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OPINIÓN - VIERNES, 3 DE AGOSTO DE 2007

 
OPINIÓN / EN MEMORIA DE VIRGINIA

“Del tren de la Feria, al tren de la vida”

Por Manuel Coronado Martín


Es feria, y como todos los años, hace calor. Es feria, y como todos los años, el Tren de los Escobazos llega con ella. En él, en el trenecito de las escobas, hemos reído y hemos llorado, todo en función de la edad que se tenga. En ese trenecito igualmente, hemos tratado de arrancar esa escoba que casi siempre es huidiza. Esa escoba, la maldita escoba, con la magia que posee, aparece y desaparece como la vida misma, y que, como a la vida misma, tratamos de hacerla nuestra, intentando que sea el merecido trofeo que obtenemos al hacer el viaje. Yo te imagino querida Virginia, tratando de hacer tuya la escobita del tren. A buen seguro que, junto a tus hermanas Lourdes y Bruna, y con la ayuda de tu padre Pepe, alguna habéis conseguido. Y tu madre Maruchi , viendo la felicidad en vuestras caras, reía por ello. Somos muchos los que hemos tenido la fortuna de haberte conocido, en mi caso particular, de haberte visto correr siendo muy pequeñita aún. Hoy querida Virginia, somos muchos los que te hemos llorado. Ese escozor que el llanto deja en nuestros ojos, es el mismo que algunas veces también deja nuestra risa desenfrenada. Ese llanto o esa risa, era la misma que brotaba de nosotros cuando nos montábamos en el Tren de los Escobazos con la única intención de tratar de ser más rápido que la escoba, y con ello, ganarle a su magia y obtener el premio.

Pero esa escoba, la maldita escoba, antojadiza como es, aparece y desaparece como la vida misma. Hoy, querida Virginia, te ha tocado hacer otro trayecto. También has tenido que hacerlo en otro tren. El Tren de la Vida, hará un largo recorrido para que te apees en la estación que te mereces. En esa estación, en la de Los Reinos Celestiales, serás testigo del recuerdo imborrable que dejas en mi amigo Gabriel. Desde esa misma estación, verás igualmente el dolor de todos cuantos te conocieron, y que lloran de impotencia y rabia al no haberte podido conseguir la magia de la escoba.

Hoy, el Tren de los Escobazos seguirá dando vueltas. En él, se seguirán montando la ilusión y el sollozo, y nosotros, viajeros circunstanciales, trataremos de conseguir el galardón del viaje, que no es otro más, que la maldita escoba, esa escoba, que como la vida misma y de manera caprichosa, aparece y desaparece. Escucha querida Virginia…..” VIAJEROS AL TREN”. ¿ Lo oyes? . Tu tren parte. Ah, se me olvidaba decírtelo: no te preocupes si no ves al maquinista del Tren de la Vida, el Jefe de Estación, lo maneja desde el cielo.

Feliz viaje querida Virginia.
 

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