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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 17 DE ENERO DE 2007

 

OPINIÓN / PERSONAL Y TRANSFERIBLE

Manifestaciones
 


Domingo Ramos
domingoramos@elpueblodeceuta.com

 

Se ha convertido en cotidiano el llevar a cabo una manifestación, organizándose de todo tipo pero, últimamente, las que proliferan son las que partidos, asociaciones, organizaciones no gubernamentales y muchos etcéteras más vienen celebrando para protestar contra la barbarie terrorista.

Así hemos visto como el pasado sábado, a iniciativa de los Sindicatos Unión General de Trabajadores y Comisiones Obreras, se convoca una a la que se adhieren partidos políticos, artistas, entidades de todo tipo y ¡255 asociaciones de ecuatorianos residentes en España!

Y no tenemos por menos que preguntarnos si éstas últimas afloran espontáneamente, pues no conocíamos nada de su existencia, o será que en nuestra nación las asociaciones creadas al amparo de la Constitución “que se inscriben (no se registran) a los solos efectos de su publicidad” (art. 22 de la norma), que nombran una comisión gestora, redactan unos estatutos, los aprueban en junta general, eligen a sus órganos directivos, determinan el domicilio social, formalizan las correspondientes actas de constitución y tramitan su registro en las delegaciones de gobierno, en unas horas se les comunica la resolución de inscripción, según podemos deducir como consecuencia del numero de ellas que asistieron el pasado sábado a la manifestación por “el diálogo y la paz”. O sea, que disponemos de una Administración rápida y eficaz y eso, aunque lo conocíamos, nos congratula gratamente.

Pero el motivo de nuestro comentario no es la diligencia de nuestros funcionarios. Se trata de criticar, que no de censurar ni vituperar, conductas o acciones de quienes hacen uso del derecho de reunión pacífica, la proliferación de estas manifestaciones (dicho sea de paso la mayoría de ellas para castigo, sin culpa que reprender, de los madrileños).

Y se aprovechan estas concentraciones de miles de personas, según quienes las convocan, para criticar al gobierno o a la posición, o llevar a cabo toda clase de reivindicaciones en las que van incluidas algunas, las menos, referentes al objeto de la convocatoria, llenándose, como en la última del pasado sábado, de banderas ecuatorianas, algunas republicanas y otras cubanas. Españolas ninguna, seguramente porque no nos hace falta acreditar nuestra identidad nacional.

Por ello pensamos que contra las armas que emplean los terroristas y los criminales actos que perpetran no cabe ya emplearse con más manifestaciones ni con diálogos.

Existen unas leyes para los que contravienen el mas sagrado derecho de los humanos: la vida y deben aplicarse con todo su rigor a quienes, teniendo el derecho de participar en asuntos públicos libremente elegidos en las correspondientes elecciones, optan por el camino del terror, la barbarie y el asesinato tratando de conseguir unos propósitos que se contraponen a la “regulación de las condiciones básicas que garantiza la igualdad de todos en el ejercicio de sus derechos y en cumplimiento de los deberes constitucionales”, como también determina la norma básica que nos hemos establecido voluntariamente todos los españoles.
 

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