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OPINIÓN - VIERNES, 20 DE JULIO DE 2007

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

Populismo ligth
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

¿Ustedes se consideran, políticamente, populistas ligth? ¿Qué dicen? ¿Qué si hablo de peronismo? No sean atascados mentales, el peronismo era nacional-justicialismo y tenía como emblema a esa Evita Perón, que era una artista ¡Ele! Se encrespaba el tupé con aquel peinado que, en esta Iberia vieja, esa patrióticamente llamado ¡Arriba España! Se endosaba los visones y los brillantazos y hablaba a sus “descamisados” y el pueblo argentino deliraba en una especie de histeria colectiva.

Porque aquella Eva Duarte de Perón, era mucha Evita y sabía más que los ratones coloráos y le iba el populismo-chic, de llegar a la arruinada España de la posguerra, a visitar al Caudillo y regalarnos tropecientos barcos llenitos de la bendición de Dios, que en aquel entonces equivalía a miles de reses de la Pampa, congeladas. Si en la Patria se hincó el diente a la carne en la dura posguerra, donde el Franquillo hacía malabarismos, tomándole el pelo al Hitler mientras concedía la nacionalidad española, deprisa y corriendo, de tapadillo y porque le salía de las pelotas a millares de judíos sefarditas europeos, descendientes de nuestra amada Sefarad, si algunos pudieron comer ternera fue por Evita y su populismo, que viene de populus, de pueblo.

Y pone de los nervios a los progresistas de diseño y a los pijoterines de rancia estirpe y apellidos “de toda la vida”. Será porque, los unos y los otros, tienen una idea confusa y desvirtuada de las acepciones del termino, los de izquierdas porque no entienden más populismo que el bochinche izquierdoso de chiflados de los gobernantes indigenistas, tipo Evo Morales o el inefable Hugo Chaves que es un presidente que ni pintado para salir ejerciendo de tal en la nueva película de Santiago Segura “Torrente en Venezuela”.

De hecho, el venezolano no es “real” sino un personaje ficticio inventado por el genial director y actor de los Torrente. Pero eso no es populismo, como no lo es lo imaginado por el conservadurismo centrista reformista de buen tono “hijo de” que aborrecían al descansado Jesús Gil porque el pueblo le votaba, a pesar de todo, “con todo y con eso”, aunque fuera un perlilla, aunque se le viera venir. Los señoritos de la política le consideraban “populista” y no lo era, era cercano y populachero, sin sustrato ideológico de tipo alguno y los axiomas más simplistas de la creación tipo “A mí me gusta vivir bien.

Al pueblo le gusta vivir bien. Conclusión: Al pueblo le gusta lo mismo que a mí” Y espamploneó a las putas de Marbella, a los chorizos y embelleció los contenedores, adquiriendo al tiempo un Rolls para prestárselo a las parejas que se casaran. ¡Hacía cada cosa! Pero era tremendamente divertido y la gente se partía el pecho de risa con sus ocurrencias y sus salidas. ¿Para que le vamos a restar méritos al difunto? Fueron unos años divertidos y nadie soñaba en que pudiera ocurrir el 11-M y que alguien resultara beneficiado por la sangre de los inocentes.

Los palmeros de El Mundo, siervos fidelísimos a Aznar, agitaban a diario el botafumeiro al del bigote atacando en portada a Jesús Gil, enemigo público número uno porque ganó en Ceuta y en Melilla y estaban tan obcecados con erradicar a Gil que obviaban temas importantes, descuidaban la inmigración, la seguridad ciudadana era una entelequia y el apaciguamiento baboso con la izquierda caviar un mamoneo que daría escasos réditos. Aquellos fueron lejanos y displicentes, estos lo son también. Embelesados en una difusa ideología política carente de ideas, de hecho siguen existiendo payasos nostálgicos del asesino padrecito Stalin y derechosos acomplejados y vergonzantes.

Los republicanos cristianos neoconservadores, son los únicos que saben atemperar, actualizar, matizar y realizar un populismo ligth deseado y deseable y hablar desde la más absoluta incorrección política y hacer alarde de elegante sinceridad y absoluto encanto. ¿Qué quienes son esos “exactamente”?. Ya les contaré.
 

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