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cultura - SÁBADO, 23 DE JUNIO DE 2007


Jose Luís Gómez Barceló. NICOL´S

PREMIO DE LAS ARTES 2007 / ENTREVISTA
 

Gómez Barceló: “Una
persona no puede estar
enfrentada a su retropaís”

El cronista oficial que nació en Tetuán, subraya la necesidad de “mirar de cara” a Marruecos para entender la historia de Ceuta
 

CEUTA
Elsa Cabria
elsacabria@elpueblodeceuta.com

La imagen tradicional que se tiene del archivero, solo en su despacho, con un sistema de trabajo totalmente individual, no revela la realidad. Así lo constata el profesional más célebre este área de la ciudad autónoma, el cronista oficial, José Luis Gómez Barceló (Tetuán, 1964). Dice que no trabaja en equipo, pero el trato con investigadores para facilitar información bibliográfica es constante. “Por no hablar de la cantidad de visitas que se reciben de público no especializado que viene a solucionar dudas de su árbol genealógico”. En la línea de romper tópicos añade el cambio que han experimentado los archivos. “La informática e internet han cambiado el panorama. La transmisión de documentos ya no tiene distancia. Antes había problemas de catalogación, pero ahora el inventario se puede hacer en red y resulta más abierto”.

La dedicación a su trabajo y el espíritu autodidacta de su formación como archivero han sido reconocidas de forma especial en 2007. Por ello, el próximo sábado recibirá el Premio de las Artes y la Cultura. Un galardón que valora la contribución de Gómez Barceló como testigo atento de la historia actual. “Escribo sobre el Estrecho, abarco los puntos más importantes de la orilla sur -Campo de Gibraltar, Tetuán y la ciudad autónoma-. No puedo cerrarme a la historia local para escribir de Ceuta”.

Este tetuaní de nacimiento -su abuelo fue director del hospital civil- subraya que el carácter fronterizo es básico para que “una persona no pueda estar enfrentada a su retropaís. Hay que vivir de cara para conocer el territorio que nos rodea, sino no se podría entender el pasado de la ciudad”, explica.

Sáhara


El cronista de la Ciudad ve la frontera con el país vecino igual que el resto de fronteras. “Es una línea imaginaria que marca dos mundos diferentes”. Un trazo en el mapa que, a nivel sociopolítico, se complica cuanto más al sur del reino Alaui. Especialista en los siglos XVIII, XIX y XX, hasta 1931, tiene una percepción concreta de la independencia saharaui. “Marruecos y el Polisario tienen posturas encontradas y distantes. El acuerdo se hace a todas luces necesario, pero va a ser complicado”. Las negociaciones que se están desarrollando en Nueva York (Estados Unidos) tienen una lectura positiva a juicio de Gómez Barceló. “Poca gente lo sabe, pero Marruecos fue el primer estado en reconocer la independencia norteamericana. Desde entonces mantienen una relación privilegiada porque fue su primer apoyo oficial. Esto convierte a EEUU en un válido interlocutor”, explica.

Gómez Barceló lleva ya muchos años entre libros. Una oposición le dio la oportunidad. El resto, trabajo. “Nunca me he planteado si este era mi sueño. Los libros no son lo único que me rodea, también hay fotografías y, sobre todo, cuadros. Uno no debe conformarse con el escenario creado por otros, también hay que buscar el de la realidad del viajero”. Y de esto, él sabe bastante. “He recorrido casi toda España, Portugal, Francia, Gran Bretaña, Marruecos, pero me queda medio mundo por conocer”, señala.

Vivir inmerso en el tiempo pasado de Ceuta le da criterio para elegir un personaje al que le pondría una estatua. “Si me preguntasen, levantaría un monumento a Juan I de Portugal. Marcó un cambio notable en la ciudad. Aunque también debo decir que algunas esculturas que se pusieron recientemente son de justicia con el valor del personaje, como es el caso de Al Idrissi, una persona que no fue fruto del localismo”.

No obstante, dice que las personas debemos vivir “el momento que nos toca. Actualmente es un periodo de paz y eso que la historia española está llena de guerras”.

De vuelta a su trabajo, defiende la labor de archivero como un ejercicio “sumamente creativo” donde la rutina se divide en organizar e informatizar información y buscar expedientes para el público. “Por algo tengo la mesa llena de papeles”. Lo que si reconoce es que tiene una pauta que no le falla: “no dejo para mañana lo que puedo hacer hoy y no permito que mis sentimientos interfieran en mi objetividad. No hablo con soltura a partir de la II República”.
 

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