PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - SÁBADO, 24 DE FEBRERO DE 2007

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
ade
@elpueblodeceuta.com
 

Hoy, si el tiempo no lo impide, tendrá lugar la quema de la caballa con lo que se pondrá punto final a los carnavales de nuestra tierra. Las “viudas” acompañarán el cortejo derramando lágrimas y más lágrimas por ese carnaval que se va y no volverá hasta el próximo año.

Eso de que volverá el próximo años está por ver. Creo, con toda sinceridad, que antes, muchos antes, asistiremos a otros carnavales en los que, precisamente, habrá toda clase de disfraces con caretas o sin caretas, que engañarán a más de uno, sobre el personaje que se oculta tras el disfraz.

Habrá disfraces para todos los gustos, corderos disfrazados de lobos, lobos disfrazados de corderos e incluso, me atrevería a decir, que habrá hasta quienes se disfracen de Caperucita Roja, que es un disfraz muy socorrido para la grey infantil. ¡Será por disfraces!.

Lo que da coraje es que, vaya uno disfrazado y venga un gracioso, que haberlos haylos y le llame por su nombre, a pesar de la careta que lleva puesta y con la que, usted, cree que no lo va a reconocer nadie. Hoy día, ninguno nos podemos ocultar detrás de una careta o una antifaz, por la sencilla razón de que nos conocemos todos y sabemos, perfectamente, del pie que cada uno cojea, por muy bien que esté hecha la careta o el antifaz de turno.

Por un suponer, usted va por la calle disfrazado como manda el asunto, ve a una pareja dándose abrazos y más abrazos y, además los ve de espaldas, no hace falta mirarles a la cara para saber, según su propia teoría, que se están dando el abrazo de Vergara. Y de esa clase de abrazos se va usted a dar una jartá de verlos. Y es que, los disfraces como los hábitos no hacen al monje. Cada quisqui es lo que es, con disfraz o sin disfraz.

Es, sin duda alguna, la segunda parte de ese carnaval que vuelve cada cuatro años y donde las caretas se siguen manteniendo sin cambiarlas porque, siempre, se mantiene el mismo disfraz y, además, se siguen gastando las mismas bromas empleando las mismas frases, para que nada cambie, para que todo sea igual.

El ataque a las caretas contrarias, esas que no son afines y muy diferentes a las que otros disfrazados llevan puestas durante años. Los abrazos de Vergara, las promesas incumplidas, las colocaciones por el “dedatil” y los puestecitos a los amiguetes. Desde luego que no faltarán, la socorrida frase, para atraerse al futuro votante de: “No te preocupes, por el niño, si salgo y consigo el puesto te aseguro que tiene una colación. Yo ,tú lo sabe bien, que para eso eres amigo, no soy como aquel que te prometió la colocación para el niño y, después, si te vi no me acuerdo”

Pasa el tiempo, sale elegido, el amigo va a verle, para ver qué es lo que hay de su niño y un día no lo puede recibir, que venga verme sin falta, mañana. Y así un día y otro día, hasta que el amigo se aburre y decide no ir más a pedirle lo que le había prometido. Puro carnaval.

A lo único que puede aspirar ese amigo del otro “amigo”, del de la promesa de buscarle un puesto al niño que, por supuesto, ha sido elegido, si alguna vez se lo encuentra, es a que se haga el loco, mirando hacia otra parte para no darle la cara. Promesas y mentiras que forman parte de ese carnaval.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto