PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - SÁBADO, 13 DE OCTUBRE DE 2007

 
OPINIÓN / EDITORIAL

Querer a España, a toda España

Reconocido como día de la “Fiesta Nacional de España” por la Ley 18/1987, la celebración del 12 de octubre volvió a servir, ayer, para festejar en Ceuta y el resto de España la pertenencia un gran acervo común formado por culturas, lenguas, costumbres y formas de ver las cosas muy distintas. Tristemente empañada por la enésima polémica entre Populares y socialistas, en este caso a cuenta de quién quiere apropiarse de los símbolos institucionales, a todos nos convendría releer el texto legal que sirvió para rebautizar el ‘Día de la Raza’. “Sin menoscabo de la indiscutible complejidad que implica el pasado de una nación tan diversa como la española” señala la Exposición de motivos de la mencionada ley, “ha de procurarse que el hecho histórico que se celebre represente uno de los momentos más relevantes para la convivencia política, el acervo cultural y la afirmación misma de la identidad estatal y la singularidad nacional de ese pueblo”.

A todos la clase política, local y nacional, le convendría incluir ese párrafo en sus lecturas de cabecera al principio del otoño para preparar con sesera la celebración de la Fiesta Nacional y no convertirla en el enésimo motivo de trifulca entre partidos, contribuyendo de paso al hartazgo más que evidente que producen ciertas discusiones en la sociedad ceutí y, por extensión, española. Tenemos la gran fortuna de que nuestro patrimonio nacional es variado y diverso; de que las comunidades autónomas no son instituciones que deban estar subordinadas por imposición a un todo llamado Estado, pero también de que formamos parte de un cuerpo común del que sentirnos orgullosos, como ayer demostraron todos los que se dieron cita ante la Asamblea para manifestar ese orgullo en positivo, sin reproches, tensiones ni imposiciones. El único lunar lo puso la ausencia de representantes de la Administración General del Estado, incapaz de asumir, de acuerdo con las reglas democráticas, que el convocado no era un acto de partido, lo pareciera o no, sino un evento promovido por una parte de ella misma, la Ciudad Autónoma.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto