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OPINIÓN - JUEVES, 7 DE JUNIO DE 2007

 

OPINIÓN / SNIPER

“Café para todos”
 


José Luis Navazo
jlnavazo@telefonica.net
 

Visionando ayer por la noche en el programa “Hormigas Blancas” el reportaje sobre el nuevo “Ausente”, el ex Presidente Adolfo Suárez, volaron a mi mente la actualidad de las palabras de Ortega y Gasset en sus ‘Meditaciones del Quijote’. “Dios mío, ¿qué es España?”. En lo que ahora me ocupa (después de haber dialogado esta mañana con autoridades del país vecino, ansiosas y expectantes cara a las negociaciones directas, “a cara de perro”, entre Marruecos y el Polisario previstas para el próximo 18 de junio en Nueva York), intuyo que el modelo territorial español pactado en la Constitución de 1978 está rompiendo aguas, agudizadas sus contradicciones internas pues el bienintencionado hilvanado sobre el Estado de las Autonomías no solo no ha resuelto los rescoldos que intentó apagar, antes al contrario “ha favorecido las tendencias secesionistas” en palabras de uno de los intelectuales españoles más solventes del momento, Ignacio Sotelo, a las que me sumo pues como advierte el refrán castellano “de aquellos polvos vienen estos lodos”. En este caso un auténtico y empantanado barrizal.

Con la ingenua fórmula del Gobierno de Suárez popularmente conocida (y así pasó a la historia) “Café para todos”, con la que se pretendió vanamente conjurar las tendencias centrífugas de las nuevas “taifas” de España (otro rasgo que compartimos con Marruecos, ¿común herencia beréber?), las ambiciones de las oligarquías “de provincias” aliadas a la deslealtad de la clase política de aquellos pagos nos ha ido encaminando hacia un estrecho callejón malamente iluminado por nuestra incardinación en la nueva Europea en la que, tras el sangriento fiasco yugoslavo y salvo el peligroso precedente que pueda desempeñar Kosovo, dudo que desde Estrasburgo se permitiera la creación de un nuevo “Estadito” en países de notoria historia como el Reino Unido, España o la misma Francia, con sus tensiones corsas.

De hecho España hoy día es ya casi un vergonzante Estado asimétrico y cuasifederal, en la que se ha roto palmariamente uno de los principios constitucionales: la igualdad de los españoles ante la ley. Dos referencias finales a modo de guindas picantosas, la primera sobre nuestra Ceuta, ciudad querida: “a más autonomía menos españolidad…” ¿Capicci?. Y en cuanto al vecino Marruecos ya lo advertí a mis cualificados interlocutores contestando a una de sus preguntas: “no caigan en el error de su admirado proceso político español. La unidad del Reino es reciente y frágil, efecto colateral y gran obra, por cierto, del Protectorado hispano-francés. Resultado del Sáhara a un lado… en poco tiempo van a tener ustedes un serio problema con el Rif”. Me miran corteses y serios, conocedores de tres rasgos que me caracterizan: mi franqueza al hablar, suelo saber lo que digo…. y conozco muy bien, pegado al terreno, la bella, agreste, altiva y tumultuosa región de referencia.
 

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