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política - MARTES, 11 DE SEPTIEMBRE DE 2007


Minuto de silencio. M. Z.

pleno / medalla de la ciudad en su categoría de oro
 

Los diputados se alborotan

La bisoñez de la portavoz socialista, el nuevo afán intervencionista de Vivas y la vocación “pedagógica” de Márquez, que acabó molestando a la oposición, protagonistas ayer del primer Pleno del nuevo curso político
 

CEUTA
Gonzalo Testa
gonzalotesta@elpueblodeceuta.com


La primera Sesión Ordinaria del nuevo curso político del Pleno de la Asamblea acabó convirtiéndose en un extraño vodevil político con la portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, Inmaculada Ramírez; el presidente de la Cámara, Juan Vivas; y el consejero de Economía, Francisco Márquez, como protagonistas. De actores secundarios destacaron el portavoz de UDCE-IU, Mohamed Ali, y el vicepresidente del Ejecutivo, Pedro Gordillo.

Del francés ‘vaudeville’, el diccionario de la RAE define el vodevil como una “comedia frívola, ligera y picante, de argumento basado en la intriga y el equívoco, que puede incluir números musicales y de variedades”. Excepto picante, el Pleno Ordinario y su secuela Extraordinaria tuvieron de todo lo enumerado en una evolución surrealista que llevó las sesiones desde el solemne minuto de silencio inicial con el que se rindió un sentido homenaje a la que fuera concejala del antiguo Ayuntamiento ceutí en los años ochenta, Carmen Cerdeira, hasta las sonoras carcajadas con que los diputados dieron por terminado el Pleno tras aprobar conceder este año la Medalla de la Ciudad en su categoría de oro a los funcionarios de la Jefatura Superior del Cuerpo Nacional de Policía. En realidad, Ramírez fue protagonista de principio a final. Primero porque, embargada por la emoción, puso entre sollozos un emocionado broche al homenaje a Cerdeira en presencia de su padre, sus hermanos y otros amigos y familiares de la que fuera delegada del Gobierno. Después porque con su bisoñez volvió a despertar el renovado afán intervencionista que Vivas ha exhibido desde que comenzó la actual legislatura. Tal vez porque se avecinan elecciones generales y hasta el rabo todo es toro (al menos así lo interpretan los socialistas) al presidente de la Ciudad le dio una vez más por corregir con cierta ironía a la profesora universitaria casi en cada intervención.

Reglamento de adopción


Y eso a pesar de que el Grupo Parlamentario Socialista mostró una capacidad de asunción sobre las propuestas del Gobierno casi desconocida en la etapa de Palomo. Los socialistas votaron a favor del primer punto del Orden del Día, relativa a la aprobación definitiva del Reglamento de Adopción de la Ciudad Autónoma de Ceuta después de “agradecer” al Ejecutivo que aceptase cinco de las 17 enmiendas que en su día presentaron al texto.

El vicepresidente Gordillo fue, en calidad de consejero de Presidencia, el encargado de defender la propuesta, a la que se refirió como un instrumento “útil y necesario” para negarse a aceptar la petición de Ali de que postergase la aprobación definitiva a que las Cortes Generales cierren el trámite de la Ley de Adopción Internacional en la que actualmente trabajan. Ambos (Ali y Gordillo) se enzarzaron entonces en una pequeña trifulca sin demasiada sustancia sobre lo que es y no es España y su legislación que concluyó con el Reglamento respaldado por los votos favorables de PP y PSOE y la abstención de los cuatro diputados de UDCE-IU.

Menos chicha aún tuvo la aprobación del calendario laboral para el próximo año, que contempla los 14 festivos (dos de ellos locales) de rigor. Además, Gordillo hizo una petición expresa a los empresarios ceutíes para que “faciliten” a sus empleados de confesión musulmana, hebrea y cristiana evangelista la celebración de sus propias festividades.

