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OPINIÓN - VIERNES, 29 DE MAYO DE 2007

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

El defensor del pueblo
 


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

Aunque no siempre ha sido bien valorado, incluso dentro de su propio partido, y en los grupos hostiles al PSOE, Enrique Múgica ha sido en todo momento consecuente con la realidad que estaba abordando y, al mismo tempo, ha sabido leer y entender las circunstancias por las que pasó, algunas de ellas dolorosas.

Yo a Enrique Múgica no le tildaría de “progre” ni tampoco de hombre del pasado, Múgica es un hombre de su tiempo, que sin ser original sí se separa bastante de las “ruletas rusas” que manejan mucho los políticos de unos bandos y de otros.

La frase “ ni olvido ni perdono”, pronunciada tras el asesinato de su hermano, está muy lejos de la demagogia barata de los charlatanes de feria en que se convierten muchos políticos cuando hay un asunto difícil y tienen que decir lo que no sienten, para así arrancar algún voto más.

Y Múgica acaba de dar el último aldabonazo en el Escorial, en la inauguración del curso: “ A propósito de la violencia en la escuela”. Aquí no vendió humo y abogó por una relación docente – discente muy distinta a la que se viene dando en las aulas. Su propuesta no necesita una tesis doctoral de Oxford, ni mucho menos, pretende que el tuteo entre profesor y alumno debe ser suprimido. Y aquí no se rompería nada, no se rompe nada por tratarse de usted y saber estar cada uno en su sitio. A lo largo de 38 cursos ya cumplidos por mi parte como profesor, jamás toleré que, en clase, un alumno me llamara de tú y, es más, no lo voy a tolerar en el futuro, los ocho cursos que si la salud me acompaña estaré en mi cátedra.

No sé si Múgica es de mi edad, tampoco me importa mucho, pero lo que sí me importa es que un político que ha pasado por varios puestos de alta responsabilidad sea capaz de ver el deterioro que hay hoy en los que “debieran ser centros de enseñanza, formación, información y educación”. Y tiene razón cuando habla de un deterioro en el que hemos participado todos: muchos profesores que prenden suplir sus deficiencias haciéndose graciosos y tolerando todo para salir del paso, sin más. Los padres, naturalmente, que en vez de reclamar una formación integral y seria para sus hijos han aceptado que los centros de enseñanza se hayan convertido en aparcamientos de chicos y muy poco más. El fin justificaría todo tipo de medios. Los alumnos, que atraídos por otras opciones, televisión, todo tipo de maquinitas, distracciones a base de botellón ..., sin valorar y sin saber realmente lo que quieren y a lo que aspiran. Y, por supuesto, la administración cada vez más enfrascada en intentar formar secuaces que en dar una formación seria, en los valores humanos.

Pues bien, que en esta situación, un ex-ministro y todo un Defensor del Pueblo diga las verdades del barquero, es, cuando menos, merecedor de nuestro aplauso, del mío, por supuesto, como docente y de los padres sensatos, que los hay, creo que también.

Y además, Enrique Múgica, por si alguien piensa otra cosa, no hace halagos a épocas pasadas y trasnochadas, como por ejemplo al franquismo. En este sentido, pasa olímpicamente del momento y de quien está gobernando, él quiere volver a unos centros en los que había que aprovechar todo, para recibir una formación para el futuro.

Si eso, que yo no lo creo, era propio de una etapa tan desdeñada como la de Franco, mejor o peor para él, y si es más propio de un sistema democrático serio, todavía mejor. Pero lo que Múgica no canta y nosotros tampoco vamos a cantar, es la serie de ambigüedades, la serie de trampas, la serie de engaños que se vienen dando con “soluciones de tómbola de feria” para unos que han sufrido acosos violentos por sus propios compañeros y para que la mayor parte crean que tienen algo al salir del instituto, cuando lo único que llevan es un título, si me apuran mucho, de papel mojado, en un porcentaje grande de casos.

El tuteo, del que se valen los “progres”, en clase no ha acercado más en la relación del docente con el discente. Con el tuteo no se ha suplantado al padre, que maldita la falta hace que el profesor suplante a nadie. Hay que decir que en la educación y en ciertos momentos el profesor lo que hace es SUPLIR ( ¡¡ No suplantar!!) al padre, en un momento dado y en una materias determinada, no en otra cosa. El tuteo no acerca, el tratamiento de usted no separa.
 

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