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OPINIÓN - SÁBADO, 24 DE MARZO DE 2007

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
ade
@elpueblodeceuta.com
 

En la mayoría de las ocasiones los hombres metemos la patita hasta el corvejón por hablar, cuando lo mejor que podemos hacer es estar calladitos. Ya se sabe que, en ocasiones, calladito se está hasta más guapo. Pues nada, no hay forma, por la sencilla razón de que el hombre es el animal que tropieza dos veces en la misma piedra.

Personalmente y en persona, diga lo que diga el mundo mundial, los jóvenes y las jóvenas, creo que son muchas más las ocasiones en las que el hombre tropieza en la misma piedra. Y ni te cuento, serrana del alma, cuando el hombre se lanza sin paracaídas desde miles de kilómetros de altura con tal de conseguir conservar el puestecito que ocupa o que le envíen a otro mejor donde siga ganando una pasta gansa, superior a la que ganaba anteriormente y con el mismo trabajo, o sea sin dar un palo al agua.

Oiga, amigo guardia, que cuando uno lleva años sin dar un palo al agua, viviendo pendiente de que no se le vaya a caer la llavecita de turno, esa que le vale sólo para hacerla girar a la derecha o a la izquierda, dependiendo de tener que decir sí o no, se hace muy cuesta arriba perder la mencionada llavecita no vaya a ser que venga otro, se la lleve y encima le cante aquello de “¿dónde están las llaves, matarile, lire relo?”

No está el asunto para perder una llave por muy pequeña que sea. Que la llaves, se quiera o no, abren muchas puertas, incluso abren las puertas de buenos pisos con garaje incluido. Y no se me puede negar, que no hay mejor lugar para guardar el coche que en una plaza de garaje vigilada que, por supuesto, también tiene su llave correspondiente. ¿Y todo gracias a qué?. Pues a tener esa llave mágica que nos hace ganar una pasta gansa, trabajar poco y poder disfrutar de los placeres de la vida.

Oiga, no es por nada, pero cuanto más tiempo tengamos en nuestro poder, esa llave mágica que tantas puertas abre, mucho mejor para el poseedor de la misma. Y es que, como te quedes sin esa llavecita famosa, vas de p…culo.

Por eso nada me extraña que, aquellos que la poseen, luchen con todas sus fuerzas por seguir manteniéndolas en su poder y no se quieran desprender de ella jamás. Pensar lo contrario sería una tremenda estupidez. Que llave, como la madre, o hay más que una y a algunos les tocó en la tómbola de la vida, sin hacer mayor esfuerzo que estar en el sitio oportuno en el momento elegido. ¡Suerte que tienen esos elegidos por la diosa fortuna!

Todos estos que tuvieron esa suerte de encontrarse con la llave mágica, deben medir bien cuanto dicen en defensa de la misma para, con ello, evitarse recibir repuestas a sus palabras que, poor supuesto, no le va a sentar nada bien. De ahí, que calladito, con la boquita cerrada para que no le entren moscas deben evitar, por todos los medios a su alcance, lanzarse sin paracaídas porque el suelo es un hueso duro de roer y se pueden dar, sin lugar a dudas, un “tortazo” de aquí te quiero ver.

Mis queridos y nunca bien ponderados pequeñines, aceptar el consejo que os doy sin cobrar un euro y contar, antes de “largar” por esa boquita de piñón hasta diez, evitando de esa manera recibir repuesta alguna que os dejen en mal lugar. ¿O no?
 

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