fallecido, Luis López
Guerra, portaba en una urna las cenizas de Luis López
Anglada. Tras el funeral, el templo acogió un acto poético
en el que los juglares de Fontiveros glosaron la figura del
poeta y leyeron varios de sus poemas.
Posteriormente, la comitiva, integrada por unas doscientas
personas que quisieron acompañar a la familia y despedir a
López Anglada, se trasladó al cementerio de la localidad,
donde reposaban desde hacía cinco años los restos de su
esposa, María Guerra, natural de la cercana localidad
abulense de Cabezas del Pozo. Desde ayer los restos de ambos
se encuentran juntos en el camposanto de esta localidad de
la zona abulense de La Moraña.
Al acto acudieron también el ex secretario de Estado de
Cultura Luis Alberto de Cuenca, los escritores Ángel Guerra
Garrido y Jesús Hilario Tundidor, así como el director de la
Institución Gran Duque de Alba, dependiente de la Diputación
Provincial, Carmelo Luis López, y el subdelegado del
Gobierno, César Martín. También estuvieron presentes los
alcaldes de Fontiveros y Burgohondo, José Ignacio López, y
Juan José Carvajal, respectivamente, de cuyas localidades
era hijo adoptivo Luis López Anglada. El alcalde fontivereño
lamentó la “importante pérdida” que ha supuesto el
fallecimiento del poeta a la vez que anunció la posibilidad
de que en el futuro se celebre un acto de homenaje en su
memoria.
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Ceuta marinera
Ceuta es pequeña y dulce; está
acostada en los brazos del mar, como si fuera una niña
dormida que tuviera la espuma de las olas por almohada.
Ceuta canta latines, cristianada con la sal del estrecho
marinera, y empina su blanca campanera, al espejo del mar
acicalada.
Ceuta es una andaluza niñería que, si saltar pudiera,
saltaría la comba de agua y sal del océano.
Y allí está,
entre la arena y la muralla como una niña que bajó a la
playa
y se fue a la madre de la mano.
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