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OPINIÓN - SÁBADO, 11 DE AGOSTO DE 2007

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

¡Que no nos falte de ná!
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

¿Por qué me recriminan con ademán airado? Si he fallado en mi diaria labor de opinadota ha sido por causas ajenas a mi voluntad (que expresión tan fina). De hecho en este mes de agosto agosteño, cuando ayer saltó en prensa una inquietante noticia sobre un frente de baja presiones, vomitado por el archipiélago canario y que va a dejar fuertes precipitaciones en nuestro sureño sur, amen de preocuparne que llueva, por el aislamiento que ello implica en mi persona… ¿Qué si sufro lluviafobia? No. Es que no tengo el calzado adecuado, de hecho, mis zapatos se ciñen a humildes menorquinas y no podría salir a la intemperie, so riesgo de mojarme los pinreles y pillar un enfriamiento. Porque soy muy dada a enfriarme y enfermar ¿Qué murmuran con gesto displicente? ¿Qué rome Arkocápsulas de Equinacea y Própolis?. Sí. Razón tienen y hablan con boca de sabios, que no con boca de parlamentarios.

Pero, el hecho es que, en mi oficio de leguleya, no tengo vacaciones estivales, porque la gente tiene la mala costumbre de no aprovechar el mes de agosto para dejar de meterse el problemas y encima, los problemas veraniegos suelen ser distintos, autóctonos y muy en la línea de los tambores de Calanda de Buñuel en fusión con Torrente, el brazo tonto de la Ley, de Santiago Segura. Pura España Cañí y pura Iberia vieja del Alcalde de Zalamea. Eso me hace enternecerme hasta las lágrimas, porque estimo y aprecio en lo que valen las muestras de valor popular, el sentimiento de “Ya pagará el inglés el vino que se bebió” y la rebelión callada de familias de barrios donde jamás montarán un spá de gran lujo ni serían elegidos por Chopard para abrir un negocio de joyería. Las barriadas “me llegan” y yo no veo marginalidad, sino falta de guía para aprovechar las oportunidades, ausencia de información y de ayuda cualificada, no caritativa, solidaria y grimosa, sino justa y sincera. Ayuda con respeto. Como Dios manda. Será que Dios manda que, los españoles, seamos como somos y que nos puedan los arquetipos y este ADN bravío que hace que, gentes humildes, se arrevoliquen, revuelvan y subleven para quitar de la circulación al policía más odiado de Málaga, a quien ellos conocen como “El Caraguarro”. Recogida de firmas para el Subdelegado de Gobierno, testimonios escritos, temerosos y a la vez ufanos por ser capaces de firmarlos hablando de arbitrariedades, injusticias, enormes rencores y un grito unánime “¡Que vengan los policías de Madrí!” Porque las barriadas le tienen mucha fe a Asuntos Internos, esos desagradables individuos que espían a sus propios compañeros, pero a los que, en situaciones muy extremas, hay que recurrir.

El verano en las barriadas huele a espetos de sardinas, a jazmines que crecen valientes en los macetones de algunas ventanas, buscando su lugar al sol, a tierra reseca y asfalto recalentado, a humo de coche y, al anochecer, a aromas de campos lejanos donde, por puro milagro, aún no han llegado los bosques de ladrillos y cemento de los PGOU del PP o del PSOE. Me crean, cuando vean inexplicables montes áridos, sin un puto árbol y donde se mueren de hambre hasta las lagartijas, les garantizo que, en un lustro, habrán proliferado los ladrillos. Agosto. Barriadas revueltas, pendencias latentes, detenidos muriéndose de calor y de pestilencia en nuestros tercermundistas calabozos de las comisarías, políticos veraneando a todo trapo, a todo postín postinero, porque ellos no sienten el riesgo que todos corremos, de poder un día, tener que estar setenta y dos horas a dieta de barrote y privados hasta de agua para beber. ¿Qué dicen? ¿Qué dramatizo?Puede. Pero ¿Cuándo fue la última vez que un Poderoso se adentró en una barriada, sin escoltas ni palmeros, sin fotógrafos ni acólitos, para latir con el corazón del pueblo más llano? Se adentren. Se sienten en la puerta del bloque a fumarse un piti, compartan sentires y quereres ¡Que no nos falte de ná! Y luego opinen.
 

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