Están sonando los tambores lejanos
de mi África natal. Sus ecos me llegan más fuertes que
nunca. Será porque llaman a la alegría. Será porque las
cosas claman por sus legítimos dueños. Será porque hoy es
domingo.
Los “salvajes” han comprendido que esto no es lo que se
creen. Un parque, una reserva, una pequeña jungla, una
peculiar selva, pero eso sí…con clase.
Aquí los monos son “guapos”, el hombre de Neardental no se
mete con nadie, la “mujer muerta” duerme en paz su sueño
eterno, el “griego” no “mata” ni a una mosca, y hasta el
Alcalde-Presidente, tira piedras contra su propio tejado con
tal de agradar.
Por supuesto que todavía quedan batallas por pelear. Lo sé.
La guerra, todavía no está ganada. La primera batalla sí.
La batalla de “las formas” de comportarse hasta por una
selva no vírgen me la apunto. Lo cual es todo un éxito. Un
poco de clase, por favor, ceutíes de pro y de proa.
Los caníbales que se organicen safari en otro parque menos
temático que el mío. Entre nosotros no nos “devoramos”. Esa
apetitosa tarea la dejamos para los “leones” y el tigre del
Príncipe Alfonso.
No estoy seguro del todo pero puede que, entre otras cosas,
su popularidad se deba en parte a su apropiado apellido. Sin
embargo, por nuestro bien, permite y consiente que pongan
red de por medio y alejen a las “aguas vivas” de las playas.
El carnaval ceutí ya no podrá cantar eso de… “y en agosto
tenemos a Vivas y a las aguas vivas”.
Debería de andarse con cuidado no vaya a ser que por querer
hacernos un favor, se vea perjudicado. Que nos piquen los
bichitos marinos tampoco es el fin del mundo. Con no
bañarnos. O ducharnos en nuestras casas.
Que puede ocurrir que a poco que se nos vayan haciendo
concesiones, vamos a ir queriendo más. Es uno de los
problemas que tenemos los ciudadanos. Siempre estamos
quejosos, siempre estamos pidiendo más. No paramos de pedir
por nuestras bocas ávidas de apetitosos bocados.
Y el dios menor de la “pelota” se lo pegó a una almeja. A su
edad, siempre con achaques, y sigue todavía con hambre de
ese fruto de la mar. La “mar de rico y jugoso”. También
tiene derecho. Todo no va a ser “el peloteo”.
Algún “gusto” tendrá que darse para disfrute del alma, dado
que parece ser que es un hombre tan “entero”, que no tiene
cuerpo físico-material porque es “materia” de debilidad, de
pecado mortal; de necesidad imperiosa de ir de cabeza al
infierno de los malos. Pobrecito.
Están sonando fuerte los tambores de mi África natal.
El calor de los artículos “año 55” me traen a mis hijos
Priscila y Manuel, al encuentro del cariño perdido por culpa
de no haber podido escribir en este pueblo mío, para bien o
para mal.
Antes, no escribía y ahora lo hago con cierto temor debido a
mi experiencia anterior. Aún así, me expreso lo mejor que
puedo intentando encontrar, buscar, apoyos solidarios,
sentimientos más o menos sinceros, de todas esas personas
que tienen a bien perder su precioso tiempo sacando a pasear
los domingos a este “perro con pulgas”.
Por lo menos, una vez a la semana para que pueda hacer mis
necesidades. Que también las tengo, aunque pueda aparentar
que no es así.
Los “perros con pulgas”, aunque deprimidos, necesitamos de
una cierta normalidad. Pasamos de la autoestima social pero
no así de alimentarnos un poco y, sobre todo, de que la
próxima patada que nos den por la calle de la vida, sea
menos fuerte que la anterior. Tenemos tantos golpes
acumulados que ocurre que nos duelen los porrazos antes de
que nos los propinen.
Justicia con las injustas acciones cotidianas en esta selva
mía. Vienen mis hijos olvidados en mi mala cabeza; nunca
jamás en mi corazón.