Paradójicamente, pese a que la propuesta salió con los votos favorables de toda la Cámara, en el turno de las propuestas de urgencia el Grupo Socialista presentó una moción instando a la creación de “una Comisión dedicada al estudio del establecimiento de un día de fiesta local en atención a cada una de las Comunidades Históricas de la Ciudad que aún no lo tienen en función de sus respectivos calendarios culturales-religiosos”.

“Su propuesta no tiene sentido”, le reconvino directamente el consejero competente en la materia, Pedro Gordillo, quien con la colaboración de Vivas se encargó de recordar a Ramírez que minutos antes se había votado, con su apoyo, el calendario laboral del año próximo. “No es necesario crear ninguna Comisión porque ya existe una, la de Presidencia, que se encarga de este tema”, completó el senador justo antes de la votación de la iniciativa, que obviamente no prosperó.

Créditos polémicos


Sí lo hizo con los votos exclusivamente del PP, pese a la agitada discusión que precedió su aprobación, la propuesta del consejero de Hacienda para concertar operaciones de Tesorería [créditos] por valor de 36,9 millones de euros con todas las entidades financieras con sede en Ceuta con cargo a la desviación máxima prevista por los técnicos de la recaudación del IPSI que se producirá de aquí a final de año.

En su defensa de la iniciativa Márquez, como ya hiciera hace unos días en Sala de Prensa, hizo un llamamiento a la oposición al “rigor” y volvió a dejar claro que la recaudación impositiva viene creciendo durante los últimos años, aunque no tanto como lo hace el sistema de revalorización [PIB nominal nacional] establecido legalmente para el cómputo que regula la compensación del Estado.

El problema, o al menos así lo entendió la oposición, fue que Márquez se metió demasiado en el papel de maestro, lo que motivó que Ali alzara su tono de voz en su primer turno de réplica, donde instó al consejero a dejar de “escurrir el bulto”.

“No sé si usted sabrá más que Solbes [Pedro, vicepresidente del Gobierno central] pero nosotros sí sabemos que la Ciudad tiene problemas de liquidez y podemos entender este tipo de propuestas pero lo que le pedimos es que no se conviertan en la tónica habitual porque cada año pedimos más y así somos cada vez más dependientes del Estado”, le reprochó Ali, a lo que el ex gerente de Emvicesa contestó que el Gobierno ceutí piensa seguir recurriendo a este tipo de operaciones “porque es y seguirá siendo una práctica habitual de cualquier Administración concertar pólizas de créditos sobre ingresos garantizados para asegurar la correcta ejecución de los Presupuestos”.

Además, pese a las dudas que también expuso Ramírez, Márquez recalcó con esta propuesta la Administración ceutí “no se endeuda más [este tipo de créditos, que vencen antes del final del año próximo, no computan legalmente como carga financiera]”; que la Hacienda local “no tiene déficit de caja” y que atiende sus pagos “sin falta”.

La portavoz socialista, por su parte, instó al Gobierno a destinar más dinero al gasto social, que según sus cálculos actualmente sólo recibe el 5,8% del dinero total que gestiona la Ciudad y a ser “más eficaz” en la recaudación. Además, cifró en “un millón de euros” el coste que en intereses y gastos financieros acarrearán los créditos aprobados.

En la disputa, la portavoz socialista, que puede ser inexperta pero tal vez por ello todavía conecta con el lenguaje de la calle, lanzó un dardo a Márquez que pareció dar en el blanco: “Menos alumbrado y menos fiestas y más gasto social”, le requirió Ramírez, a lo que el consejero, en uno de los muchos lapsus que tuvieron los diputados durante la jornada, le replicó: “Deje usted la Feria que ya estamos en el último trimestre del año”, dijo displicente Márquez, que cerró el asunto ofreciéndose a darle una clase particular a la oposición sobre la liquidez y los datos macroeconómicos de la Ciudad.

