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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 4 DE JULIO DE 2007

 

OPINIÓN / EL OASIS

Diego Quintero
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Parece ser que la directiva de la Asociación Deportiva Ceuta, atendiendo a los deseos de José Enrique Díaz, ha decidido que sea Diego Quintero el entrenador del equipo. Eso sí, los directivos han sopesado los pros y los contras de la contratación del técnico sevillano, durante el tiempo que han creído conveniente.

Tiempo dedicado, como debe ser, a recabar opiniones, a solicitar informes de Quintero y a compararlos con las posibilidades que ofrecían otros entrenadores de cierto prestigio en la categoría que milita el conjunto presidido por Felipe Escane. Con lo cual, suceda lo que suceda durante la temporada, lo que nadie podrá achacarles a los directivos es de haber pecado de precipitación en asunto tan fundamental.

En los primeros momentos, es decir cuando apenas nadie sabía que DQ entraba dentro de los planes del director técnico, o secretario técnico, llámese como se llame el cargo ostentado por el ya reseñado José Enrique Díaz, a mí me dio por hablar del asunto con Antonio García Gaona. Y éste (quien será muy pronto el presidente de la Federación de Fútbol de Ceuta), tras responderme de entrada con un pronto brusco desacostumbrado en él, quiso conocer mi opinión al respecto.

Diego Quintero, le dije a García Gaona, al margen de su brillante historial a la vera de Sergio Kresic, fue jugador de la Agrupación Deportiva Ceuta y dio pruebas evidentes de adaptación a esta ciudad. Vivió en ella perfectamente y nunca se le ocurrió menoscabarla en ningún sentido.

Algo que es de suma importancia; sobre todo cuando hemos tenido que soportar a un entrenador que aireaba su aburrimiento y la necesidad que tenía de que se le firmara un ayudante para combatir ese abriero de boca permanente que le producía vivir en esta tierra. A propósito: vaya ocasión que tuvo la directiva, entonces, para haber puesto a Carlos Orúe al otro lado del Estrecho.

A lo que iba, que esta opinión sobre Diego Quintero es la que he ido dando a quienes me han preguntado en relación con alguien a quien yo tuve como jugador durante tres temporadas. Temporadas que fueron decisivas para su devenir como futbolista.

Sucedió que un día, cuando el Portuense comenzó a ser alguien en la Segunda División B, me hablaron de que en un destacamento portuense de la Marina estaban haciendo su servicio militar dos jugadores prometedores: eran ellos Quintero y Mario. El primero, desesperado porque el Sevilla no le prestaba ya la menor atención y el segundo, nacido en Barbate, porque el Valencia no había sido capaz de buscarle solución a su inactividad.

En pocos días, y gracias a las amistades influyentes, Quintero y Mario pudieron estar conmigo compitiendo en un equipo que no ascendió a Segunda División A porque la Agrupación Deportiva nos superó por un punto. Pero ambos demostraron su enorme valía, durante tres años, y lograron hacerse con un historial que les ayudó a disfrutar de mejores contratos en equipos de superior categoría.

Por ello me extraña, que, días atrás, las informaciones periodísticas hayan silenciado el nombre del Portuense como equipo importante en la trayectoria como jugador profesional del nuevo entrenador del Ceuta. Un error improcedente. Pues no creo que Quintero, al cual creo conocer bien, haya sido capaz de omitir adrede el nombre de ese club. Por una razón muy sencilla: en El Puerto de Santa María encontró la ayuda necesaria para ejercer su profesión.

En fin, sólo me queda darle al nuevo entrenador la enhorabuena, que tiempo habrá de contar, si lo creo conveniente, alguna que otra anécdota de las muchas que ambos vivimos.
 

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