Y el cariñoso perro de la aduana española de El Tarajal,
vuelve a hablar conmigo. Lo que es más, en esta ocasión, no
olvido un detalle esencial por eso de las reglas elementales
de la educación. Esta vez le pregunto cómo se llama, que ya
iba siendo hora.
El suyo es un nombre un tanto extraño pero es el que tiene.
Por lo que me contó no es culpa suya. Como señala tan
educadamente el dandi, tampoco es responsabilidad de mi
compañero can tal cosa. Se llama como le pusieron.
Lo mismo que ocurre con los de la especie humana. No se
espera, como en la primera comunión, a tener “uso de razón”.
Te colocan un nombre y con él te quedas para lo restos a no
ser que te metas en un complicado mecanismo burocrático para
poderlo cambiar. Complicado y creo que costoso. No lo sé la
verdad.
Yo no tengo ese problema. No es mi caso. Soy un “perro con
pulgas” pero sin nombre. Como el desaparecido bar de la
Plaza de África junto al Ayuntamiento bonito de toda la
vida.
Bueno, el cariñoso perro de la aduana española de El Tarajal,
se llama: Punk.
Es lo que tiene el conocimiento mutuo. Enseguida aparecen
las vanidades. Antes nos ladrábamos lo justo para
intercambiar saludo. Ahora, el principio de la relación
perruna, es el comienzo de creerse que es alguien al verme
en plan de chucho abandonado por todo el mundo, menos por
mis queridas “pulgas” que me siguen a todas partes, como los
enemigos.
Y es que los amigos hay que clasificarlos. Te suelen decir
que no sería tan buen amigo si te falló. Por el contrario,
los enemigos de uno no necesitan de definiciones. Son lo que
son. No te olvidan nunca, siempre están ahí.
Si te va mal, hacen votos para que te vaya peor. Si te
mueres, pasan por encima de tu cadáver y te echan más tierra
para que no haya posibilidad alguna de resurrección.
Los enemigos son un valor que debería cotizar en Bolsa. Los
amigos, por lo general, cuando los necesitas…no están, te
fallan.
Ha nacido la relación y Punk también se sube por lo alto de
mi condición callejera. Me hace ver que es un perro limpio
y, lo que es más, un pastor belga. Como el “caballo de
Troya” en la política, también todo un clase-C. Es un pastor
belga “Malinois”, ni más ni menos.
Con aires subidos en su explicación me matiza que dentro de
las tres razas que existen de pastores belgas, él es el más
nervioso, el más activo.
Me lo cuenta sin darle mayor importancia, pero Punk no sabe
que acaba de poner punto y cuidado en el futuro
conocimiento.
Menciona el tema de los nervios en la casa del nervioso.
Malas migas. Está uno como para demostraciones nerviosas de
un tercero por mucho que esté protegido, como los testigos,
por la Guardia Civil de Ceuta. Ahí es nada.
Punk, hasta para eso tiene suerte, tiene un guía. Y no
pertenece precisamente a la luz cegadora de los del símbolo
de Hacho.
Este perro cariñoso tiene buena luz. Le permite ver claro y
oler mejor. Pablo González, es su guía. No es el abogado que
todos conocemos, al que no me lo imagino con ganas de
“conducir” a nadie con estos calores. El letrado que tiene
una peculiar forma de hablar, de expresarse de manera
gráfica recurriendo a ejemplos y proverbios, diría para la
ocasión: “que cada palo aguante su vela”; o eso otro de: “el
que quiera peces, que se moje el culo”. Aunque, miren
ustedes por donde, el abogado también fue guardia civil.
Se trata en nuestro caso de un simpático y amable guardia
civil sevillano que vino destinado a nuestra ciudad por un
mes, y que lleva ya entre nosotros seis.
Yo sé que los sevillanos son muy suyos con su Sevilla del
alma, pero el tiempo que quiera trabajar y estar entre
nosotros, será tratado con afecto porque si en algo le
ganamos los ceutíes a los sevillanos y al resto del mundo
entero, es en hospitalidad.
Están sonando fuerte este domingo los tambores lejanos de mi
África natal.
