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OPINIÓN - JUEVES, 24 DE MAYO DE 2007

 
OPINIÓN / POSICION A

Palomo y Moya discriminan a ‘El Pueblo’ y sus lectores

Por Antonio Gómez


A punto de acabar la campaña electoral para los comicios del 27 de mayo debemos, para evitar infundios y rumores mal intencionados, aclarar algunas cuestiones que entiendo como pertinentes en relación a la discriminación absoluta que este medio ha sufrido desde le ejecutiva regional del PSOE dirigida por la eterna candidata, María Antonia Palomo.

Cabe dejar bien claro al principio, que el Partido Socialista Obrero Español merece todos nuestros respetos. No en vano son unas siglas centenarias que ha superado duras etapas en periodos franquistas de las que se ha sobrepuesto con hechuras de gran partido político y que se sobrepondrá, también, a esta ejecutiva local, incluso, si consigue superar el tradicional colchón de votantes de los últimos doce años [lo mínimo que debería lograr contando con ‘papá’ Estado detrás].

María Antonia Palomo anda mal asesorada. Quien, desde dentro, haya aconsejado a la candidata a ‘eliminar’ a El Pueblo de Ceuta de su reparto publicitario electoral, ha logrado dos cosas: la primera evitar que su mensaje se propague –por extensión- a un mucho más numeroso electorado [lo que estratégicamente no parece muy correcto], a no ser que consideren a este medio y a sus muchos lectores como de segunda –es decir a usted lector que ahora mismo lee este artículo-. Si esto fuera así, qué no ocurriría si llegase a ostentar el poder en la ciudad ¿haría distinciones entre ciudadanos?. ¿Dónde queda la igualdad y la justicia que propugna en su programa electoral?. Está muy claro que con esta actitud han mostrado de lo que serían capaces; se han presentado en sociedad ustedes dos, queridos; lo segundo, admitir de este modo, un ataque frontal a un medio de comunicación que, en ningún momento en sus doce años de historia, ha vetado o criticado con malas artes y con peor estilo la actividad política propia de un partido como el de referencia que se recupera poco a poco del asedio en su estructura que le procuró en su día el GIL. Ya conocerán los socialistas ceutíes en qué lugar se alineó este periódico en la estrepitosa crisis de 2000 propiciado por el conocido ‘caso’ de la señora Bermúdez. Otros no podrán decir lo mismo.

Este medio ha publicado, publica y lo seguirá publicando, cuantas notas de prensa se faciliten desde el Gabinete de Comunicación del PSOE [es lo lógico –nobleza obliga-, desligar el categórico error inducido de su secretaria general, de lo que en sí mismo significan las siglas como institución]. Es más, este medio continúa abierto a poder disponer de firmas como la de Gonzalo Sanz que colabora con cierta regularidad, con sus oponiones, en esta casa.

El Pueblo de Ceuta, hemeroteca hay, ha estado en todas y cuantas actividades ha desarrollado el PSOE con la profusión y extensión propia y merecida de un partido como este que, por ende, gobierna España.

No puede ser razonable ni entendible, por tanto, acusarnos de no ser ecuánimes y de justificar con un titular ‘no ajustado a sus deseos’ la medida de no comparecer con espacio publicitario en este medio con su mensaje electoral. El partido que tanto ha criticado la medida adoptada desde el PP de ‘vetar’ al grupo Prisa, ‘veta’ ahora –de este modo- a un medio de comunicación ceutí y sin excusa clara que lo justifique. Allá cada cuál. Además, esa excusa no es válida porque antes de la campaña, el PSOE sí insertó publicidad en El Pueblo de Ceuta. ¿Cuál es pues la verdadera razón?

Al no entender, por leves, los motivos de la medida adoptada desde la ejecutiva regional, sólo cabe relacionar, con la presunción correspondiente, las que pudieran ser razones más ciertas: podemos pensar que el PSOE, a través de los representantes de su ejecutiva y, por tanto, su máxima dirigente, han caído en la red y trama preparada por el editor del otro medio escrito en su afán enfermizo y maquiavélico de ‘acabar’ con El Pueblo de Ceuta, como así logró -en su momento- con otros diarios que intentaron hacerse un hueco en la ciudad. En su época se sirvió del PFC de Fráiz como fácilmente se recordará.

