El PSOE quiere denunciar a través de este comunicado la
falta de respeto que desde el gobierno del PP se tiene hacia
el colectivo de la Policía Local.
Imponer sanciones y multas es una de las labores más
desagradables de quienes forman la plantilla policial ceutí.
Que un constructor, o cualquier otro amiguito del Ejecutivo
local, tal y como denuncia UGT, pueda coger el teléfono en
frente de un policía local que le está multando por cortar
la calle sin licencia previa y provocar que el agente reciba
a su vez una llamada de algún pez gordo del PP diciéndole
que se de la vuelta y se vaya a tomar un cafetito es un
insulto hacia la profesionalidad del policía local y un
ejercicio indecente de abuso de poder.
Este partido exige una explicación del Gobierno ante el
grave caso denunciado por la Unión General de Trabajadores.
Además del extremo denunciado también se alude a una falta
de personal en el departamento de Sanciones que resta
credibilidad a la acción policial y menoscaba su imagen ante
una ciudadanía que tiene derecho a no resignarse a que la
ley no sea igual para todos, sean del PP o no.
El PP está utilizando a la policía local como instrumento
político con el solo objetivo de rentabilizar dicha
manipulación de cara a unas elecciones, obviando el interés
general. Sin embargo, les convoca para informarles (en boca
de la Viceconsejera de Recursos Humanos) de que el cambio de
grupo (del D al C) va a ser posible gracias a la aprobación
del Estatuto Básico de la Función Pública, cuando el PP ya
ha confirmado que va a votar en contra de esta nueva ley que
faculta a la Asamblea de la Ciudad de Ceuta a realizar
cambios de Grupos, Escalas y Sub-escalas dentro de la
estructura de nuestra Administración.
A esta contradicción en el seno del PP se añade otra que ha
puesto al descubierto las mentiras del PP cuando el PSOE
denunció que la policía de barrio, tal y como la
prometieron, no existe. La policía hace rondas por los
distritos y acude donde se le es requerido pero esto no es
sinónimo de “policía de barrio”, un concepto que
necesariamente incluía la presencia continúa y de los mismos
agentes a un barrio concreto con el que mantendría una
relación de estrecho conocimiento con el vecindario. Para
lograr este objetivo hay que reestructurar el servicio de
manera que se asignen agentes específicos a lugares
específicos donde puedan crear vínculos de cercanía con la
población, algo que jamás se hizo desde el Gobierno a pesar
de que mantuvieran lo contrario con tremendo descaro.
Curiosamente, el tiempo nos viene a dar la razón y a
quitársela al Consejero de Gobernación que, de repente, a
cuatro meses de las elecciones, pide ocho voluntarios en la
Jefatura Local para ser policía de barrio, ésta vez
esperamos que de verdad. (Este partido tiene información
sobre un documento oficial solicitando voluntarios para
formar parte de la nueva unidad, denominada “policía de
barrio”)
Por lo tanto, es fácil concluir:
1.- Que mintieron.
2.- Que estas ocho plazas, a pocas fechas de los comicios,
son un acto de electoralismo claro.
3.- Que el hecho de convocarlas demuestra que jamás existió
la policía de barrio demandada por la FPAV y por el PSOE.
4.- Que con ocho policías no se cubre en absoluto el
concepto de policía de barrio o cercanía que necesita
nuestra Ciudad.
5.- Que juegan con el crédito profesional de los policías
constantemente.
|