Voy a escribir ahora sobre alguien muy querido por mi.
Necesitaría tener la pluma más galana porque por culpa de
esta persona, aparte de Dios, de mi querido padre Joaquín,
de mi compañera inseparable, de un determinado empresario
periodístico, y de las circunstancias, es por lo que tengo
ahora los domingos, antes los viernes, el atrevimiento de
expresar en público mis inquietudes que todavía, pese a
quien le pese, las tengo y muchas.
Hasta en mi condición de “perro con pulgas” les gano en
verdaderos sentimientos, de amor y de odio, sobre esta
tierra. Ellos la quieren mientras llene sus bolsillos. Su
cariño eterno y romántico es de un interés desinteresado.
Gente altruista, vamos.
Desde mi situación actual de desencanto creo ser más
auténtico que todos esos ceutíes de pro y de proa, en su
permanente situación planeada y planificada de botafumeiros;
en tanto le suelten la pasta. Que si no ya veríamos el humo
negro de más de un minero del carbón.
¡Qué tan populares son¡. Cada sondeo que indica “ganador”
allí están los primeros con el caballo vencedor en la
carrera.
Mientras finaliza el concurso hípico, adoptan una interesada
postura de aparente neutralidad, pero ya se sabe que están
con el virtual campeón para intentar sacar de la “mina” lo
que puedan y mucho más.
Pronto han perdido de vista ciertos “miopes” que el único
que siguió “haciendo el trabajo sucio” cuando “apareció”
Antonio Sampietro, fue quien fue.
Se infravalora, se desprecia en parte, en gran medida, al
único que fue leal a “la causa”, por así decirlo.
Al que circula siempre por su carril derecho, es tenido
menos en cuenta que quienes hoy van en esa misma dirección y
tan sólo ayer mismo, conducían como los ingleses, o como los
gili-políticos. Son conductores fijos de la ruta más segura
en términos de rentabilidad a “plazos fijos”.
Pero no por ser independientes, precisamente. Echo tanto de
menos a la entrañable peseta. La zanahoria es su única “idea
verde” con la que sueñan, con la que se acuestan y se
levantan.
Tanto los del símbolo del Hacho, como el “responsable” de
“nuestra” televisión, tomaron posición clara, pública, y
notoria: eran más del GIL que el caballo de aquel que se
murió sin devolverle al pueblo el dinero robado. Le
deberíamos hacer una sesión espiritista para que lo haga y
pueda descansar en paz.
El pueblo me refiero. El gilista político , que se queme en
el infierno con todos los ladrones que, sin necesidad real,
como la tienen los pobres de verdad, que los hay y muchos,
se apropian indebidamente del dinero y cosas ajenas.
Podrían hacer con los políticos como cuando pides un
préstamo. Hacerles un seguro por si fallecen en el ejercicio
y se van al otro mundo con más “peso” de lo que legalmente
le hubiera correspondido.
Si las compañías aseguradoras son reacias a hacer seguros
con las motos, en este supuesto creo que muy pocos serían
los políticos a los que “cubrieran” las aseguradoras. ¿Me
equivoco?. ¿Acierto?.
Se lo preguntaré a Eduardo Gallardo para obtener una
respuesta “segura”. Por cierto, los comentarios que voy a
desarrollar a partir de ahora son relativos al gremio del
que Eduardo formó parte en su día.
El tema de la organización terrorista ETA es para mí uno de
los muchos “pasteles” de esta democracia.
Personalmente me considero un demócrata liberal pero soy de
la opinión de que si de mi dependiera, metería en la cárcel
a todos y cada uno de los presidentes de los gobiernos que
hemos tenido hasta ahora: UCD, PSOE, PP, y PSOE; todos
aquellos que hayan tenido “relación” con la banda asesina.
Cada uno de ellos, a su manera, han pretendido dar una
solución y pasar a la historia de nuestro país con página
resuelta sobre un tema que surgió solito y que no es
consecuencia necesaria del sistema político.
