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OPINIÓN - DOMINGO, 16 DE SEPTIEMBRE DE 2007

 
ANÁLISIS

Apuntes de seis días

Por Manuel de la Torre


10. LUNES

Lo más destacado del pleno celebrado fue, sin duda, el minuto de silencio dedicado a María del Carmen Cerdeira. Yo la sigo recordando pisando el Ayuntamiento, alegre y dinámica, recién elegida concejal. Pizpireta siempre, como bien la definió el día de su entierro, Amparo Rubiales, su gran amiga, dejaba ya entrever una personalidad apabullante. Muchas veces he dicho que María del Carmen me trató siempre con gran respeto y hasta mostró sus preferencias por mí cuando se trataba de elegir al profesional que hiciera la entrevista al socialista relevante, que arribara a la ciudad. No cabe duda de que ella quiso que ante mí se sentaran ministros para dejarse interrogar. Sin las molestias de ningún asesor ni de testigos impertinentes. Así, tuvo a bien concederme la oportunidad de sentarme ante Carmen Romero en un despacho de la calle de Daoíz. Con lo cual me permitió entrevistar a una de las mujeres más interesantes de una época donde ella, María del Carmen, ya destacaba en muchos aspectos. Bien está el minuto de silencio. Pero me parece que su figura debe pasar a la posteridad por medio de un recuerdo visible a cada paso.

11. MARTES


Pasear por la ciudad conduce a tener que pararse a cada paso con los conocidos que uno se va hallando. En esta ocasión, me toca sentarme en una terraza con un político que goza de mi aprecio. Y allá que nos metemos en cháchara durante unos minutos. Y es él quien saca a relucir el nombre de Emilio Carreira para decirme que éste ya ha vuelto al tajo; es decir, a su tarea como funcionario de prisiones. Con lo cual se ha cumplido la sentencia que alguien propaló en su momento acerca de él: “El haber aspirado a la presidencia del PP, y en vista del modo en el cual se desarrollaron los hechos, le va a costar caro”. El castigo ha sido, según me aseguran, que nunca más ocupará un cargo con los actuales gobernantes. Eso sí: parece ser que Emilio, apreciado por los directivos de cierta empresa, está pensando en aceptar una propuesta de trabajo que le han hecho. Ojalá que acierte. Pero he aquí un ejemplo, claro y rotundo, de cómo los éxitos son efímeros y el poder una anécdota de corto alcance.

12. MIÉRCOLES


El delegado del Gobierno ha sorteado con habilidad las preguntas sobre la trifulca entre algunos agentes de la Policía Local y otros de la Autoridad Portuaria.Ocurrida hace días. Ha dicho amén a las declaraciones hechas por Juan Vivas y Pepe Torrado, relacionadas con el problema. Y luego, como no podía ser de otra forma, se ha referido a la gresca como algo lamentable que no debe repetirse nunca más. Por una vez, desde que llegó a esta tierra, Jenaro García Arreciado no se ganará las iras de Juan Luis Aróstegui por sus palabras. Pero me temo que el político onubense, tan experto en asuntos de Puertos del Estado, se habrá quedado con las ganas de ahondar en el comportamiento de algunos miembros de la Policía Local. Un Cuerpo que goza de la protección del Gobierno de la Ciudad, como debe ser, aunque creo que ha llegado la hora de atender también al descontento que se viene generando contra el exceso de autoridad que suelen mostrar algunos policías. A mí, fechas atrás, me fue posible presenciar la actuación desafortunada de un agente dirigiéndose de manera chulesca a un taxista que no estaba contraviniendo ninguna regla de tráfico. No vale, bajo ningún concepto, además de mirar a las personas por encimas del hombre, amedrentar sin razón: “Yo le multo, si usted no me hace caso, y luego si quiere haga el pliego de descargo”. El resto de la conversación me la reservo. No vaya a ser que luego me digan que así no suelen hablar ciertos policías. Como verán ustedes, en la denuncia no generalizamos. Por si acaso...

13. JUEVES

Por la mañana llovía con ira. Y a quienes tenían que atinar con sus previsiones acerca de la situación que se avecinaba, para alertar del peligro, los cogió cagando. Un vulgarismo que le viene que ni pintiparado a la poca fiabilidad demostrada por el Instituto Nacional de Meteorología. Incapaz de alertar a tiempo de unas lluvias que parecían calcadas a las del diluvio universal. Cuando los profesionales de la cosa dijeron ¡cuidado!: ¡agua va!..., ya llevaba la ciudad tres horas teniendo los dos mares por montera. Sitios como Benítez, Ferrocarril, El Tarajal, El Arroyo del Infierno y El Príncipe Alfonso sufrieron las consecuencias de unas lluvias intensas que parecían no iban a tener fin. Aprovecharse de lo ocurrido para lapidar al Gobierno de la Ciudad me parece que no es de justicia en este caso. Lo cual no significa que se dejen de tomar las medidas oportunas para evitar vernos sorprendidos en otra ocasión.

14. VIERNES


Me cuentan, con pelos y señales, que el jueves por la noche se dieron cita en la sede de Daoíz todos los socialistas pertenecientes al sector crítico. Que en lenguaje normal quiere decir las personas que están descontentas con la forma que viene presidiendo Enrique Moya la ejectuiva. Allí estuvieron destacados militantes como Juan Hernández, Pedro del Corral, Basilio Fernández y el incansable Antonio Gil. El deseo de todos ellos, y supongo que de los muchos más socialistas que comparten el mismo criterio, es que la actual gestora convoque un Congreso extraordinario para que en él se produzca una forma consensuada sobre qué es lo mejor para el partido. Y, sobre todo, que se tomen las soluciones necesarias para que el socialismo de Ceuta salga del ostracismo en el cual anda metido. Al final de lo parlamentado, Enrique Muñoz, genio y figura, trató de remedar a Juncal: “¡Tomo nota!... Pero, me dicen, que lo hizo sin un adarme de arte. Normal.

15. SÁBADO


Es verdad que yo podría tener un blog en el cual contar muchas cosas relacionadas con el fútbol. Tan verdad como que hay muchos lectores ávidos de leerlas. Y así me lo confiesan cada dos por tres. El viernes, un aficionado del Atlético de Madrid, muy conocido en la ciudad, me dijo que no entendía la razón por la que yo desdeñaba opinar al respecto y frecuentemente. Y me preguntó, además, acerca de la actitud de Luís Aragonés. Él cree, me refiero al aficionado, que el seleccionador nacional está perdiendo la cabeza. No van por ahí los tiros. De ningún modo. Luís es hombre de calle y por tanto muy amigo de impresionar a los jugadores en el trato diario, poniendo a contribución su ser castizo. Ser castizo es algo que debe ser espontáneo. Una forma de ser que ni siquiera el individuo se percate de que lo es. Por eso, preocuparse en todo momento de ser castizo es cerrarse las puertas para serlo. Ya lo decía Ortega y Gasset. El casticista es el enemigo nato de lo castizo. Por ello se busca Luís tantos problemas. Porque sigue empeñado en ser y parecer, desde que amanece hasta que anochece, el mejor aval de la chulapería.
 

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