¿Y cómo?. Fácil. El editor del otro medio sigue buscando el apoyo político necesario para, sirviéndose de ellos, proyectar sus verdaderas intenciones. Y lo busca con todas las formaciones políticas de la ciudad. Contacta personalmente con ellos, les brinda la oportunidad de la gratuidad de los espacios publicitarios en su medio y les advierte de que no inserten sus mensajes en El Pueblo de Ceuta ya que, de lo contrario, les haría pasar por caja aplicando la tarifa de publicidad oficial [lo que supondría un buen número de miles de euros]. Pero, ¿cómo prevenir mecanismos que justifiquen oficialmente que sí se factura esa publicidad?, pues presumiblemente emitiendo facturas que sólo se utilizarían en caso de ‘necesidad’. Un político me dijo recientemente al respecto “a caballo regalado no se le mira el diente y yo tengo mis facturas…”. Verídico.

De este modo, el mensaje que se envía a la sociedad es el siguiente: ‘los partidos se decantan por un medio y no por el otro’ intentando, infructuosamente por cierto, hacer el vacío a El Pueblo de Ceuta. Pero últimamente este individuo debe contar con cierta ‘diarrea’ mental porque todo lo que arguye, prepara y piensa, le sale hecha una … pronto sabremos algunas de ellas.

La realidad diaria [facilmente comprobable en sus páginas] de que El Pueblo de Ceuta cuenta con el respaldo y confianza de un amplísimo sector empresarial de la ciudad debe poner muy nervioso a quien en los últimos veinte años no encontró competencia seria alguna que hiciera tambalear su ‘trabajado’ monopolio.

Resulta curiosa la cronología de los hechos. Conversaciones de María Antonia Palomo con el que suscribe han habido muchas [la relación de aprecio personal ha sido uno de los motivos]. De secretaria general a director de medio y viceversa, se habló en su momento de la publicidad electoral. Efectivamente la referencia siempre fue hacia el encargado de la misma, Enrique Moya, pieza indiscutiblemente firme al lado de Palomo cuya lealtad se reforzó en la etapa de su dirección del INEM desde donde discrepó frontalmente con el anterior delegado del Gobierno [cesado poco después como corrobora la presencia de García-Arreciado desde hace un año en la sede estatal de Plaza de los Reyes].

Moya y yo hemos cruzado tres o cuatro mini conversaciones telefónicas y algún e-mail. La petición de tarifas publicitarias para los espacios y una visita a la redacción del periódico fue lo último que traté con el encargado de la campaña electoral del PSOE. Dos llamadas telefónicas a Palomo antes y durante de la Campaña resultaron huidizas por parte de la secretaria general: “¿no te ha llamado Enrique?. Te llamará, no lo dudes, te lo digo yo”. La última fue de ella: “Hoy te llamará Enrique para cerrarlo” –esto fue la semana pasada-.

Su diaria presencia en otro medio refleja que, puede tratarse de lo que pensamos ha sucedido: el PSOE, llevados de la mano de este director de ‘campaña’ y la anuencia de la secretaria general, ha podido caer en la trama deshonesta [lo ha hecho con otros partidos] fabricada por un personaje maquiavélico capaz de tejer, entre bambalinas, la red que le sirve exclusivamente a sus intereses, aunque con ello, y ante la impotencia de no lograr sus fines, se ‘lleve por delante a los ingenuos que caen en su trampa’. ¿Qué se pretende?, ¿qué hay a cambio? ¿qué hay detrás?...

Afortunadamente el PSOE no es Enrique Moya, ni María Antonia Palomo. El error es grave, sin embargo, los socialistas de Ceuta no merecen que este medio ataque frontalmente a la institución que para nosotros representa sus siglas, por lo que con el respeto debido, seguirán encontrando puntual información en estas páginas.
 

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