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ACTUALIDAD - LUNES, 17 DE SEPTIEMBRE DE 2007


Inmigrantes. EP.

inmigración / derechos fundamentales
 

Múgica da la razón a CEAR y
pide autorizaciones temporales de trabajo para los irregulares

El Defensor del Pueblo recibió una queja por el caso de los bengalíes fugados del CETI, que llevan años en Ceuta sin tratado de expulsión y sin poder conseguir empleo

CEUTA
Rocío Maresco
rociomaresco@elpueblodeceuta.com

El presidente de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) en Andalucía, Ceuta, Melilla y norte de Marruecos, Alberto Revuelta, elevó una queja formal al Defensor del Pueblo, Enrique Múgica, por el caso de los más de 30 extranjeros procedentes de Bangladesh que, tras huir del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) en Ceuta, permanecen en los montes colindantes. Pero este no es el único caso que CEAR ha denunciado ante el Defensor del Pueblo, porque ha presentado más de 170 quejas. Hace unos días, Revuelta recibió la respuesta de Múgica, quien reconoce que la postura de la Administración central es “errónea” desde el punto de vista jurídico, social y político.

“Está pasando igual que con los subsaharianos que llegan a la península o el resto de extranjeros que entran por Ceuta y Melilla. El problema es que, cuando no se puede expulsar, lo sensato sería aplicar la norma que permite al Gobierno facilitar una autorización provisional de trabajo”, explica Revuelta. Este abogado interpuso, paralelamente, una demanda por una presunta vulneración de derechos fundamentales contra el Estado por trasladar a inmigrantes a la península sin garantizar que puedan tener medios de subsistencia y creando bolsas de marginación. El Tribunal Superior de Justicia debe resolver este pleito. “Entonces el Defensor del Pueblo ha pedido a la Administración que reconsidere su posición sobre la base de estos argumentos. Es un pequeño triunfo, en el sentido de que una institución comisionada en las Cortes piensa que, evidentemente, lo lógico es que estas personas tengan una autorización provisional de trabajo mientras no se les pueda deportar porque en sus países haya una situación complicada, porque el Gobierno no tenga tratado de expulsión o por las razones que sean”, sostiene el presidente de CEAR en Ceuta.

Efecto llamada

Revuelta considera que es una “tontería” pensar en efecto llamada porque “la gente ya está viniendo”. Para este abogado el problema no reside en que los inmigrantes tengan o dejen de tener autorización y, se apoya en los datos de este año. “Se ha expulsado a mucha más gente que en etapas anteriores. Ahora mismo se han podido alcanzar las 49.000 ó 50.000 repatriaciones. Claro que se puede expulsar, pero mientras no se pueda, lo que no se puede, es crear situaciones tan complicadas como las que se viven en Cataluña, Madrid o Valencia”, insiste.

Inmigrantes fugados

En cuanto al caso concreto de los 38 bengalíes huidos, el representante de CEAR en la zona considera que la solución pasa por dos cuestiones fundamentales. Por un lado, transmitir a estas personas que el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) cubre todas sus necesidades y les ofrece la posibilidad de aprender castellano y realizar actividades. “El Gobierno español les ha dado una solución, que es tener un sitio donde dormir, posibilidades de estudiar, alojamiento e incluso dinero. Quizás es un martirio chino permanecer durante dos años en Ceuta y algunos incluso tres. Evidentemente es una situación de tensión psicológica muy importante pero son adultos. Se han ido voluntariamente con objeto de presionar y consentir pasar a la península y el Gobierno no les va a dejar pasar en esas condiciones”, asevera. Por otra parte, defiende que no se puede tener a una persona durante dos o tres años “perdiendo el tiempo” cuando existe la posibilidad de dar una autorización provisional de trabajo en tanto en cuanto no pueden ser expulsados.

Revuelta apuesta por soluciones que “tengan salida” a largo plazo, como la iniciativa auspiciada por la Unión Europea de crear escuelas de formación profesional en el África occidental.

“Ahora mismo ha empezado la vendimia en toda la zona de la Mancha sin contratos de trabajo. El problema es grave y han debido preverlo porque el mismo Ministerio de Trabajo es el que controla la inmigración”, comenta Revuelta. Ayer la prensa nacional ya se hacía eco del conflicto. Más de 20.000 inmigrantes sin contrato de trabajo están acampando en la zona porque los agricultores están dispuestos a retar al Ministerio de Trabajo. Son familias rumanas y búlgaras, que tienen derecho a residir a España por su incorporación a la Unión Europea pero están sujetos a una moratoria que les impide trabajar por cuenta ajena sin autorización expresa del Gobierno hasta 2009.
 

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