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OPINIÓN - SÁBADO, 7 DE JULIO DE 2007

 
OPINIÓN / EDITORIAL

El Príncipe, como otra barriada más de la ciudad

El presidente de la Ciudad fue claro a lo largo de la pasada campaña electoral. Niguna barriada será distinta a las demás, ningún lugar de Ceuta se verá discriminado en relación con otras zonas de la misma ciudad.

El superintendente Jefe de la Policía Local adelantaba la pasada semana a este medio su intención de que, en materia de seguridad y en lo que respecta a sus agentes municipales, los agentes cumplirán con sus funciones en todos los puntos de Ceuta.

De hecho, una patrulla se encuentra fisicamente en el barrio, y se unen a los dos agentes que se encontraban destinados en el Polifuncional del Príncipe.

Los funcionarios de la Policía Local patrullarán las calles y vigilarán el cumplimiento de las ordenanzas y la seguridad del tráfico. Motivo éste que debe ser bienvenido por los vecinos de este barrio que, en su mayoría, demandaba la presencia policial, no sólo de la Nacional en referencia a sus labores de seguridad ciudadana, sino de los ‘locales’ como se les denomina comúnmente.

La ley y el orden es el primer objetivo que debe cumplir una sociedad en democracia para evitar que sus individuos no ocupen el terreno de las libertades individuales que les son ajenas y, por tanto, evitando así el libertinaje en todos sus más variados y amplios conceptos.

La Policía está para ayudar y reprender al que cometiere actos en contra del orden que nos hemos impuesto para vivir armónicamente en una sociedad avanzada. No debe, por tanto, verse en la presencia de la Policía de un modo amenazante. El que, en una sociedad como la nuestra, teme a los agentes de la autoridad y, por tanto, los combate de algún modo, esconde tras él la oscuridad del que vive al margen de la ley.

Los ciudadanos de bien, los que miran por la sociedad y no cometen actos incívicos o contra la ciudadanía en cualquiera de sus modos, deben acoger la presencia de los agentes en las calles [sean las que sean], como algo común y propio de las sociedades avanzadas como la nuestra, algo normal y respetado.
 

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