El Santuario de Nuestra Señora de África congregó ayer a
cientos de ceutíes que se agolpaban ante su puerta principal
para que el obispo de Cádiz y Ceuta, Antonio Ceballos
Atienza, bendijera sus palmas y olivos.
Este acto religioso, que contó con la presencia de
sacerdotes y diáconos de nuestra ciudad, dió comienzo
alrededor de las doce y media de la mañana.
Pese al mal tiempo reinante en nuestra ciudad durante todo
el día de ayer, la población de Ceuta, deseosa de iniciar la
Semana Santa y de participar de la misma, acudió a la
bendición de las palmas para dar la bienvenida a Jesús, tal
y como hicieran en Jerusalén a la entrada de Jesús mientras
la muchedumbre gritaba “Hosanna al hijo de David; bendito es
el que viene en nombre del Señor. Hosanna en las alturas.
Bendito sea el reino que desciende del cielo”.
Una vez bendecidas las palmas y los olivos, los asistentes
al acto religioso siguieron al cortejo compuesto por
sacerdotes y diáconos de nuestra ciudad y el cual presidió
el obispo de Cádiz y Ceuta, Antonio Ceballos Atienza. Este
cortejo partió desde el Santuario de Nuestra Señora de
África y procesionó por el interior de la Plaza de África
hasta llegar a la Santa Iglesia Catedral, la cual abrió sus
puertas principales, la puerta de San Pedro, para que fuera
oficiada una Misa concelebrada por parte del obispo de Cádiz
y Ceuta.
Con un Templo Catedralicio repleto de fieles, dió comienzo
la Solemne Misa donde los sacerdotes leyeron e interpretaron
la pasión de Cristo, para posteriormente dar paso a la
homilía, donde el obispo de Cádiz y Ceuta animó a los fieles
presentes a vivir esta Semana Santa intentando encontrarnos
con Jesús, destacando que nos disponemos a conmemorar y
celebrar en esta Semana Santa el Misterio de la Pascua del
Señor, de su paso de la muerte a la vida, de aquello que
constituye el núcleo central de nuestra fe y el fundamento
de nuestra esperanza cristiana. Las siguientes palabras
desean ayudar a iniciar esta reflexión al comienzo de esta
Semana Santa de 2007.
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