65 años de historia. Desde 1904 hasta su trágica
desaparición. Un amor imposible, una rivalidad insuperable
con el torero Joselito, pasos por los tablaos, críticas y
después, silencio. Así se podría resumir la vida del célebre
Juan Belmonte: el padre del toreo en la edad de oro. Un
personaje que, sin quererlo, ha determinado otra vida, pero
esta vez colectiva, la de la compañía ‘Rubén Olmo’ que
embrujados por la biografía del torero, han dibujado un
espectáculo hecho danza para recuperar a este mito del
capote y que esta noche, entre las 22,30 y la medianoche,
presentarán en las Murallas Reales.
La compañía de reciente creación (2006) ha crecido, en
primera instancia, con la necesidad de hacer un
reconocimiento a esta figura del toreo. “Sorprendido por la
vida profesional y personal, y por los muchos registros que
albergaba”, el coreógrafo Rubén Olmo se sumergió en el mar
de la historia de Belmonte.
“Una vida dramática, con grandes amistades como Ernest
Hemingway” que esta noche podrán contemplar el público
asistente al espectáculo en el que participan 14 bailarines,
2 músicos y siete técnicos (el grueso de la compañía), tal
como indicó Olmo, ayer, durante la presentación de
‘Belmonte: la danza hecha toreo’.
La premisa del montaje es la misma que el concepto de la
compañía: “calidad”. “Cuando conocimos a la familia,
hicieron hincapié en cuidar la parte del suicidio, y así ha
sido, contamos con su beneplácito porque su nieto también es
bailarín”, explicó Olmo.
También aprovechó para presentar los nuevos proyectos de su
colectivo: ‘Pinochio’ y ‘Viento Solano’, ambas a pleno
rendimiento en 2008.
‘Pinochio’ , de estreno en noviembre, coincidirá el próximo
año con los 125 años de la creación del mítico personaje,
“aunque no ha sido adrede”, apostilló.
Al hilo de llevar tres representaciones casi al tiempo,
apunta: “no es normal dado el poco bagaje de la compañía,
pero el hecho de hacer las cosas bien, logra que el público
quiera que repitamos, y este es nuestro mayor aval”, cerró
Olmo.
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