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OPINIÓN - SÁBADO, 14 DE ABRIL DE 2007

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

Ellos malos. Nosotros peores,
ejem, he querido decir buenos

 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

Me piden que trate sobre el estado generalizado de inquietud que han motivado los últimos atentados terrointegristas en Marruecos y Argelia y sobre las crípticas amenazas de los criminales. No soy analista geopolítica, pero puedo dar mi opinión y exponer mis pensares sobre el tema, pensares que parten de una absoluta y radical confianza en la rara cualidad de “Mariquilla Cojones” de nuestros policías, guardias civiles, jueces y fiscales. Ya ven, me considero una persona bastante escéptica, pero creo sin resquicios de ningún tipo en la capacidad y preparación de quienes están llamados a salvaguardar nuestra seguridad, nuestra civilización, nuestros valores y nuestra cultura. De hecho si, personalmente, desconfiara de las FOP, de los Instructores y de los fiscales, estaría absolutamente bloqueada por el miedo a esas amenazas externas que nos llueven. Y que hay que encajar, como encajara en su día el pueblo alemán el terrorismo de la banda Baader Meinhof, capaz de convertir a todos y cada uno de los ciudadanos alemanes en espías, policías y soldados. El fin de la Baader fue, de alguna manera, de una especie de justicia muy poética, poco garantista, eso sí pero ya lo dicen los textos sagrados nacidos de la Revelación: “Contra terrorismo, al carajo el garantismo”. ¿Qué murmuran? ¿Qué en “qué” texto aparece ese mensaje? Pues aparece en uno que está guardado en los sótanos de la Biblioteca Vaticana y que está escrito, al parecer, en arameo y tiene conexión tangencial con los pergaminos del Mar Muerto. Se trata de algo profético donde, la revelación, viene a ser una advertencia que prevé la debilidad y el buenismo de los cursis occidentales ante amenazas salvajes, que son incapaces de asumir desde la moral del petit suisse. Y me estoy circunscribiendo a nuestra ñoña civilización Occidental. En Marruecos, donde “saben” y, antes que nada “pueden” enfrentarse al terrorismo con la dureza que el asunto merece, la Policía abate a tiros a un terrorista y recibe las lógicas felicitaciones. En España la Policía tirotea al mismo individuo y los inspectores acabarían sometidos a investigación, interrogados, pregonados por determinada prensa de ladillas pamplineras, acosados, apartados de servicio, su actuación cuestionada y denunciados por los llamados defensores de los Derechos Humanos. ¿Se puede combatir así? Lo reconozco, soy persona de origen humilde, poco versada en vericuetos y cateta hispanorrifeña, mi opinión es pura gramática parda, sentir del pueblo llano y como tal, opino con verdad y sinceridad, que el terrorismo de Al Quaeda no se combate incoando Diligencias Previas. De hecho me provoca acharo y un rubor sin límites el responder a las amenazas más terribles con un “ ¡Vaya usted con cuidado, Ben Laden, capaces somos de leerle sus derechos e incoarle unas Diligencias Previas!” ¿Y ustedes, que son más cultos que servidora, creen que, los terroristas asesinos se sentirán asustados, amedrentados y disuadidos por la amenaza de que, si les pillan en medio de una masacre, les van a sentar delante de un juez?. Al terrorismo, que es una guerra sucia de malos, hay que responder con una guerra impoluta de peores. Es decir, su guerra es sucia por anticonvencional y la nuestra es impoluta porque nos tenemos que defender y no puede haber límites para la legítima defensa y defender tu tierra es legítimo. No puede ser”sucia” una guerra defensiva y las Leyes, derechos y garantismos, en circunstancias de peligro excepcional, han de ser igualmente excepcionales. Zetapé habría de promulgar una Ley Antiterrorista que ampliara los límites de actuación de las FOP y diera a sus miembros, a esos tipos espléndidos que ponen el pecho para recibir la primera bala, una autonomía total, sin corsés ni ataduras. Porque son profesionales, no psicópatas que van a utilizar de manera perversa sus atribuciones. Los perversos son los otros. Y la guerra es y está. Y nos tenemos que enterar. Y nos vamos a defender.
 

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