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sociedad - MARTES, 7 DE AGOSTO DE 2007


Luis de la Corte. CEDIDA.

ENTREVISTA / LUÍS DE LA CORTE
 

“La amenaza yihadista no termina
en quienes predican el odio sino
en los que no les critican por ello”

El profesor de Psicología Social en la UAM, marcó, según la crítica especializada, “un hito en la corta trayectoria de estudios sobre el terrorismo en España” con la ‘Lógica del terrorismo’ (Alianza 2006), quinto mejor libro de no ficción

CEUTA
Gonzalo Testa
gonzalotesta@elpueblodeceuta.com

Pregunta: Como experto en la materia, ¿qué credibilidad se puede dar desde su punto de vista a las amenazas directas del terrorismo de matriz islamista sobre Ceuta y Melilla?

Respuesta: Las amenazas, tal y como se presentan en la propaganda y la retórica yihadista, son difíciles de precisar al 100%. Son más bien indicaciones estratégicas para que personas o grupos radicalizados e identificados con la ideología de Al Qaida y otros grupos salafistas violentos, si pueden, cuando puedan y como puedan realicen atentados, o favorezcan a la producción de violencia yihadista de otros modos (apoyo logístico, reclutamiento y adoctrinamiento, financiación, etc) en una u otra parte del mundo. Igual que se hacen referencias expresas a Ceuta o Melilla se hacen sobre objetivos españoles fuera y dentro de la península, sobre objetivos británicos, franceses, alemanes, etcétera. Las amenazas dirigidas a las dos ciudades autónomas no tienen ni más ni menos credibilidad que las demás.

.P: O sea, que hay motivos para estar alerta pero no especialmente preocupados


R: No quiero decir que esas amenazas no sean importantes. Hay muchas indicaciones estratégicas de ese tipo que se hacen y no se cumplen, probablemente porque no hay posibilidad de hacerlo. La cuestión es que Ceuta y Melilla están señaladas y si hay personas dispuestas, no olvidando nunca que el terrorismo es una cosa de pocos, y que consigan encontrar los recursos para ello, podrían atentar en las ciudades autónomas. Yo creo que no hay que tomar esas indicaciones a la ligera. Además, cuantas más veces se reiteren esas amenazas en la propaganda yihadista a través de Internet y otros medios de comunicación mayor será el riesgo, evidentemente.

P: En su informe sobre la amenaza yihadista en Ceuta elaborado para el Real Instituto Elcano de Estudios Estratégicos e Internacionales [Actividad yihadista en Ceuta: antecedentes y vulnerabilidades; ver http://www.realinstitutoelcano.org] habla de esta ciudad como un escenario “particularmente propicio para el yihadismo”. ¿En qué se basa?


R: La mejor manera de entenderlo es comparando la posibilidad de actividad yihadista en Ceuta y en otras ciudades españolas. ¿Qué diferencias hay? Muchas: primero, hay un gran volumen muy superior de población musulmana. Hay que recordar una y otra vez que la inmensa mayoría de los musulmanes , no son radicales, y que ni siquiera todos los radicales promueven activamente la violencia. Pero tampoco podemos ocultar que todos los yihadistas son musulmanes y, por lo tanto, la probabilidad de que aparezcan vocaciones yihadistas será mayor allí donde allá más población musulmana. Por otro lado, el terrorismo es un tipo de violencia cuyo ejercicio efectivo sólo requiere un número muy reducido de agresores, y suele ser ejercido por minorías (en el caso del terrorismo yihadista, por minorías dentro del mundo musulmán). Seis u ocho individuos radicalizados pueden producir un atentado con enormes consecuencias a poco que consigan los medios materiales necesarios para llevar a cabo dicho tipo de operación

Finalmente, volviendo al caso de Ceuta y Melilla, también hay que contar con los flujos migratorios que atraviesan sus fronteras. Al menos desde los atentados de 2003 en Casablanca esos flujos migratorios han permitido la huída de algunos yihadistas perseguidos por las autoridades marroquíes.

P: Y ¿cuál sería el papel que podrían desempeñar Ceuta y Melilla en relación a ese flujo de individuos radicales? ¿Serían zonas de mero tránsito hacia la península y el resto de Europa o también de establecimiento de posibles terroristas?


R: Hay zonas en Ceuta y Melilla donde el refugio de posibles yihadistas es más fácil que en otros sitios, entre otras cosas porque no llaman la atención. ¿A qué caballa le va a sorprender que una persona sea musulmana? A ninguno porque el mundo musulmán es parte de nuestra cultura y de nuestra comunidad.

