El pasado 12 de febrero la tierra volvió a temblar en
numerosas localidades marroquíes, centrándose el movimiento
sísmico ded 6,3 sobre la escala de Richter en las ciudades
de Rabat, Casablanca y Safi, en las que se llegaron a
desalojar comercios y oficinas. El pánico sacó a muchas
gentes a la calle, ante el recuerdo aun reciente del seísmo
de Alhucemas, en febrero de 2005, que ocasionó numerosos
daños materiales y la cifra de 600 muertos.
El historial sísmico en Marruecos es serio y grave. El
terremoto de Lisboa del 1 de noviembre de 1755, calculado en
9 grados de la escala Richter y que causó unos 90.000
muertos en la capital portuguesa repercutió en todo
Marruecos, que sufrió la pérdida de 10.000 vidas así como el
destrozo de importantes yacimientos arqueológicos como el
romano de Volúbilis (Oualili), a 20 kms. de Mekinez. Según
los expertos, un tsumani con olas de hasta 20 metros de
altura barrió el norte de Africa.
El 29 de febrero de 1960 la ciudad de Agadir fue destruída
en otro gran movimiento sísmico, causando una pérdida de
12.000 muertos.
Finalmente en febrero de 2004, dos temblores de tierra con
el epicentro a 15 kms. de Alhucemas (el primero de 6,1
grados en la escala Richter el 24 de febrero y una réplica,
al día siguiente, con 5,1 grados de intensidad) causaron 600
muertos y una amplia destrucción de la que la zona todavía
está recuperándose.
Argelia también sufrió en los últimos años dos terremotos:
uno, el 9 de septiembre de 1974, ocasionando 396 muertos y
900 heridos entre la población y el último (de 6,2 grados en
la escala Richter) el 21 de mayo de 2003, en el que
perdieron la vida 1.875 personas resultando heridas más de
8.000.
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