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OPINIÓN - MARTES, 6 DE FEBRERO DE 2007

 

OPINIÓN / PERSONAL Y TRANSFERIBLE

“El Catavinos”
 


Domingo Ramos
domingoramos@elpueblodeceuta.com

 

Tenemos un conocido (una persona así no puede ser nuestro amigo) que presume, en cuantos actos, comidas, ágapes, homenajes o cualquier sarao en el que participe, de sobresalir de los demás y para ello se las ingenia dando condazos a cualquiera que se le anteponga principalmente si es delante de una cámara ya sea de fotos o vídeo. Además presume de muchas cosas hasta de ser un experto conocedor de vinos y así contemplamos en cierta ocasión en que asistíamos a una comida familiar, previa a la celebración de una boda, invitados por el padrino que quería hacer a todos partícipes de su alegría y satisfacción por el enlace matrimonial de su hija a celebrar aquella misma tarde, ante la llegada del camarero para servir los vinos que se iban a consumir en dicha comida, se apresuró a decir, en alta voz y a fin que le se le oyera, que él “era un experto catador de vinos y que conocía las exquisiteces de todos los caldos que se producen en España, tanto en Castilla y León, La Rioja, Andalucía, País Vasco, etc. al tiempo que se permitía el lujo de hacer una descripción (que se había aprendido de una conocida guía de vinos de España) de la oferta de zumos de uvas castellanos-leoneses y su tradición vitícola refiriéndose a continuación, como si se tratara de un experto conocedor de la vinicultura de la Ribera del Duero, Rueda, Toro, Bierzo, Cigales, de la Rioja Alavesa, de la Rioja Alta o Baja, a la excelente calidad de sus viñedos y del caldo extraído de sus uvas, señalando, entre otras, las variedades de los Vega Sicilia, Pesquera o Protos…

Ante tal perorata, el camarero, como viene siendo habitual cuando se celebra una comida en establecimiento publico, se acercó al catador y le propuso que probara el vino a consumir y así el “conspicuo” que nos ocupa se encargó de explicar, mostrando su copa a todos, meciéndola al trasluz suavemente para denotar las características, color, aroma y temperatura del vino, pausadamente, después de husmearla, con palabras muy claras para mejor hacerse entender: “rojo guinda intenso con borde cereza-anaranjado mas claro, de capa media-alta. Aromas de frutos rojos compotados, roble muy noble, bien integrado, formando un buqué muy de la casa. De complejo y sabroso sabor en boca, atractivo y envolvente, con el marchamo de la calidez y persistencia aromática, según las variedades Carbernet Sauvignon, resto Merlot y Malbec empleadas en su elaboración, o sea, excelente caldo”.

Ni que decir tiene que el “Catavinos” dejó boquiabierta a la concurrencia por los altos conocimientos que había demostrado y no digamos como quedó de embobado el profesional que se lo sirvió no acostumbrado a oír más que el asenso de quien de sus manos recibe una copa de vino o la opinión, antes de acompañarlo a la comida, expresando aprobación de lo que se le ofrece.

A los postres, ya con el ambiente algo relajado y llegada la “hora de las verdades” por los efectos de alcohol, alguien se encargó de aclararnos, reprobando burlescamente la jactancia y pernicioso defecto del tal “Catavinos”, que no era mas que un cantamañanas que presumía de ser alguien importante y de consumir exclusivamente vinos de excelente calidad y alto precio, así como de tener conocimientos enológicos cuando, en realidad, en su casa no se bebía mas que “Don Simón” y, además, se acompañaba de gaseosa de la mas barata para hacer mas largo su contenido.

(NOTA: No se hace preciso aclarar que nosotros también hemos tenido que consultar la “Guía de los Vinos Españoles” para poder repetir lo que el “Catavinos” fue explicando en su “conferencia”).
 

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