También sabemos que hay ciertos barrios, y ahí destaca el Príncipe, donde el control y la vigilancia policial son más escasos, lo que también puede facilitar la ocultación de radicales .

P Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado dicen haber hecho un esfuerzo en la labor que realizan en la frontera del Tarajal, pero la intensidad del tráfico de vehículos y personas por ella es tal que los controles nunca pueden ser todo lo exhaustivos que desde fuera parece que deberían a riesgo de bloquear el paso. ¿Tienen las fronteras de Ceuta y Melilla, a su juicio, toda la protección exigible?

R: Yo creo que en la frontera del Tarajal hay un nivel de seguridad bastante alto, pero hacen falta muchísimos recursos para lograr los niveles que serían deseables. Por otro lado, en política antiterrorista siempre hay que combinar la búsqueda de seguridad con el mantenimiento de las libertades y los derechos de las personas, y ello con independencia de cual sea su nacionalidad o su confesión religiosa. Esto es algo que no se puede obviar nunca, pero que ciertamente plantea límites a las labores de control y de vigilancia.

P: Entre las ‘Conclusiones para la prevención’ con las que cierra su trabajo cita la necesidad de “ejercer y escenificar” a nivel local “un respeto permanente y activo al culto islámico” y de “rechazar los estereotipos negativos existentes”. ¿En ese campo el trabajo es tal vez incluso más necesario que en el ámbito policial?

R: Creo que esa es una tarea que nunca se acaba, pero también es verdad que seguramente ese no sea un problema mayor en Ceuta y Melilla si las comparamos con otros lugares de España donde empieza a haber un volumen elevado de población musulmana. Quiero decir que, en general, los habitantes de las dos ciudades autónomas que no tienen un origen o ascendencia marroquí son más respetuosos con el Islam que los ciudadanos de otras poblaciones españolas.

Pero, en cualquier caso, hay que estar siempre alerta para evitar la propagación de generalizaciones infundadas que sirvan para criminalizar a los musulmanes que habitan en España. Dichos estereotipos son condenables por sí mismos, pero además juegan a favor de los yihadistas que están empeñados en escenificar su idea de un conflicto radical y necesariamente violento entre civilizaciones (es decir, entre la civilización del Islam y la occidental). Los yihadistas quieren sumar fuerzas a sus planteamientos radicales y en aquellos contextos donde los musulmanes se sientan amenazados, a veces sin razón, pero que lo sientan, aumenta el riesgo hay de que ciertas personas se acerquen a los radicales.

P: Al hablar de la predicación yihadista siempre sale a colación el tema del control de los discursos que se pronuncian en las mezquitas. ¿Es peligroso seguir dejando a Marruecos toda la responsabilidad de seleccionar a los imames que predican en Ceuta y Melilla?


R: Es una cuestión para la que no tengo una respuesta clara pero sí sé que hay que controlar esas prédicas más de lo que se hace. Según mis fuentes, Marruecos está haciendo un esfuerzo importante en ese sentido porque el país vecino es uno de los grandes perjudicados por la propagación de ideas yihadistas. Aunque durante décadas Marruecos no se tomó muy en serio este tema, hoy día sus autoridades son perfectamente conscientes del riesgo que implica el salafismo yihadista y por ello tiendo a dar credibilidad a los controles establecidos sobre los imames que puedan predicar en Ceuta y Melilla.

Tampoco tiene mucho sentido que las autoridades españolas, con independencia de lo que haga Maruecos, no ejerzan sus propios controles. Yo no me desprendería de la cooperación de Marruecos en este y otros ámbitos, pero tampoco haría descansar esa responsabilidad sólo sobre autoridades religiosas marroquíes.

P: Hasta ahora hemos hablado de la necesidad de no tratar con estereotipos el papel de la comunidad musulmana en este tema pero, ¿a veces no se echa de menos un posicionamiento más activo y explícito de sus miembros contra el terrorismo yihadista?

R: Esa cuestión puede plantearse a nivel de Ceuta y Melilla, de todo el Estado y del mundo entero. A mi modo de ver, este es uno de los meollos de la cuestión. Para neutralizar la amenaza yihadista hay que hacer varias cosas: por un lado atajar con medios policiales, militares y de inteligencia el riesgo de atentados y de las otras actividades que los hacen posibles (propagación ideológica, captación y formación de terroristas, financiación y apoyo logístico). Pero, además, hay que ganar la batalla ideológica contra los yihadistas.

