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OPINIÓN - DOMINGO, 24 DE JUNIO DE 2007

 

OPINIÓN / PERSONAL Y TRANSFERIBLE

Desde la Soria de Machado
 


Domingo Ramos
domingoramos@elpueblodeceuta.com

 

Estar en Soria y no recordar a Don Antonio Machado es imposible. Y más si se cumplen los cien años de su llegada a la Ciudad del Duero, una etapa decisiva en su biografía y en su obra, (“esta ¡Soria fría, Soria pura, cabeza de Extremadura, con tu castillo roquero, arruinado sobre el Duero…”). Por doquier abundan los recuerdos, el Olmo Viejo (“antes que te derribe, olmo del Duero/ con su hacha el leñador y el/ carpintero…”), el camposanto donde reposa Leonor (“su esposa breve y musa permanente”) cuya muerte provoca la salida de Soria del poeta que, como diría Gerardo Diego, “… allá va Antonio Machado/ mas a rastras que de costumbre…”/, la Iglesia del Almenar, donde se celebró el bautizo de su esposa; la Iglesia de Santo Domingo la más armónica del siglo XII según dicen; el instituto de Enseñanza Media, donde dio sus clases y en cuya fachada se ven párrafos poéticos de Machado.

Los sorianos, para perpetuar la memoria del insigne poeta, han organizado la I Velada Poética, “a Orillas de Machado”, que se llevó a cabo por la Comisión Nacional creada al efecto el pasado quince del actual mes en el Casino de Soria, con la participación de reconocidos poetas contemporáneos (Alfonso Armada, Maria Ángeles Maeso, Juan Carlos Mestre, Santiago Bolaños, etc.) a la que seguirán veladas poéticas en los meses de septiembre y octubre próximos.

En esta tierra de Soria, “árida y fría”, de respiración machadiana, no es difícil, como hemos dicho, rememorar pasajes de la vida de Don Antonio y, entre ellos, aquellos que hacen concebir como desde “una infancia de recuerdos de Sevilla” nos empapa, con su lírica e inolvidables poemas, del carácter de sus gentes, del paisaje soriano o, en una palabra: “de amar los mundos sutiles” (“Amanecer de Otoño”, “Campos de Soria”, “El mañana efímero” y otros o, quizás, los mas conocidos como “La Saeta”, “Las Moscas”, “Retrato”, etc. popularizados por el insigne canta-autor Juan Manuel Serrat).

Hemos estado a los pies del “Olmo Seco” (“hendido por el rayo y en su mitad podrido”), contemplado como el pueblo se ha encargado de que no desaparezca inyectando en él nuevos productos y empleando modernas técnicas para mantenerlo enhiesto; recorrido las vetustas calles de Soria empapándonos de “la Ciudad del Poeta” de ¡”Colinas plateadas, grises alcores, cárdenas roquedas, por donde traza el Duero su curva de ballesta…”! y sus edificios restaurados para conseguir su antiguo estado. Hemos, también, andado por los nuevos parajes de la Soria moderna, que será por aquello de los albores del estío, nos ha recibido, aun sin un mar donde reflejar su cielo, con una luz que nos parece africana.

D. Antonio Machado se merece el reconocimiento público por su obra poética y su vida consagrada a la enseñanza, y Soria, por lo que hemos podido ver, así lo viene demostrando con las constantes muestras de aprecio que sus ciudadanos dejan plasmadas en sus calles, instituciones y actos que rememoran continuamente a tan insigne poeta.
 

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