Me viene a la memoria aquella
parodia de Josele, efectuada un fin de año en la mejor
cadena televisiva de aquellos momentos, la primera de la
tele. No había otra. O sea que ante la diversidad de cadenas
de televisión, usted podía ver la primera, o también la
primera. En aquella parodia titulada “Vente pá España,
Pepe”, Josele utilizaba una conferencia puesta a su hermano,
que había emigrado a Alemania hacia años, con motivo del fin
de año para rogarle que se viniese de nuevo a su país que
las cosas, con motivo de la llegada de la democracia, habían
cambiado un montón. Entre otras cosas le decía que ya se
podían hacer huelgas y todas esas cosas que antes de su
marcha no se podían llevar a cabo.
La verdad sea dicha, la parodia protagonizada por el
humorista sevillano, tuvo un gran éxito poniendo incluso de
moda la frase, de “vente pá España, Pepe”.. Lo que fastidió
al humorista es que, su hermano Pepe, jamás regresó a España
a no ser de vacaciones y por pocos días. Sus hijos nacidos
en Alemania y criados en aquellas tierras, se negaban
abandonar el lugar donde tenían hechas sus vidas, su novias
e incluso, algunos de ellos, sus hijos. Así es la vida y de
esa forma se escribe la historia de muchísimos españoles que
emigraron buscando una vida mejor.
Servidor que tiene un primo en Francia y que, además, se
llama Pepe, coincidencias de la vida, cuando este año le
llame para felicitarle por Navidad y deseare lo mejor para
el nuevo año, voy a aprovechar la frase de la parodia de
Josele para invitarle a venirse para España.
Probablemente, mi primo que tiene hijos nacidos y casados en
Francia, me va a decir lo mismo que el hermano de Josele.
Pero lo voy a intentar, explicándole lo bien que se vive en
este hermoso país, aún llamado España.
Le voy a hablar incluso de la Memoria Histórica que se lleva
mucho en este temporada otoño – invierno. En esa memoria, no
se va a relatar, lo que tu padre y, por tanto, mí tío huidos
a Francia en la época de la guerra, tuvieron que trabajar
haciendo la red ferroviaria de Francia. Aquel país que
acogía con verdadero cariño y amor a todos los huidos
españoles. Y por supuesto tampoco va a contar el día de la
celebración de L’Humanité cuando apareció, Carillo en aquel
mercedes negro acompañado de cuatro armarios roperos, donde
nos cobraron un ojo de cara por una copa de vino español y
un trozo de tortilla, diciéndonos que era para ayudar a los
camaradas. Me imagino que sería para ayudar al camarada
Carrillos que vivía como un dios. Así te lo hice saber,
cuando te acompañé a una fiesta que, por supuesto, no tenia
nada que ver conmigo. Fui para no dejarte sólo y tú, arte el
tuyo, cuando viste, lo que viste, tiraste el carné del
partido. Quién me iba a decir que tendrías es reacción un
comunista de tu categoría. Esto si que es memoria histórica,
de la de verdad.
Ahora, Carrillo, alega que todos los que pertenecen a la
derecha son los mismos que en el año 36. Con lo cual, todos
los de derechas están en el Imserso jubilados. Sin embargo
la Memoria histórica, la de verdad, me lleva a Paracuellos
del Jarama y Madrid.
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