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OPINIÓN - SÁBADO, 13 DE OCTUBRE DE 2007

 
OPINIÓN / EL MAESTRO

Paco, en el recuerdo de sus alumnos

Por Andrés Gómez


Paco Núñez, maestro que fue del mítico C.N “Convoy de la Victoria”, se nos ha ido. Una desaparición inesperada, que nos ha apenado a todos. En el curso 1991-92, se marchó a Alicante, de forma voluntaria y sorpresiva. No lo esperábamos. Quisimos rendirle un sencillo homenaje de despedida, pero se opuso.

Paco venía de Tetuán. Hizo las oposiciones aquí, y después de un breve tiempo en la Campaña de Alfabetización, se incorporó a nuestro centro, donde permaneció por un tiempo superior a veinte años. Dominaba perfectamente las Matemáticas –decían sus alumnos, que las “historiaba”, que las “comunicaba” muy bien, que actuaba con más “acercamientos”- y tenía una sólida formación humanística. En muchas ocasiones se erigía en nuestro médico de familia. Bastaba que descubriera en algunos de nosotros un leve problema para enseguida “recetarnos” un fármaco que aliviara nuestro mal.

He querido decir adiós a nuestro compañero, resumiendo lo manifestado por nuestros alumnos en mi libro “Un antes y un después”.

Abselam M. Buskri: “D. Francisco Núñez nos daba las Matemáticas. Era un buen comunicador. En una ocasión, hablando de la paz en el mundo, hizo el siguiente vaticinio: ‘La paz en el mundo no se conseguirá mientras permanezca el problema de Palestina’. Después de casi treinta años, ahí están los hechos”.

José A. Camacho: “Recuerdo con especial cariño, un profesor llamado D. Francisco Núñez, que todos los viernes me decía: ‘Camacho echa un vistazo a ver cómo está la ‘cherifa’, refiriéndose con todo respeto a la Directora del Centro. Yo bajaba con cierta cautela, observando que todo en el Centro estaba en silencio. Nos formaba en el pasillo y bajábamos al patio, donde organizábamos el alegre y divertido partido de fútbol (Este hecho me llenaba de alegría, ya que debido a las características de mi horario escolar, esto significaba para mí una vía de escape)”.

Soad Maimón: “Nuestro compañero, Eduardo Almagro derrochaba mucha simpatía. Tenía muchos ‘golpes’. Era el Secretario de D. Francisco Núñez. Habíamos hecho un examen y nuestro compañero tenía que decir los resultados al profesor. Con movimientos de cabeza, el profesor asentía, con los resultados que le iba diciendo Eduardo. Yo había sacado un 0,5, y Eduardo le rompió el cero, quedando el cinco. Como yo no funcionaba en Matemáticas, D. Francisco no se lo tragó”.

Inmaculada Ortega: “Yo destacaba en Matemáticas, representando, cuando se aplicaban los exámenes, un serio peligro, ya que me constituía en un ‘foco’ de difusión. El profesor, D. Francisco Núñez, me sacaba del aula, y me ubicaba en el pasillo, con lo cual mis compañeros se veían privados de mi información. Yo, más que empollona era muy intuitiva”.

Mª Carmen Geva: “A mí me gustaban las Matemáticas, la asignatura de mis preferencias. Obedecía a que el profesor nos hacía las clases muy entretenidas, ya que entre ‘números primos’ y ‘raíces cuadradas’ nos contaba algunas anécdotas… Pasaba del buen humor a la seriedad”.

Juan García Contreras: “Con jornada partida, en algunas ocasiones, de 11 a 12 horas echábamos nuestro partidillo.

El árbitro era D. Francisco Núñez que en uno de los partidos recibió un fuerte balonazo en la cabeza. Las gafas de sol que llevaba se les rompieron. Cuando regresó por la tarde, todavía le dolía la cabeza”.

David Bandera: “Con D. Francisco Núñez viví situaciones muy simpáticas: ‘Nos decía: ¡vamos a limpiar el ‘mierdo’ ambiente!, y nos llevaba a una zona junto al comedor, donde crecían brozas ‘descontroladas’. Era un lugar preferido por mí, pues en él se encontraba un árbol, que me hacía sentir seguro y alejado de aquella presión insorportable, ¡tantas horas de clase!”.

Francisco Javier García: “A mí las Matemáticas no se me daban bien. O suspendía o aprobaba ‘raspadillo’. Pero en una ocasión aprobé con buena nota, e intuyó D. Francisco, el profesor, que me había copiado. Me sacó a la pizarra y me la hizo repetir. Obtuve la misma nota…”.

En D. Francisco destacaban los valores humanos. Nos consta que fue un padre muy comprometido, que al fallecer su primera esposa y dejar dos hijas de cortas edades, vivió intensamente pendientes de ellas. Sólo, cuando ya consideró la conveniencia de contraer un nuevo matrimonio, lo hizo. Pero estaba escrito que Paco no sería totalmente feliz, ya que su segunda esposa también falleció. Pero él siempre con sus hijas. Ahora nos ha dicho adiós, y con toda seguridad que estará en el lugar de los elegidos.
 

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