Mociones de urgencia


Ese fue el debate más jugoso del Pleno, que una vez más y ya son muchas volvió a aparecer con el apartado de propuestas de los grupos políticos vacío. Unos y otros se han acostumbrado a ‘pasar’ de las Comisiones y, a prisa y corriendo, llevar sus iniciativas directamente a Pleno bajo la fórmula de mociones de urgencia, actitud que promocionan los grupos con su disposición a votar casi cualquier cosa como urgente.

Así se tipificaron las cuatro que presentó el PSOE y las tres de UDCE-IU. De los primeros se aprobó por unanimidad la que pedía locales de ensayo para los grupos culturales locales [será el auditorio de la Marina si el correspondiente proyecto técnico en elaboración y los Presupuestos lo permiten] y la de que la línea de autobús urbano a Benzú pase por el Centro de Salud Otero, pero no la que reclamaba una vez más a Educación que compatibilice sus becas para material escolar y libros de texto con las del Ministerio ni la de las fiestas locales para las Comunidades Históricas ceutíes.

A las de UDCE-IU les ocurrió otro tanto de lo mismo: naufragó, otra vez frente a Márquez, la que reclamaba que las próximas promociones de VPO contemplen locales para dar servicios al colectivo de Mayores y pisos para estas mismas personas, y lo mismo le pasó a la que pedía alumbrado público, zonas de recreo para jóvenes, bandas sonoras y baldeos más frecuentes en las ‘caracolas’. En ambos casos los consejeros aseguraron a Ali que ya se está trabajando en ambos asuntos. Sobre la Tercera Edad Márquez puso como ejemplo el trabajo desarrollado en Villajovita y sobre la segunda Bel aseguró que el III Plan de Dotación prevé inversiones mileuristas para la zona y que la frecuencia de baldeo pasará de 4 a 3 semanas en cuanto sea posible. Ninguno de ellos convenció a Ali, que vio derrotadas sus mociones por la mayoría Popular pese al apoyo que le brindó el PSOE.

Medalla para la Policía Nacional

Lo mejor, no obstante, estaba por ver. Si en la Sesión Ordinaria se aprobó entre elogios unánimes conceder la Medalla de la Ciudad en su categoría de Plata a Eduardo Gallardo Salguero por la “buena labor” desarrollada durante décadas en favor de Ceuta y los ceutíes, en la Extraordinaria que siguió a la anterior Ramírez protagonizó una escena de tintes surrealistas.

Tal como ya había adelantado ayer este periódico la portavoz socialista volvió a plantear al Pleno, tal como ya había hecho en Comisión, su deseo de que la Medalla de la Ciudad en su categoría de Oro que se pretendía conceder a los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía fuese a parar también al pecho de los guardias civiles aquí destinados “porque ambas Fuerzas tienen un Mando Único y, atendiendo a las especiales características de Ceuta, desempeñan tareas muy parecidas”.

Como también era de esperar, Gordillo replicó a Ramírez que ni hablar del peluquín, que los servicios técnicos ya habían dejado claro que sólo se puede conceder una de estas medallas al año y que Policía Nacional y Guardia Civil son dos Cuerpos distintos. A pesar de ello la portavoz insistió en su posición, lo que degeneró en la intervención de Vivas, que ya antes había terciado para defender las tesis de Márquez frente a Ali callando incluso a la secretaria general de la Asamblea, Dolores Pastilla.

El presidente, astuto, preguntó a Ramírez si se estaba enmendando a sí misma, a lo que esta respondió que bueno, pues sí. El dislate se prolongó aún unos minutos más, pues Ali se negó a votar sobre la posición del PSOE alegando que ni siquiera sabía “qué estaba votando” mientras el volumen de las risas ascendía. Al final, Pastilla sentenció que sí, que a votar la enmienda, que sólo respaldaron los socialistas. Sin solución de continuidad se votó la concesión de la Medalla a la Policía Nacional, a lo que también votó a favor el PSOE, como el resto de la Cámara, que dejó constancia en el acta de que el año que viene esta misma distinción irá a parar a la Benemérita y el siguiente, a la Policía Local.
 


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