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OPINIÓN - LUNES, 19 DE FEBRERO DE 2007

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

Referéndum y felicidad
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

¿Les interesa a ustedes el referéndum andaluz? ¿Qué dicen, que relativamente? Pues me parece mal que ustedes sean tan ceutillitas de la capillita y que barran para su propio Estatuto porque, no deben olvidar que, lo que es de España, nos concierne directamente a todos los españoles. No en vano hemos mamado de idénticos arquetipos mágicos y echado raíces en el paleolítico y antes aún. El primer periodista de la Historia, el cronista romano Estrabón dice en sus entretenidas crónicas que, cuando llegó a la piel de toro encontró a iberos y tartessos con cantos, leyes y costumbres que databan, al menos, seis mil años de antigüedad, que vienen a significar seis mil años de españolidad anteriores a la invasión del Imperio guiri de Roma. ¿Qué musitan? ¿Qué los legionarios acabaron esposando a nuestras rotundas féminas y comenzando a reliar el batiburrillo genético. Sí, es verdad y encima nos llenaron de latinajos y construyeron calzadas y maravillas arquitectónicas sobre el emplazamiento de nuestros lugares de culto, esos que exudan y transpiran energía telúrica de la buena.

Y es que, los españoles, somos muy mágicos porque somos muy antiguos , más que los atlantes que desembarcaron en plan Robinson Crusoe en nuestras costas de Cádiz y se liaron a tallar la piedra con lo poco que tenían, pero trajeron ideas modernas, creencias, valores y arcanos asimilables. Todos los hispanos descendemos de idéntica Magna Mater y fuimos alumbrados en el sancta santorum de unas cavernas que eran camino iniciático. Quien no entienda estas sencillas palabras que pertenecen a nuestra memoria histórica colectiva es porque no está en el ajo de la realidad española, que es lo que es, como es y como fue y no se puede amoldar a novedades ni zarrapastrerías impuestas.

Dejo la Magna Mater y la energía telúrica, porque ustedes la poseen en grado superlativo, con el monte Acho a la vera oxigenando los espíritus. De eso habría de hablarse en los folletos turísticos: de la energía telúrica que se recibe, totalmente gratis y sin canon por uso y abuso, al desembarcar en Ceuta. Y la energía emanante y dimanante de la piedra es sanadora, eso lo sabemos desde antes del tiempo de los druidas celtas, la piedra cura, regenera, conforta y nos devuelve a las cavernas donde, nuestros ancestros, dibujaron con maestría corzos y bisontes, hembras preñadas, peces y manos. Lo que vengo a decir, tras estos bandazos nostálgicos (soy una romántica empedernida y nuestra Historia común me tiene enamorada) lo que vengo a contar es que siendo ayer media tarde el nivel de participación en el referéndum era bajísimo. Y eso que, las fuerzas vivas, se han movilizado pidiendo unitariamente el sí. Pesoe y PePé a la par, con exhibición de artistas como Estrella Morente pidiendo la participación y la afirmación, porque es bueno para Andalucía. Pero ayer fue domingo y la gente corriente llega a los domingos ya preocupada por la inminencia del lunes y agobiada por los problemas reales, todos hemos visto el despliegue de medios de la consulta, pero nos angustian la inseguridad y la delincuencia, la usura bancaria, los tiburones inmobiliarios, el hecho de que, nuestros brillantes mileuristas no puedan acceder al alquiler de una casa digna porque los especuladores alquilan ochenta metros por mil euros para meter a cuarenta inmigrantes. El Estatuto puede ser bueno pero ¿En que va a repercutir directamente en el derecho de los andaluces a ser felices? Es decir, a estar seguros, no ser esquilmados, gozar de libertad, disfrutar de calidad de vida y todo aquello que contribuye a lograr la felicidad. El Estatuto lo han cocinado en los fogones de esa clase política que es casta de brahmanes. Y es que, desde la lógica más simplista, se agradece el esfuerzo intelectual de los autores, pero, el pueblo, todo el pueblo, España, preferiría que ese esfuerzo fuera encaminado a labrar el camino de nuestra felicidad.
 

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