Aparecieron unos asesinos en el horizonte y pusieron a todo
el mundo en jaque. Pero, ¿por qué?.
Sencillo: porque nuestros políticos equivocaron el verdadero
sentido de una democracia. Se encargaron de construir
“interesadamente” una democracia sustentada en pilares
débiles.
Al socaire de esa “debilidad” se desarrolló un cáncer que a
buen seguro, ni usted ni yo, buscamos.
Los mecanismos policiales, judiciales, y relaciones
internacionales-exteriores con Francia, fallaron
estrepitosamente.
Pregunto: ¿por qué razón hay que hablar o dialogar con unos
terroristas sean de ETA del GRAPO o…de la conchinchina?.
Un Estado de Derecho debe resolver estos conflictos con sus
propias herramientas sin necesidad de recurrir a “paños
calientes”. Debe ser fuerte para combatir este tipo de
lacras con sus “armas” legales.
Y doblemente eficaz para averiguar a quién pertenece el
nombre y apellidos de esa “x” que se quedó sin despejar.
Letra del furgón de cola de nuestro abecedario
correspondiente al PSOE, pero que digo lo mismo si la UCD,
también hizo suyo “el diente por diente”. Aplicación a todos
los partidos que gobiernen.
Porque si no comparto la violencia suscitada por unos “chalaos”,
mucho menos comparto la “guerra sucia estatal”. No paso por
ninguna de las dos. Pero, con la segunda, menos aún.
El Estado de Derecho no puede ni debe convertirse en asesino
para combatir a asesinos. Hasta ahí podríamos llegar.
Así pues, yo no soy partidario del diálogo con ningún
criminal, con banda o huérfano de ella. Tampoco soy
partidario de la pena de muerte. Eso si: aquel que ejerza
violencia en nuestra democracia, se debería de pudrir en la
cárcel. Ni redención de penas, ni narices. De la cárcel, al
cementerio, más o menos. Mejor más.
Nacido a unos 36 kilómetros de Larache, en el pueblo
marroquí de Al Quazar el Quivir. A sus cinco años de edad,
su familia se establece en Ceuta. Su padre Rafael López
Hidalgo, de profesión militar, recorre el Protectorado
Español del Norte de África. Falleció en nuestra ciudad en
su categoría de coronel del Grupo de Fuerzas Regulares de
Tetuán nº 1 en Marruecos y Ceuta. Su madre es Juana García
de Vinuesa López, de 82 años. Me permito darle unos besos
cariñosos y felicitarla porque “parió” a un gran hijo, para
bien suyo y de su familia y de cuantos tenemos el honor de
disfrutar de un ser especial, por bondadoso, serio, y
solidario con el prójimo.
Francisco Javier López García de Vinuesa, aunque no nació
circunstancialmente en esta tierra, es un ceutí más de toda
la vida. Desde los 5 vivió en Ceuta.
Cumple años el mismo día que le entrevisto en el hotel La
Muralla. Es un martes y me dice que es del primer día del
signo Géminis pero que él no tiene dobleces, no tiene dos
caras, dos personalidades. Celebra sus 54 y es de la misma
clase que yo del colegio de San Agustín.
Francisco Javier, Paco, tras terminar sus estudios de
Bachillerato y Preu, oposita al Cuerpo de Funcionarios de
Instituciones Penitenciarias. Realiza prácticas en Madrid (Carabanchel).
Trabaja profesionalmente en Palma de Mallorca, Puerto de
Santa María (Cádiz), Melilla, Ceuta, y Las Palmas.
Se da la circunstancia que estando en nuestra ciudad, Paco
perteneció al sindicato de Confederación Sindical
Independiente de Funcionarios ( CSIF-Prisiones), del cual
era presidente en ese momento, Emilio Carreira.
Pues bien, le realizan una entrevista para un periódico
local, les sacan unas fotos, y salen a la luz pública dichas
instantáneas.
En una determinada inspección que se realiza en la prisión
de Los Rosales, a finales de los años ochenta, contaba esta
prisión ceutí con una población de presos etarras en torno a
los quince, y descubren en el cacheo a un terrorista de
Jarrai (los jóvenes etarras), en posesión de fotocopias de
las fotos publicadas.
