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OPINIÓN - VIERNES, 14 DE SEPTIEMBRE DE 2007

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

Rajoy, como Dios manda
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

¿Tuvieron ustedes ocasión de leer en prensa, hace un par de fechas el discurso de Rajoy? Sí, “ese” discurso en el que se presentaba como líder del PP para marzo -2008. Acojonante e impresionante. Las primeras frases fueron una vomitera dialéctica de españolidad y de españolismo del bueno, del fetén, de rebozarnos, en lugar de en harina, como los chanquetes, en el mágico término que es el nombre de nuestra España.

Y, para poner la guinda al pastel de patriotismo, suelta el barbas Rajoy un “Amo a España” que era exaltación de sentimientos, apego a nuestras raíces, danza cromosómica de arquetipos hispanos y ocasión de gozo para quienes, durante tantos años, hemos padecido la desintegración, el desmoronamiento del terruño patrio en nacionalismos baratos, ventajistas y poblados por estómagos agradecidos. Mea culpa. Siempre consideré a Rajoy un tecnócrata, preparado e inteligente, pero excesivamente distante y con un punto de frialdad. Hasta que se ha desmelenado y ha hablado en el idioma que todos sentimos y en el que millones de españoles, latimos. ¡Olé y olé los cojones de Rajoy! Y que, los nacionalistas paletos se vayan preparando, que ya está bien de independencias capitalizadas en partidas y en subvenciones y de chupópteros medrando a la sombra de la banderola regional de turno. Vamos a ganar, España va a ganar y les vamos a joder y a echarles las cuentas al céntimo de tantos dineros desbaratados por mor del pozo sin fondo de las Autonomías y de la “Nación de naciones” y mamoneos afines.

Me ha complacido Mariano Rajoy, este barbas entrañable a quien fallan sus asesores de imagen y los pijines del marketing de Génova 13. Porque es en la cercanía, en el verbo rotundo, en la expresión de sus auténticos amores, donde el barbas da la talla y se crece, que no en el discurso Light proclamando centrismos para que voten los rebotados del socialismo, estúpida entelequia, la izquierda, o vota izquierda o se va al campo a comerse una tortilla de papas aprovechando el domingo y no acude a las urnas. Y la derecha neocon idem de idem, vota a los suyos y más que va a votar. Porque este Rajoy de la testiculina numantina ha puesto los huevos encima de la mesa y junto al micrófono, para repetir sin descanso una frase que ha emocionado a los millones de católicos españoles: “Como Dios manda”. Habla el tipo de gobernar y echa mano del Padre, del Arquitecto Universal, del Hacedor y proclama y clama que gobernará “Como Dios manda”.

Y los laicos de la izquierda buenista, los hipócritas del marxismo ñoño encubierto en la Educación para la Ciudadanía, que es un catecismo cateto y simplonato, para aborregar a los niños, como aborregaron las nefastas ikastolas a generaciones de las que han surgido los indeseables piojosos de la kale borroka, los ateos y los apóstatas, los renegados y los asquientos, abren la oreja apolillada a ese “Como Dios manda” y les entra el faratute y el espeluco, la alferecía y el “repente”. Regurgitan flemas azufrosas y sopesan si atacar o no atacar a ese hombre bueno que recuerda al buen Dios en sus discursos y que se ha metido, con sus pelotas, a millones de creyentes en el bolsillo. Atacar no pueden, porque, los cristianos, por las buenas, son ovejillas pascuales, palomillas blancas resplandecientes, inocentes cabritillas siguiendo al Buen Pastor. Pero, cuando nos tocan nuestros valores y nuestras creencias, nos encendemos, nos esfaratamos y se nos revuelven en la entrepierna los genuinos genes de los Cruzados. Cosas del ADN. Y este Rajoy nos revolica la carga guerrera de nuestros ancestros y volvemos con él a ser soldados, poetas y santos. Españoles. Como Dios manda.
 

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