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OPINIÓN - DOMINGO, 23 DE SEPTIEMBRE DE 2007

 
OPINIÓN

Veinte escalones

Por Juan Jiménez


Son justo los que hay que subir para llegar a la nueva redacción de “El Pueblo”, desde una planta baja funcional y armónica. De mármol, con unos pasamanos modernos que dan paso al centro neurálgico de un periódico que, a pesar de viejas y reconcentradas tramas pertrechadas por “enemigos” que se resisten a ser únicos e irrenunciables, y a los que les sigue “jodiendo” ver crecer y modernizarse a otro medio, por querer ser sólo únicos en el mercado de la información, sigue el rumbo del equilibrio, de la no ingerencia, de la garantía de la información. “El Pueblo”, por mucho que deseen otros, que quieran los que no lo quieren, está ahí, sin moverse del sitio (y nunca mejor dicho).

Es “El Pueblo”, que ya es decir. Llevar por cabecera ese título es mucha responsabilidad. Es la alternancia sincera para unos profesionales que rearmados en sus expectativas ofrecen lo último, lo que casi pasa en tiempo real. Es un modelo de abrirse camino en un periodismo local, pero de vanguardia, joven pero audaz, el de siempre, pero con formato de hoy.

Son ya unos pocos de años, ¡¡uff, unos cuantos!!. Hemos vivido los mejores y los peores momentos; cabeceras llenas de un contenido fundamentalmente local y unas entrañas a reventar de “cosas de Ceuta”. Se ha vivido el día a día con perseverancia, llenos de equidad, sin favorecer a éste por aquel. En el punto justo al que un periódico debe enfrentarse a diario.

En fin, veinte escalones para seguir diciendo la verdad de lo que ocurre en esta bendita ciudad.

En la visita por las nuevas instalaciones, se me ha ocurrido todo esto, pero obligadamente debo volver a la calle y vuelvo a la que hasta ahora ha sido la redacción que nos ha dado cobijo durante la remodelación. Antes, me tomo un café en “El mentidero” y viendo lo que veo, no tengo más remedios que sonreírme.... En un rincón, apiladas, cajas de un producto comestible; La marca comercial: “El Pueblo”…..vamos, una confabulación judeo-masónica, que diría alguien que yo me se, y que lanzaría rayos y centellas, si pudiera, contra el progreso de “EL PUEBLO DE CEUTA”.
 

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