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OPINIÓN - JUEVES, 16 DE AGOSTO DE 2007

 
OPINIÓN / EDITORIAL

Los MENA, el parche y la solución definitiva

Los que, dentro y fuera del territorio de las dos ciudades autónomas, acusan a sus responsables institucionales de vivir en la reclamación permanente a la Administración General del Estado de más fondos para sus arcas tienen desde ayer un motivo menos para esgrimir tales argumentos. Lo han dejado claro la consejera de Bienestar Social melillense, María Antonia Garbín, y el jefe del Área de Menores de Ceuta, Juan Hernández: ninguna de las dos ciudades es partidaria de enviar a centros peninsulares a los Menores Extranjeros No Acompañados (MENA) que acojen actualmente en los suyos, con más precariedad en los melillenses que en los locales.

Ambos políticos han dado, además, buena cuenta de las razones que les asisten para no plantearse siquiera hacer una petición en ese sentido a las demás comunidades autónomas del Estado, que tampoco dieron precisamente un ejemplo de solidaridad con Canarias cuando tuvieron la ocasión salvo honrosas excepciones como la propia Ceuta, que alberga desde hace meses a cuatro jóvenes subsaharianos de los desembarcados en el archipiélago. En primer lugar, porque Ceuta y Melilla reclaman una solución “definitiva” para la problemática de la acogida indefinida a los cientos de jóvenes magrebíes que llegan a ambas ciudades. Dicha solución sólo puede ser aportada por el Gobierno y pasa porque éste exija a Marruecos que, de una u otra manera, acepte la realidad de la soberanía española sobre ambas ciudades y no se escude en cuestiones nimias como que en ninguna de las dos hay consulados del Reino alauita para evitar tratar con el mismo rasero a las dos ciudades y al resto de España.

De nada serviría un ‘puente aéreo’ hacia la península de MENA. Si acaso, en esa situación y con la ‘Operación Retorno’ de la OPE apenas iniciada, el gesto podría interpretarse al otro lado de la frontera como una cesión y generar un ‘efecto llamada’ fomentado por las mafias que se dedican a utilizar a los menores para lucrarse. El objetivo es una solución definitiva que pasa por la devolución con todas las garantías humanitarias de los menores y la pelota está en el tejado del Gobierno central.
 

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