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OPINIÓN - DOMINGO, 15 DE JULIO DE 2007

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

CP Alhaurín Gran cinco estrellas
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

¿Para cuando el nuevo Centro Penitenciario de Ceuta? Tan solo espero que sea la décima parte de increíble que el nuestro de Alhauvips de la Torre ¿Qué dicen? ¿Qué me repito en mis exclamaciones admirativas? Vale. Eso me lo cuentan ustedes, envidiosos compulsivos, cuando la cárcel de Ceuta tenga jardines andalousíes con riego automático por aspersores y puentecillos sorteando estanques. Y arte. Porque el Director, Antonio Guerrero y el jefe Rafael, que mueven el cotarro de artistas enchironados, ya no tienen suficiente con emperejilar una galería de arte en la entrada, sino que han convertido en museo “toda” la cárcel, módulos de internos incluidos.

¿Qué dicen con sus bocas pecadoras? ¿Qué si el Director y las Juntas tienen ingresos-extra de Madrid para pasarse el día mejorando y restaurando? Pues no. Yo creo que no les dan un duro de más, pero los céntimos los estiran con imaginación y poderío para dotar de calidad de vida a la población reclusa y les sale de los cataplines el apostar en duro y cabezón por la reinserción por el trabajo de las criaturas. De hecho, esta cárcel absolutamente mágica, con arcos de madreselvas esperando a los visitantes, es infinitamente mejor en política de cumplimiento que cualquiera de los dejados y zarrapastrosos centros penitenciarios de toda España, por ello, de ser imaginativos en la Dirección general, deberían señalar a Málaga como centro de cumplimiento en lugar de la lobreguez desagradable de Botafuegos, la tristeza infinita de Albolote donde, en efecto, tienen espacio para duchas en los chabolos, pero por dentro y por fuera es inhóspita y deprimente y no digamos el horror del Acebuche almeriense, donde dicen las malas lenguas que hay chinches y miseria por un tubo. Espacio tienen todas las cárceles. Pero no tienen a Antonio Guerrero ni al personal del funcionariado malagueño, a quien eligen por profesionalidad, simpatía y lo que es más importante, empatía.

¿Los abogados? Nos tratan como a principitos y nos han montado un nuevo locutorio de abogados en plan VIPS-Alhaurino, lo que significa luces halógenas, suelos de mármol impolutos, sofás, esculturas exquisitas en hierro forjado, diseño a tope, muchos cuadros en las paredes, ambientadores fragantes y dos cuartos de baño bien amplios, uno de ellos para minusválidos. De nuevo halógenos ¡cuadros en las paredes del WC! Y espejos sobre los lavabos con marcos de madera labrada. Sistema acústico de discoteca para que ni reclusos ni letrados fuercen la voz y todo tipo de facilidades y detalles para hacer de cada visita a la prisión un momento cómodo y placentero. ¿No les pueden los celos y el resquemor ante la magnificencia de la gestión profesional de Alhauvips? Pues se joden ustedes, dicho sea con perdón de la palabra y sin ánimos de señalar, porque la Directiva y los funcionarios son “nuestros” y de aquí no se mueven, ni nosotros los permitiríamos, al mínimo cambio que no sea a mejor aún nos amotinamos. Por cierto, el polvorilla del Director y sus hombres de Harrelson, que son los subdirectores, todos ellos más bonitos que un San Luis, se han empecinado con los enfermos penitenciarios, que son las más desdichadas de las criaturas porque están malos y están presos y les están montando una enfermería que parece una clínica de Marbella , a todo plan y remendando de viejo porque trajinan entre presos y funcionarios para remozar, limpiar, restaurar, mejorar y partirse el culo trabajando en talleres o en módulos, motivados a tope y con la risilla de mala leche que da el saber que todos nos admiran y se mueren por cumplir aquí y no en una desangelada, triste y deprimente prisión, donde si quieres ver algo bello o espléndido tienes que ver si sale en la tele del chabolo. Estos directivos alhaurinos son los que todos desean pero que están aquí. ¡Chínchense!
 

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