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cultura - MIÉRCOLES, 8 DE AGOSTO DE 2007


Agustín Marañés. ASLE.

historia / literatura
 

Agustín Marañés reúne sus
vivencias ceutíes en un libro

Este sastre jubilado tiene una colección de 2.000 fotografías sobre la ciudad autónoma
 

CEUTA
Elsa Cabria
elsacabria@elpueblodeceuta.com

Una recopilación de recuerdos ceutíes de principios del siglo XX para que la juventud de la ciudad autónoma no se olvide de la historia reciente de este lado de El Estrecho. Así describe Agustín Marañés, sastre ya jubilado, su primer libro en el que, a través de 219 páginas, numerosas fotografías de época y artículos de memoria histórica local, que publicó en los boletines de la Casa de Ceuta en Algeciras y en Barcelona, echa una mirada a otro tiempo del que habla con nostalgia. Bajo el personalista título ‘Las vivencias de Agustín Marañés’, el autor se aleja de cualquier intención de convertirse en escritor para, más que nada, evocar otras épocas, sobre todo de su infancia, “aquel momento en que se sabía qué era el respeto y la urbanidad”.

Ya octogenario, y animado por su familia y por el responsable de la revista trimestral ‘Abyla’, Antonio Fuentes, decidió reunir todos los textos que había venido publicando para la Casa de Barcelona, a lo largo de diez años. La Consejería de Cultura y el Archivo Municipal hicieron el resto. “Es importante que la juventud sepa cómo se vivía entonces”, arranca Marañés, que empezó a coleccionar fotografías de Ceuta en 1960. “Tengo once álbumes con 2.000 imágenes y también cien libros que hablan de la historia de esta ciudad. Yo es que soy ceutí antes que español”, puntualiza.

Heredero de una saga familiar de renombre en la ciudad, Marañés trabajó en el comercio de asuntos militares que regentaba su padre durante toda su vida, hasta que se jubiló y se fue a Algeciras. ‘Casa Marañés’ cerró sus puertas en el año 2.000, porque los hijos decidieron no coger las riendas del negocio, pero esta parte de su historia personal también recibió su particular tributo al aparecer en su libro.

Personajes ilustres

Antonio López Sánchez Prado, por ser su médico de cabecera; la familia Orozco, por ser amigos de la familia; el señor Pardeza, por su labor como juez; el señor Matre, policía gubernamental... Estas figuras son sólo algunas de las que surgen de la memoria de Marañés, “pero la lista es larga, han habido muchas personalidades importantes a lo largo de mi vida”, subraya el autor de esta semibiografía. En cambio, a la hora de elegir momentos concretos, no se atreve igual. “No me gusta el boato, todos los recuerdos que publico son igual de trascendentes”. Salvo uno, la portada del libro. Es el puente de Cristo, que antes tenía la figura de Cristo a la izquierda y se cambió para el paso peatonal. “Los presos que iban a ser ejecutados, eran paseados frente a la imagen para que pudieran despedirse”, destapa este sastre que no tiene ni ordenador ni móvil porque no le gustan “las cosas modernas”.
 

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