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OPINIÓN - VIERNES, 19 DE OCTUBRE DE 2007

 
OPINIÓN / COLABORACIÓN

La defensa del ceutismo vs “Rafaé”

Por Ramón Ros


La verdad es que el concurso convocado por la Ciudad Autónoma, para adjudicar dos licencias de televisión digital terrestre, está provocando situaciones conmovedoras, de esas que le hacen a uno saltársele las lágrimas, ante tanta llamada y apelación al sentimiento patrio, de patria chica, de Ceuta, mi ciudad querida, a la que, según quien edita El Faro, Juan Vivas ha dejado de querer, que bien avisado está ya: Como se lleve la adjudicación alguien de fuera de Ceuta, Juan Vivas habrá demostrado que nos ha engañado a todos, a los que lo hemos dado todo por Ceuta. Y de seguir así, con este discurso tan puro de defensa de lo propio, el autor único de las feroces críticas realizadas desde el decano de la prensa de Ceuta al Sr. Vivas, debería para afirmar más su ceutismo, pedir como Carod que no le llamen José Luís, y decirle a todo el mundo que él se llama “Rafaé”, que es como su nombre se dice por el sur, igual que en Catalunya se dice Josep Lluis y que los de fuera lo aprendan y si no les gusta, que se callen.

Pero guasa aparte, ¿cuánto tiempo se puede mantener un farol sin llevar buenas cartas?.

Nuestro “patriota” en cuestión, hombre público en su tiempo, que empezó regalando sartenes y acabó dando sartenazos, pensó sin duda cuando podía administrar los intereses de los ceutíes, que lo que se quedaba él ya se lo quedaba Ceuta, confundiendo lo de Ceuta con lo suyo y lo suyo con lo de Ceuta, aunque bueno, de eso de confundirse nada, que los confundidos y confusos éramos los demás, hasta que hartos ya los ceutíes de tanta confusión, le mandaron al garete, aunque durante muchos años tuvieron que seguir resbalando sobre tantas aceras públicas que el “patriota” nos dejó en herencia para nuestro martirio en los días de lluvia, pagadas por cierto por todos nosotros sufrientes y dolientes a precio de lujo.

Observándole estos días bramar desde su faro, apelando a sentimientos que él jamás anidó en su corazón, lanzando avisos al único político que ha invertido de verdad en Ceuta, el presidente Vivas, pretendiendo una vez más quedarse para si porque si, con lo que hay que ganar legítimamente, fomentando la xenofobia, lo único que se puede sentir es pena ante un viejo fantasma que ya no produce miedo, que ya no impresiona ni engaña a nadie y que sólo inspira risas y lástima.

Utilizando trucos de acabado tahúr: amenazas, denuncias a medias, noticias sesgadas, avisos, etc., pensaba que, una vez más, podía torcer la voluntad de quien legítimamente gobierna, pero sin contar con la respuesta para él más inesperada: el silencio, o sea, aquello de: a palabras necias, oídos sordos, lo cual debió dejarle por momentos absolutamente desorientado. Y veíasele contando su historia de desamor a todo el que quisiera escucharle: del PP, del PSOE, del Congreso, de la Delegación del Gobierno, de la Confederación de Empresarios (aquí como en familia), vamos, como la zarzamora que llora que llora por los rincones.

Y sin cartas y sin fuerza para mantener el farol, decide finalmente decirnos a todos en su editorial y, sobre todo, al gobierno de la ciudad, que él para nada ha criticado al Sr. Vivas, sino que siendo uno de sus mayores defensores, le está avisando de que se la quieren liar otros, que ese es el único sentir de los bondadosos párrafos que le lleva dedicando durante muchos días, pretendiendo de este modo aliviar el encuentro con el Presidente de la Ciudad, quien le recibió hace un par de días flanqueado por Gordillo, a él, a “Rafaé”. En ese encuentro, Vivas “agradeció encarecidamente” a “Rafaé”, las glosas que éste le llevaba dedicando sobre los amores murcianos (político-empresariales, se entiende) de nuestro Presidente y, tal vez, sólo tal vez, le recordó también alguna gestioncilla que tuvo que hacer con el gobierno de la región de Murcia, para salvar a nuestro “patriota” de su debacle empresarial en esa región. Al parecer, ni Vivas ni Gordillo recordaron ninguna supuesta promesa hecha a nuestro personaje de hoy, sobre el total control, pretendido sin duda por él, de los medios de comunicación de Ceuta, a pesar de su insistencia en recordarles promesas y juramentos hechos por ellos a favor de él.

Vamos, que si las promesas hubiesen existido, de cumplirse, habría conseguido nuestro gran ceutí, que el Presidente y el Vicepresidente del gobierno de la ciudad, hubiesen prevaricado, tratándole a él con un privilegio sobre el que ha avisado que no va a consentir para otros y, cómo no, que lo de Ceuta se quede en Ceuta, o sea: en su mochila. Lo que más inquieta es su incipiente torpeza: ¿Cómo habiendo sido el cocinero antes que fraile, llega a fiarse de promesas de políticos?. El pobre.

De aurora boreal.
 

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