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política - DOMINGO, 4 DE MARZO DE 2007


Mustafa Aberchan. EL PUEBLO.

mustafa aberchan / ex presidente de melilla
 

“Debemos mirar al sur con
valentía y al norte sin prejuicios”

El líder de CpM, que presentará esta semana en el Congreso su iniciativa para realizar
un referéndum consultivo sobre la reforma estatutaria, asegura que el éxito electoral
de Ali es “cuestión de tiempo”
 

CEUTA
Gonzalo Testa
local
@elpueblodeceuta.com

Pregunta: Hace seis meses, cuando estuvo aquí por última vez, ya se mostró convencido, como anteayer, de que es posible cambiar de color los Gobiernos de las ciudades autónomas. Dada la relación de fuerzas actual en las dos Asambleas, ¿es sólo una frase para la galería o se lo cree de verdad?

Respuesta: Es posible. Nada está decidido porque todos los Gobiernos sufren un desgaste, casos de corrupción aparte, que afecta particularmente a la pérdida de ilusión, el elemento que moviliza a la ciudadanía. Ahora mismo el partido que más ilusión acumula a corto y medio plazo en Ceuta es la coalición UDCE-IU porque es el proyecto que cuenta con mayor credibilidad para gestionar el futuro de la ciudad. Es sólo cuestión de tiempo.

P: ¿Dónde ve usted esa carga de ilusión?


R: Cuando un proyecto político nace de tanta desigualdad y de tanto desequilibrio con un discurso totalmente opuesto, basado en la igualdad, el equilibrio, la convivencia, la cohesión, el respeto y la diversidad termina abriéndose camino.

P: Pero, a diferencia de CpM, el proyecto UDCE-IU sigue llevando la etiqueta de ser una formación ‘musulmana’. Ahí usted cuenta una ventaja que Ali no ha podido salvar.


R: Insisto. El mensaje de la UDCE es totalmente distinto y por sus valores políticos se abrirá camino, pero necesita tiempo. Hace 10 años CpM era una formación que invitaba al discurso fácil por parte de los que hoy están en el Gobierno: un partido étnico, confesional... Todavía están con ese chip, pero ya no llega a la ciudadanía melillense. CpM ha estado en el Gobierno y la ciudad ha crecido, ha tenido un Gobierno plural, exquisitamente respetuoso con todas las comunidades de la ciudad... Ese es un aval importante frente a la manipulación política del componente religioso.

P: ¿Percibe un endurecimiento del discurso político sobre el componente religioso de los candidatos en esta precampaña?


R: Sí, pero es lógico. Las elecciones se acercan y el PP, especialmente en Melilla, se pone nervioso porque tiene todas las cartas para perder los comicios porque ya no tiene ilusión ni frescura y la busca en actos sin sentido alguno como presentar una nueva bombona de butano, ¿se lo imagina?. Acusar a CpM, el único partido de Melilla que tiene un 100% de integración social en un plano de igualdad, de ser un bloque confesional no tiene sentido. Se nos conoce y somos los más abiertos y transparentes ante la población.

P: ¿Qué significa tener “un 100% de integración social en un plano de igualdad”?


R: Que no somos como el PP o el PSOE, que no practicamos el escaparate de personaje políticos traducido en buscar representantes de otras comunidades para utilizarlas como maniquíes.

Tres claves para un proyecto

P: Pero se acusa a CpM y a UDCE de atender sólo a una parte muy concreta de los ciudadanos: los musulmanes


R: No es cierto. El proyecto ‘Puerta de Europa’, que le trasladamos al presidente Zapatero durante su visita a las ciudades autónomas contiene los tres elementos fundamentales de nuestro proyecto: en primer lugar, que Ceuta y Melilla son los enclaves idóneos para darle contenido al discurso del presidente del diálogo de civilizaciones. En segundo, el respeto a la personalidad cultural propia con mayúsculas, que no es más que asumir todas las culturas históricamente asentadas en nuestra tierra; y por último, que hay que crear un motor económico creíble para Ceuta y Melilla que, a nuestro juicio, pasa por transformarlas en capitales de políticas de desarrollo.

P: ¿Cuál es su objetivo respecto al tema del diálogo de civilizaciones?


R: Ceuta y Melilla son dos ciudades españolas en el contexto europeo que pueden ser un ejemplo de diversidad, convivencia y cohesión hacia el mundo entero ofreciendo la armoniosa convivencia que se busca en tantos sitios. Las dos ciudades pueden y deben ser la Jerusalén por tantos deseada, una realidad y no sólo un escaparate, y para ello hacen falta políticos de cohesión, de corrección de los desequilibrios, de infraestructuras, de vivienda, de educación y de empleo. Todo eso da contenido a la palabra convivencia.

P: ¿Y cuando habla de respeto a “la personalidad cultural propia”? ¿A qué se refiere?


R: En Melilla, no sé en Ceuta, hay una cultura nociva que parte de asentar la españolidad de la ciudad en un acto bélico. Ese punto de vista no respeta la historia porque una parte del pueblo español de Melilla lleva arraigado allí más de 5.000 años. La españolidad de Melilla tiene más raíces en su presente que en su historia. Hay que proteger, reconocer y hacer nuestras las raíces de la cultura amazight porque así no sólo se reconoce su españolidad, sino que practicamos algo esencial en las sociedades venideras: el respeto transversal, no vertical.

