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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 11 DE JULIO DE 2007

 
OPINIÓN / VERBA SEQUENTUR

Zapatero echa lastre por la borda

Por Miguel Massanet Bosch


Bueno, que les voy a decir, es evidente que los ministros del señor Zapatero se desgastan más deprisa que una de aquellas zapatillas de suelo de rafia que usábamos cuando éramos niños. No se puede decir que nuestro Presidente se ande con chiquitas cuando ve peligrar su puesto por culpa de las “genialidades” de sus ministros y tampoco, lo debemos reconocer, le falta algo de razón al desprenderse de algunos de ellos máxime teniendo en cuenta las pifiadas garrafales que han cometido durante el ejercicio de sus cargos. Si descartamos al señor Fernández Aguilar, que fue destinado a Canarias para presentarse a las autonómicas, el resto, incluso el señor Montilla, ministro de industria por un corto periodo, lo fueron por no perjudicar la imagen del señor Zapatero que, en caso contrario, corría el riesgo de que le arrastraran con ellos a la sima del desprestigio y la impopularidad.

Montilla fue uno de los ejemplos claros de ministro incómodo. Creo que fue apartado de Catalunya para alejarlo de la mareada que se formó con el tema de los mil millones que le fueron perdonados por la Caixa al PSC, hecho que estuvo a punto de ponerle contra las temidas cuerdas de la dimisión, verbo que horroriza a todo socialista que ha conseguido salir del trabajo duro para ocupar un descansado sillón en la política. Lo de la Opa de Gas Natural y todas sus rocambolescas implicaciones en ella fueron la causa de que  Zapatero decidiera alejarlo de nuevo de Madrid para endosarle el cargo de President de la Generalitat. Un ejemplo de cómo un personaje ambicioso, pero falto de preparación, puede escalar posiciones para, desde lo alto, continuar ejerciendo su incompetencia.

No le ha salido especialmente acertada, al señor Zapatero, su famosa apuesta por la igualdad paritaria entre ministros y ministras. Si es cierto que ministros, como Bono, le causaron más de un rifirrafe (un ministro de defensa que piensa que se puede defender con un ejército que, en vez de balas, da la otra mejilla al enemigo algo para causar hilaridad al ciudadano más adusto) como el de la famosa falsa acusación de violencia contra dos infelices ciudadanos que acudieron a una manifestación y las, no menos molestas, opiniones sobre su  colega en Catalunya, señor Maragall; que terminaron por obligarle a retirarse de la política ( forma eufemística para decir que lo echaron); tampoco se puede negar que su ramillete ministras se hayan lucido demasiado. No se vayan a creer, ni por un momento, que la Salgado haya sido promocionada al pasar al ministerio de Administraciones Públicas. Para mí que Zapatero no se ha atrevido a desprenderse, de una tacada, de tantos ministros y por ello ha decidido que, ya que no tenía más remedio que sacar del ministerio de Sanidad a la anoréxica ministra (la de las calorías, hamburguesas, y su manía contra el vino) vista su afición a salirse continuamente del puchero; ha pretendido disimularlo enviándola a uno de los ministerior de los que menos se habla, al menos hasta ahora; en adelante ya veremos.

Hablar de la ministra Trujillo es lo mismo que mentar a los pisos microscópicos. Su manía por las microviviendas la puso de moda y fue, como en sus días el señor Morán, motivo de chistes y chascarrillos. Su actuación al frente del ministerio de la Vivienda ha sido anodina y deficiente, ya que no ha conseguido controlar el precio de los pisos, ni satisfacer las aspiraciones de los jóvenes de conseguir un lugar donde vivir. No creo que Zapatero haya debido de pensar demasiado para deshacerse de ella a la primera ocasión que se le ha presentado. Sin duda que no er su mejor baza de cara a las elecciones. Lo mismo podemos decir de la ministra de Cultura, la señora Carmen Calvo que tiene en en su haber el haber expoliado el archivo de Salamanca. El traslado del Archivo Histórico de la Guerra Civil a Catalunya, la marcó para el resto de legislatura porque si bien satisfizo, como no, a los catalanes, consiguió indisponerse con más de media España. Un lugar de reunión de estudiosos de la contienda civil ha quedado, en virtud de la señora ministra, despedazado y, lo que es peor, en manos de aquellos que perdieron la guerra interesados en que no se sepa la verdad de lo sucedido. Otros temas controvertidos, en los que intervino la Calvo, fueron el relativo a la regulación de la Propiedad Itelectual y sus planes antipiratería seriamente cuestionados por los consumidores. Su actuación estelar, sin embargo, ha sido la Ley del Cine con la que ha conseguido críticas de todos los sectores. El relevo de Jordi Sevilla, no obstante, parece que tiene más que ver con la necesidad de reforzar el PSV que por otros motivos.

Vean por donde, el señor Zapatero, impulsor de la paridad en el Gobierno, resulta que, con los cambios realizados, se ha quedado sin ella favoreciendo, en esta ocasión, a los varones. ¿Recuerdan sus mangoneos con las listas del PP en Canarias por ser todas mujeres sus integrantes? Veremos si la Vice de la Vogue (con tan poco peso físico y, no obstante, un peso pesado de Zapatero) se rebela contra el señor Presidente por este atentado contra las mujeres. Dicen que el cambio ha sido para reforzar al Ejecutivo ante las próximas legislativas. Habrá que ver lo que hacen porque el último de los cambios, el del señor Fernández Bermejo, fue más bien una chapucilla, algo así como meter a un zorro en el gallinero de la Justicia. Por de pronto algo sabemos del señor Bernat Soria. Valenciano, un científico de prestigio pero, al mismo tiempo, de pocos escrúpulos con la vida de los embriones humanos, lo que no deja de preocuparnos en un cargo que le va a permitir influir de una manera decisiva en estas manipulaciones que rondan peligrosamente los derechos inviolables a la vida de los seres humanos. En cuanto a la Chacón ya conocemos su trayectoria. Catalana, barrerá para casa, por ello el PSC ha manifestado su alegría por el nombramiento; en cualquier caso una adicta de las que le gustan a Zapatero: fiel, moldeable y dispuesta a todo por el partido. El señor Molina es para mí una icognita por tanto no puedo opinar.

 No sé, ya veremos lo que nos depara el futuro con los nuevos ministros, pero, conociendo al señor Presidente, sabiendo el talante del resto de sus ministros y conocedores de su trayectoria, poco podemos esperar de los cambios, fozósamente transitorios, debido a la proximidad de los comicios. En todo caso sobre todo ello sigue planeando, ominosa y misteriosa, la sombra de la ETA y de su influencia maligna sobre el Ejecutivo. Ella tiene la llave de todo.
 

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