P ¿Y eso cómo se hace?

R: El problema de la batalla ideológica es que los países y los líderes intelectuales y religiosos que no profesan la religión islámica no pueden ganarla por sí solos: tienen que ayudarnos los propios musulmanes. Esta cuestión atañe directamente a la propia religión islámica: muchas veces no hay la suficiente contundencia que cabría exigir en la condena al yihadismo como ideología y como actividad, tanto desde los imames como desde algunas asociaciones islámicas.Las asociaciones islámicas de Ceuta, Melilla, España y el resto del mundo deben tomarse muy en serio esta problemática.

No se puede nadar entre dos aguas porque si no el problema se seguirá retroalimentando. La cuestión no acaba en quienes predican el odio, sino en quienes no critican a quienes predican y practican el odio. Aquí se puede añadir una analogía con el caso de ETA.

P: ¿Cuál?


R: Durante demasiados años esta organización terrorista ha gozado de dos apoyos sociales complementarios en el País Vasco. El primero de ellos provenía de que quienes gritaban en las calles “ETA mátalos” (mientras se señalaba a los pocos valientes que se atrevían a manifestarse contra ETA en las calles). Pero el segundo apoyo era aún más penoso. Lo ejercían aquellas personas que, sin compartir la ideología radical abertzale callaban y consentían los crímenes de ETA. Los mismos que cuando se producía algún asesinato murmuraban “algo habrán hecho” para culpabilizar a las propias víctimas.

Con otros modos, ese argumento del “algo habrán hecho” también ha sido aplicado por no pocos musulmanes (y también por algunos intelectuales occidentales) a las víctimas del terrorismo yihadista, cuya muerte se explica a menudo como una consecuencia natural de acontecimientos sobre los que los asesinados no tenían ninguna responsabilidad: por ejemplo, la situación palestina, la guerra de Irak, la decadencia de las naciones musulmanas, etc.

P: Volviendo al Príncipe y a otras zonas con condiciones socioeconómicas parecidas. ¿La penuria laboral, económica y social aumenta el riesgo de que se produzca la captación de potenciales terroristas?

R: Los yihadistas no sólo salen de ámbitos sociales más o menos deprimidos. La verdad es que el asunto de los perfiles de personas con más riesgo de ser captadas por grupos yihadistas no se puede definir en términos socioeconómicos, aunque es verdad que si uno varía el escenario geográfico a analizar encuentra diferencias significativas.

Parece que en Marruecos predomina un perfil socioeconómico bajo, pero si uno se va a Europa encuentra personas con niveles de educación y renta muy elevados.

P: ¿Tal vez porque en ambos casos se sienten marginados, aunque como usted decía antes sea sin razón, por Occidente, por sus vecinos, por otra comunidad...?

R: Si una persona se siente marginada, con razón o sin ella, porque esa percepción muchas veces está absolutamente distorsionada y a veces se manipula para hacer política de una u otra manera, y alguien le ayuda a explicar esa sensación apelando a un enemigo externo que en este caso serían los occidentales, los no musulmanes o los malos musulmanes, es más fácil que sea captada que otra persona que esté realmente integrada, no sólo en el ámbito laboral o económico, sino que comparta con el resto de la comunidad religiosa y urbana en la que vive una serie de valores básicos para la convivencia.

P: ¿Aumenta el riesgo la vinculación creciente de las redes ligadas al narcotráfico y otros ámbitos delictivos con las terroristas? ¿Se ha detectado alguna aproximación de los radicales a los inmigrantes que llegan a nuestro país?

R: Ha habido casos pero las redes yihadistas son muy cautas. Saben que es más peligroso captar a un indocumentado o a alguien que ha cometido pequeños delitos o robos porque ya están bajo vigilancia policial, por lo que prefieren captar a individuos aparentemente bien integrados.

Eso no quiere decir que no haya distintos perfiles porque los hay y ya se están aprovechando de jóvenes implicados en redes de narcotráfico a pequeña escala, pero si pueden elegir entre una persona que no está en condiciones legales adecuadas en España y otra legalizada seguramente escojan a la segunda porque para desarrollar cualquier actividad vinculada al yihadismo, no sólo cometer atentados sino captar fondos, hacer proselitismo o enviar combatientes a otros lugares, es mejor una persona que no levante sospechas.
 

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