Un frenético fin de semana (y aun me queda este martes) me
impidió asistir, el pasado viernes por la tarde (no tengo el
don de la ubicuidad y estaba comprometido desde hacía tiempo
para participar en un acto-homenaje al hispanismo marroquí y
a la romántica figura del escritor Ahmed Mgara) a la
presentación de la película Rif: 1921-1927, una coproducción
hispano-marroquí con guión de Ana Ruíz Gallardón (sí, la
hermana de Alberto), dirigida por el director Manuel
Horrillo y a la que prestará su voz el actor Inmanol Arias,
cuyo contenido se avanzaba el viernes a las 18.00 en el
Instituto Cervantes de la ciudad del Dersa. Sobre la misma
adelanté algo en la edición del 28 de febrero de EL PUEBLO.
Por si fuera poco, me pasé la mañana del sábado participando
como ponente en unas jornadas organizadas en la Casa de la
Cultura de Tetuán por la Asociación de Protección de la
Familia Marroquí (comida incluída en el cercano liceo
Khadiya Al Moumenín), volviendo a tener la oportunidad de
intercambiar algunas opiniones con el ex ministro e
hispanista Larbi Messari. Muy interesante.
Y claro, aunque hablé varias veces con Ruth, una atractiva
canaria propietaria en la medina tetuaní de un viejo palacio
andalusí, El Reducto, rehabilitado como hotelito con gusto y
estilo y donde paraba la troupe de la película, la verdad es
que hasta la fecha me fue imposible encontrarme con los
protagonistas. Hoy lunes ya veremos, Inch´Alá.
Aun no conozco exactamente -y por ello no pongo la venda
antes de la herida- ni la trama, ni los exteriores filmados
(pues la próxima semana parece que se rodará en Alhucemas, ¿Annual?
y Nador), desconociendo si se han filmado, por poner un
ejemplo, el histórico acebuche del Fondak (en la carretera a
Tánger), las posiciones del Gorges, la cueva del “Felipe”
(el cañón rifeño que, encima de Zarka, bombardeaba Tetuán )
o el feudo del cheikh de la yebala, Raisuni, en Tazarut,
acostado entre la falda del santuario del yebel Alam y la
belicosa cabila de Beni Arós, agreste zona en la que
encontró la muerte el jefe de los Regulares, González Tablas
(aun son visibles los restos del monolito pétreo levantado a
su memoria). En fin, más corre el galgo que el mastín y ya
veremos en que queda la cosa, paisa.
La semana pasada y en la cafetería del hotel Panorama (con
una impresionante vista sobre el macizo del Gorges), tomando
un dulce té en compañía de mi respetado amigo, el
historiador e hispanista Azzuz Hakim, polemizábamos ambos
(yo no dejo de aprender con este hombre) sobre la susodicha
película, en la que mi viejo amigo tiene su papel (Benazuz
estaba preocupado sobre la garantía de que no manipularan o
sacaran de contexto sus palabras). Comentaba yo cómo era
posible que en el discurso oficial se citara la derrota de
Silvestre a manos del Ejército marroquí cuando sus menguados
efectivos, las Tropas Jalifianas, peleaban al lado de las
unidades españolas. Algo esquizofrénico.
¿Contemplarán estos fundamentales matices los productores?.
Tengo mis dudas, pues ello alteraría el discurso mítico e
historicista, sacudiendo los cimientos de la historia
oficial marroquí. También esta el enojoso tema de los gases
tóxicos. Por cierto, niños y mujeres alzados en armas...
¿son civiles o combatientes?. Y el de las matanzas de miles
de soldados españoles, confiadamente rendidos: en Zeluán,
Dar Quebdani, o Monte Arruit.
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