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El último informe faclitado por el
Instituto Nacional de la Mujer deja entrever que en Ceuta,
como desgraciadamente ocurre en la generalidad del país,
ellas perciben menos salario que los hombres. El dato
refleja que un 21% menos.
Según este último estudio, podría decirse que la mujer
trabajadora de Ceuta se mueve principalmente en el ámbito de
la función pública local, en el sector educativo o en el
sanitario, por este orden. Pero sólo el 1’4% ocupan cargos
directivos en la suma de los sectores públicos y provados.
Ceuta ha experimentado un índice de feminización del mercado
laboral de un 55% desde 2001, sin embargo, es un hecho
-también criticado por el Instituto Nacional de la Mujer-
que este sector poblacional continúa siendo empleado en
puestos de poca responsabilidad y con menor retribución
económica.
Afortunadamente la presión desde la universidad favorece a
la población femenina, porque ellas son más y culminan con
mejores calificaciones que los hombres las distintas
carreras universitarias, por lo que no tardará mucho en que
se produzca un serio vuelco a la actual situación de
relativo equilibrio, aunque todavía decantado hacia el lado
masculino de la población.
La Ciudad Autónoma, a través de Procesa, incentiva
especialmente políticas de empleo destinadas a la mujer
mediante ayudas para la creación de empresas y
contrataciones de mujeres desempleadas, así como
determinados programas de ayuda a la conciliación de la vida
laboral y familiar. Y esto es una realidad. Aunque a estas
fechas lamentamos la situación de la mujer en el mercado
laboral, su evolución provoca esperanzas en el cambio. El
ritmo es progresivo e imparable. A mediados del año 2007 la
coyuntura sitúa a Ceuta en los parámetros similares a la
media nacional, por lo que no tardará demasiado, a medida
que avanzan los años, en que las distancias entre el hombre
y la mujer en el terreno laboral no sólo se iguale, sino que
que la mujer supere con creces al hombre.
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OPINIÓN / EDITORIAL
