El Consejo de Ministros, después de que el responsable de
Economía y Hacienda, Pedro Solbes le diera curso, ha
aprobado finalmente la operación de Concentración por la que
Baleària toma el control sobre la naviera Buquebus en
España, con todo lo que ello significa.
De este modo Baleària se hace con toda la estructura que
Buquebus mantenía en nuestro país, fundamentalmente centrada
entre Algeciras y Ceuta donde operaba regularmente desde
hacía diez años en esta línea del Estrecho. No sólo suma,
Baleària, nuevos buques al conjunto del Grupo, sino que
añade la red de puntos de venta que mantenía la
hispano-argentina, más su estructura de taller y
reparaciones. Evidentemente, de igual modo, asume su
personal.
Es el mismo caso, de Concentración, que se planteó en el
momento en que Acciona solicitó el control sobre Euroferry.
En cualquier caso, tanto el Tribunal de la Defensa de la
Competencia como el Consejo de Ministros, admitieron las
mismas pero obligando a la permanencia de la marca de las
navieras existentes. Acciona había absorbido
Trasmediterranea y, aun cuando controla Euroferry, ésta
última debe seguir operando como tal; de la misma manera
Baleària no podrá fagocitar Buquebus, sino sólo su control
como una naviera más del grupo balear.
Así las cosas, la competencia en el Estrecho debe entrar en
un equilibrio que debiera repercutir en el beneficio de los
usuarios y favorecer los intereses de quienes, por
obligación, sólo tienen el recurso marítimo para conectarse
con el resto de su país y circular libremente por él como
previene la Consitución Española.
No debemos tener duda sobre que tanto una como otra empresa
buscarán las mejores opciones para captar la fidelidad del
usuario y, en esa sana competencia que protege el propio TDC,
que los ceutíes fundamentalmente nos veamos beneficiados en
la utilización de una u otra opción empresarial en función
de las ventajas que nos ofrezcan a quienes estamos obligados
permanentemente a utilizar sus servicios.
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