Un motor económico “creíble”

P: Por último, ese “motor económico creíble”, ¿cómo se monta?


R: Hay que mirar al sur con valentía y al norte sin perjuicios y no perder la identidad clara de nuestra ubicación geopolítica. Un gran proyecto planificado por las Administraciones autonómicas; convalidado, ayudado y potenciado por el Gobierno central y proyectado en Europa puede conseguir que todas las políticas de desarrollo, que son actualmente una prioridad para Europa y el norte del Magreb, se canalicen a través de estas dos ciudades.

P: ¿Está tan satisfecho como la UDCE de su relación con IU, que en el caso de CpM aún está más asentada?


R: Es fabulosa. Venimos de engaño tras engaño con las formaciones de implantación nacional y hemos llegado a la conclusión, en concreto con el PSOE, de que lo único que quiere es volver a su posición de 1985, con una militancia arrodillada y esclavizada en términos políticos. La ‘inserción política’ que plantean PP y PSOE no tiene cabida en un Estado de Derecho. En IU hemos encontrado un trato de igual a igual, un reconocimiento del trabajo realizado y un compromiso fundamental con la dimensión humana de las personas.

P: ¿La clave de los resultados electorales de CpM y la UDCE está en su capacidad de movilizar a su electorado?


R: En todas las citas electorales cualquier político que presuma de demócrata debe hacer un esfuerzo para fomentar la participación. En Melilla hemos ofrecido un decálogo a los ciudadanos para hacerles ver que nuestra cogobernabilidad tendría contenido. La defensa del progresismo para transformar la realidad, no para vivir del discurso, no nos va a condicionar a la hora de pactar un Gobierno. Quien lo asuma merecerá nuestra compañía para cambiar Melilla. En esa clave de movilización popular aparece nuestro presupuesto participativo, para que la ciudadanía participe cada año y no cada cuatro en qué se gasta el dinero. Además, nuestro programa se va a alimentar de las propuestas de la ciudadanía, sean o no simpatizantes nuestros.

Pacto PP-PSOE

P: ¿En Melilla ha sentado tan mal como en Ceuta a las fuerzas de la oposición el pacto PP-PSOE sobre la reforma estatutaria?


R: Junto al proyecto ‘Puerta de Europa’ hay otra convicción que nos avala que es habernos puesto en primera línea del proceso de reforma del Estatuto. PP y PSOE han firmado una doble traición: institucional y popular. Institucional porque han tomado la decisión más importante del discurso reivindicativo de Ceuta y Melilla a espaldas de las Asambleas. El Estatuto es la espina dorsal del discurso político de ambas ciudades desde que tenemos la democracia y los presidentes de ambas ciudades nos han dado la espalda desde un Ministerio. Y popular porque han dado la espalda a la propuesta de referéndum que vamos a presentar esta semana en el Congreso para que ceutíes y melillenses se manifiesten al respecto. Por intereses electoralistas y circunstanciales han boicoteado una propuesta que ni siquiera es vinculante sino consultiva y que les pasará factura en el futuro.

P: Ceuta y Melilla siguen siendo dos desconocidas en la península. ¿Qué propone usted al respecto?


R: La de nuestra imagen al otro lado del Mediterráneo es una preocupación que introducimos en el documento que trasladamos a Zapatero. No podemos prestarnos un día sí y otro también a la manipulación, en algunos casos mediática, que deja un sabor sospechoso. El macrodespliegue policial de la ‘Operación Duna’ no es de recibo si da la sensación de que se pretende desviar la atención de otros temas utilizando El Príncipe y La Cañada. Estamos atacando algo tan bonito como la convivencia. La seguridad debe ser sagrada, pero también un elemento primordial para garantizar la convivencia en el Estado de Derecho. El terror hay que perseguirlo allá donde se produzca y hay que tener los instrumentos más eficaces para ahogarlo, pero con un Estado de Derecho que dé garantías de que es al culpable al que se detiene. Lo contrario mina la credibilidad democrática, aunque sigo convencido de que el Estado de Derecho es una escalera. Puede que en cada escalón la Justicia no funcione perfectamente, pero al final sí se encuentra la Justicia con mayúsculas.
 


“La actitud de Vivas e Imbroda es nociva para las ciudades”

P: ¿Si usted fuera presidente de Melilla iría de la mano de Ceuta, como han hecho Vivas e Imbroda, a la hora de negociar asuntos relacionados con las dos ciudades ante el Gobierno central?

R: La actitud de Imbroda y Vivas es nociva para los pueblos ceutí y melillense. No deja de sorprender que la representatividad de un pueblo está en la Asamblea y que dos presidentes elegidos democráticamente la olviden por una política marcada en la calle Génova. Un ceutí o un melillense no puede estar en contra de que los ciudadanos se manifiesten en el momento más caliente de la reivindicación autonómica.

No tiene credibilidad alguna decir que no toca ahora cuando todos están pidiendo lo máximo. ¿Cómo que no toca pedir, lo mínimo, ser iguales? ¿Cómo que no toca pedir un referéndum cuando todos estos procesos estatutarios se están sometiendo a la ciudadanía? Es un engaño político que no merece una reválida en las urnas.
 

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