De todos es sabido que hace años cuando no se quería a
alguien en la Península, se la enviaba a Ceuta. A los
“malos” españoles, al Fuerte del Hacho, al Presidio ceutí,
como castigo máximo. La política antiterrorista del PSOE y
de los partidos políticos, en su idea de la dispersión de
presos etarras, no olvidó tampoco que el Estrecho es pequeño
pero que separa. Que nuestra ciudad sirve al menos como
ejemplo de castigo. Qué suerte la nuestra.
Entre los reclusos etarras de Los Rosales, se puede decir
que estaban los más sanguinarios: el tan afamado ahora
Ignacio De Juana Chaos, el carnicero de Mondragón, Jesús
María Zabarte Arreguí, Mikel Zarrasketa, entre otros
candidatos “ex españoles” al premio Nóbel de la Violencia.
Como consecuencia de encontrarse las referidas copias de las
fotos en posesión del etarra, el director de Los Rosales,
advierte a Paco de la conveniencia de cortarse el pelo y
quitarse la barba. Paco hace caso omiso al director en sus
consejos aunque, no obstante, adoptó otras medidas de
seguridad.
El año 89 fue para Paco y para el resto de sus compañeros
funcionarios de Prisiones de Ceuta, de constante temor y
amenazas. “Se lo voy a decir a mi organización”, era como
una frase lapidaria en plan “saludo” de “buenos días”.
En ese ambiente de terror permanente es como trabajaban los
funcionarios de prisiones.
En el año 90, en septiembre, el director de la prisión de
Las Palmas, le ofrece a Paco el cargo de Jefe de Servicios,
y acepta.
Estando en aquella macroprisión de 1300 presos, vienen
casualmente conducidos con posterioridad De Juana Chaos y
Zabarte. Tan sólo unos meses después de la incorporación de
Paco.
Al ser la población reclusa mayor que la de la prisión
ceutí, lógicamente existían más internos de ETA.
Es en junio del 91, ocho meses después de trabajar en Las
Palmas, cuando Paco visita el módulo 10 de la prisión donde
estaba De Juana.
Al subir a su celda, iba acompañado del funcionario
encargado del módulo, que tenía la obligación de cachear al
interno, en este caso a De Juana Chaos, se dirige el
terrorista hacía Paco y le dice como si tal cosa:
- ¡ Hombre¡, Francisco Vinuesa, - le amenaza el asesino De
Juana Chaos - conocido torturador de las prisiones de Málaga
y Ceuta. Usted y sus familiares si que son terroristas.
También conozco a su hermano Rafael, funcionario de la
prisión de Ceuta. Si le veo por la calle, le meteré veinte
tiros en la frente. El odio que usted le tiene a ETA y esta
actuación que han tenido hoy contra mí, será puesta en
conocimiento de mi organización.
Ocho meses después del “mensaje”, Paco recibe un
paquete-bomba a su nombre y a su cargo, en su domicilio
dentro del complejo penitenciario.
Se trataba el paquete-bomba de un libro vaciado en su
interior que contenía, según fuentes policiales, una carga
de unos cuatro cientos gramos de explosivo.
Afortunadamente, Paco sigue vivo aunque su vida cambió para
siempre desde aquel día que recibió la correspondencia de
ese libro no remitido precisamente por el Círculo de
Lectores.
La historia que siguió desde ese trágico momento merece la
pena empezarla por el principio. Es demasiado bonita como
para abordarla en un final en el que uno está ya algo
cansado. Y ustedes, también.
Si así lo desean les espero el próximo domingo en el que
comenzaré con la historia con la que hoy no quiero acabar.
¿Me acompañarán?. De ser así, gracias de corazón. Buen
domingo pasemos todos.
Suenan con fuerza los tambores de mi África natal. Sus ecos
me quitan “pulgas”. Y Punk no sabe de qué hablo. Perro
tonto, presumido, protegido, vegetariano, activo. Celos a
mi…
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