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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 11 DE ABRIL DE 2007

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
ade
@elpueblodeceuta.com
 

La vida no es más que un cúmulo de recuerdos del tiempo vivido que traemos, en momentos determinados, del pasado al presente y que, más tarde, los devolvemos a su tiempo colocándolos de nuevo, cuando nos hemos servidos de ellos, en el tiempo al que corresponden.

Esa es la gran facultad que el hombre tiene de poder recuperar del mejor disco duro de mundo, el cerebro, el pasado y hacerlo presente sin mayor esfuerzo que, durante una fracción de segundo, recordar cierto pasaje de su vida.

Aprovechando esa facultad, he tirado del disco duro trayendo al presente unos recuerdos del pasado que dejaron huella en m i vida. He recuperado aquellos tiempos en los que uno se dedicó a escribir en los periódicos, dejándolos florecer con fuerza en la época en, la que un joven director, Tato Ferrer, cargado de ilusiones llegó a “El Faro”

Hoy, cuando han pasado los años, ese joven director que llegó cargado de ilusiones vuelve a ser, nuevamente, compañero de este periódico, apareciendo cada viernes con sus artículos. Unos artículos que tengo la completa seguridad irán creciendo en interés, para el lector, a medida que vaya avanzando en los mismos.

Tato Ferrer, es un buen periodista y una gran persona. Sólo tuvo el inconveniente de que cuando llegó cargado de ilusiones, estas se vieron truncadas porque se adelantó a su tiempo y, eso, no interesaba en aquella época, no solamente al sistema vivido ,sino a todos aquellos que, viviendo en esta tierra nuestra, se veían con la careta que cubrían sus rostros de falsedad, al descubierto. Eso no lo podían permitir eso poderes en la sombra que, aún, hoy siguen existiendo.

Fueron algunos de sus “amigos” los que también se aprovecharon, de ese joven director que cargado de ilusiones, dejaba hacer a cada uno de nosotros, lo que nos viniera a la mente sin censurarnos, absolutamente, nada. Sólo nos pedía que tratásemos de escribir lo mejor posible, pues un periódico bien escrito siempre es un aval ante el lector.

Aquella forma de escribir, de hacer periodismo, de un grupo de gente muy joven, no caía bien en esa parte de la población que temía, cada mañana al abrir el periódico, encontrasen sus nombres ligados a algunas de sus no muy buenas maneras y que antes, jamás, se hubiesen permitido su publicación.

Pasamos malos momentos, sobre todo los que de verdad, le teníamos cariño a Tato. Nos retiraron mucha publicidad y la cosa se complicó. Se aguantó el tirón, la publicidad volvió y por vez primera, en esta tierra, conseguimos que se agotase el periódico en más de una ocasión.

Unos hicieron su carrera, abusando de la amista don el director y nos abandonaron. Otros, los mandas en la sombra, se dedicaron a hacerle una campaña tachándolo, por qué no decirlo, si él sabe que es verdad, de que estaba loco y un periódico no podía estar en sus manos. Cuantos miserables, cuantos hipócritas, se unieron para esa campaña de desprestigio que, desgraciadamente, surtió sus efectos. Hoy me alegro de su vuelta y siento la satisfacción de haber recuperado una buena pluma del periodismo ceutí.
 

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