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sociedad - VIERNES, 21 DE SEPTIEMBRE DE 2007


momento del desalojo. smj.

un nuevo desalojo en la ciudad
 

Más terreno para edificar

Las órdenes de desalojo proliferan en la ciudad. La carencia de suelo hace que se revaloricen los antiguos solares. Ayer, una familia abandonaba su hogar para ceder el terreno a su nuevo propietario
 

CEUTA
Sonia Martínez J.

local
@elpueblodeceuta.com

Parece increíble que una familia de más de seis miembros pueda vivir en una casa, a las faldas del mirador de Isabel II en estos tiempos que corren. El camino de acceso a esta localización es dificultosa incluso para los propios vehículos, pero uno de los taxistas que acostumbraba a llevar al matrimonio hasta la vivienda aseguró que el anciano llevaba más de 50 años viviendo allí y que se había “hecho al monte”.

“Allí viven muy tranquilos y respiran aire puro todo el día. El problema del acceso no les importa, bajan a la ciudad cuando necesitan comida o algún tipo de cuestión concreta”, explicó este taxista.

La familia de Mohamed, un anciano ceutí de 78 años de edad, recibió en el mes de mayo la orden de desalojo por parte de los Juzgados de la localidad. En esta orden se les comunicaba que en un plazo máximo de cuatro meses se cumpliría el mandato judicial de desahucio. Ayer por la mañana, esta familia se despertó con un gran sobresalto. Numerosos agentes de la Policía Local, el magistrado de los Juzgados y un agente judicial llegaron hasta el Mirador de Isabel II para levantar la orden.

El terreno ha sido comprado, según informaron los afectados, por un nuevo dueño, “pero no entendemos cómo han podido permitir que se venda este solar, donde hay casas construidas y vive una familia desde hace más de 50 años”, indicó una de las hijas de Mohamed.

Al recibir la noticia por parte del agente judicial, la familia se resistía a abandonar la vivienda, “no sabemos dónde ir, estamos desamparados y creo que a Mohamed se le está tratando como a un perro. No se le puede echar de su casa de esta manera”, indicaba indignada Nahima, cuñada del afectado.

Rápidamente, y ante la situación tan angustiosa que estaba viviendo la familia, el magistrado de los Juzgados se puso en contacto con los Servicios Sociales de la Ciudad Autónoma para que atendieran la situación de desamparo en la que quedaban estas personas. Finalmente fueron atendidos y pasaron la noche en el centro de Cruz Blanca, a la espera de que el Gobierno solvente su situación y les ofrezca algún tipo de vivienda o de alojamiento alternativo. Con el acuerdo de que se les iba a garantizar un lugar donde dormir, la familia poco a poco fue recogiendo todos sus enseres, muebles, ropas y demás artículos del hogar para ejecutar esa orden de desalojo.

Pese a la notificación de los Servicios Sociales de que se estaba comenzando a estudiar la situación de la familia, los afectados mostraban su total descontento y preocupación ante la nueva situación que se les avecina.

“No sabemos dónde ir, ni siquiera si nos van a poder dar una vivienda o no, lo único claro aquí es que el dinero ha hecho que una familia tenga que abandonar su casa de toda la vida y ahora mismo esté en la calle”, comentaba otra de las mujeres de esta numerosa familia.

Todos reclamaban, sobre todo, atención para el pequeño hijo de Mohamed, de tan sólo dos años.

Toda la mañana

Desde primera hora y hasta más de las cuatro de la tarde, estuvieron los agentes de la Policía Local y los miembros del Juzgado de la localidad controlando que se hacía efectiva la orden de desalojo de la vivienda del mirador. La familia se afanaba en recoger toda una vida, empaquetarla en cajas, maletas e incluso mantas y meterlas en los vehículos que familiares y amigos pusieron a disposición de Mohamed.

Durante la peculiar ‘mudanza’ los gritos de indignación y el resignamiento de los afectados se hicieron escuchar no sólo hacia los agentes sino también hacia los miembros judiciales. La situación de inseguridad que se les plantea vivir a partir de ahora a esta familia queda en manos de la capacidad de actuación de los Servicios Sociales de la Ciudad Autónoma.

Del nuevo dueño, la familia sabe pocos datos, sólo que “tiene mucho dinero para haber conseguido comprar este terreno de monte tan extenso y con casas construidas”, explicaban.

“La medida no nos ha parecido nada acertada, se le tenía que haber buscado una vivienda a mi padre antes de que se procediera a la ejecución de la orden. Nos sentimos maltratados”, concluyó una de las hijas mayores de Mohamed.
 


“Es totalmente injusto que vendan un solar
con viviendas construidas dentro”

De esta forma, y totalmente resignada se mostraba una de las hijas de Mohamed, el dueño de la vivienda que en la mañana de ayer fue desalojada por los agentes judiciales y la Policía Local.

La mujer insistía a los agentes en que su padre llevaba viviendo en la casa “más de 50 años” y que había cuidado el entorno de bosque de la zona e incluso había plantado todo tipo de verduras durante su estancia en ese solar, y que ahora “lo están echando como a un perro. No deberían darle ese disgusto a su edad”.

El anciano, de 78 años y con un hijo de dos a su cargo, recibirá cobijo en el centro de Cruz Blanca hasta que los Servicios Sociales de la Ciudad Autónoma le ofrezcan una solución a su actual situación de desamparo.
 

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