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ACTUALIDAD - VIERNES, 19 DE ENERO DE 2007


porteadores en la frontera. REDUAN.

reportaje / biutz
 

“Nosotros luchamos contra
algo peor, contra el hambre”

Los incidentes se suceden mañana
tras mañana en el puente del Biutz,
mientras cientos de porteadores
intentan ganar un jornal
 

CEUTA
Raúl Mariscal
raulmariscal@elpueblodeceuta.com

Los bultos se mueven de acá para allá sin control aparente y la masa se deja arrastrar a favor de una corriente que los mueve entre un mar de cartones. Muchos no encuentran ni el mínimo resquicio por el que poder pasar y miran la ansiada puerta con la desesperación del jugador que se siente perdedor. Una improvisada barricada de palés de madera impide el paso a los porteadores que colapsan la puerta del puente del Biutz. Tras la madera, la policía, con cara de pocos amigos. Quizás la otra cara amarga de esta historia diaria.

Los incidentes son el pan nuestro de cada día en el Biutz. Los cientos de porteadores que tratan de pasar el mayor número de kilos posibles al otro lado del perímetro fronterizo colapsan el paso. Unidades policiales llegadas desde Sevilla intentan controlar a una masa que se mueve por instinto, por supervivencia. La situación no es fácil para nadie, porque nadie está contento con la situación. Los comerciantes están saturados de incidentes en su polígono. Los porteadores sufren cada día entre una maraña de gente. Y la Policía.

“No luchamos contra la droga ni contra la violencia, lo hacemos contra algo mucho peor, contra el hambre”, comenta uno de los agentes que han tenido que desplazarse hasta el Biutz para apoyar a sus compañeros. Las situaciones de tensión entre las Fuerzas de Seguridad y los porteadores son inevitables. “Muchas veces es tenemos que hacer ruido para que se dispersen porque estos es una locura diaria”. El dispositivo especial que la U.I.P (Unidad de Intervención Policial) ha realizado para impedir el paso tiene fisuras. La picarezca siempre fue una gran aliada y muchos marroquíes aprovechan la más mínima oportunidad para burlar los controles policiales.

“Necesitamos más personal en todo el perímetro fronterizo. No damos a bastos entre el Biutz y la frontera en las horas puntas. La situación que se vive trabajando en una zona como ésta es muy diferente a la de cualquier otro sitio”, aclaraba uno de los policías que realizaba su trabajo en la zona. Esta es una de las reclamaciones permanentes del S.U.P (Sindicato Unificado de Policías) que lleva solicitando desde hace tiempo la incorporación de un mayor número de agentes para cubrir las necesidades de la zona.

La otra cara

Mustafa mira con desesperación la puerta que le lleva a su país. El peso de más de 20 paquetes de pañales cae sobre sus espaldas. Increiblemente un producto destinado a los más pequeños de la casa se convierte en un infierno para este porteador de Castillejo que se tambalea cada vez que intenta elevar el bulto.

No comprende la lucha que vive día tras día para poder llevar el pan a su casa. El tiempo se le acaba y si no es capaz de llevar la mercancía al otro lado de la frontera no verá recompensado sus esfuerzos. Tras un largo rato desiste y divide el bulto en dos. Hoy no sacará mucho en claro, poca mercancía, poco beneficio.

Al igual que él, otras cientos de personas sufren la misma situación cada mañana. Esta actividad da de comer a miles de familias del norte de Marruecos que no ven muy claro su futuro. Mientras que el cuerpo aguante el pan seguirá llegando.

Alternativas

Las autoridades siguen buscando alternativas al puente del Biutz. El delegado del Gobierno, Jenaro García-Arreciado, ya ha confirmado que en Madrid existe “conformidad absoluta” con el proyecto que pretende cerrar el Biutz y trasladar el paso a las cercanías de la frontera entre ambos países. Arreciado afirmó que las ideas generales del proyecto va progresando.

El delegado sabe que las cosas en política no se materializan de un día para otro y afirma que el ritmo de este proyecto no es necesariamente lento, además no olvida de que se trata de una actuación conjunta con el vecino país de Marruecos. García-Arreciado espera que las obras puedan comenzar en un plazo de tiempo prudente y se acabe la concentración de porteadores a consecuencia de la gran actividad que discurre diariamente en el Polígono del Tarajal.
 

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