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cultura - JUEVES, 25 DE OCTUBRE DE 2007


el pianista tomás lobato. reduan.

entrevista
 

«Será un concierto especial, tenía desde hace mucho tiempo ganas
de volver a tocar en casa»

El pianista ceutí Tomás Lobato ofrece hoy, a las 20:30 en el Salón de actos de Caja Madrid, un recital con obras de Beethoven, Rachmaninov, Debussy
y Franz Liszt, precisamente el autor “que revolucionó la técnica del piano”
 

CEUTA
Rober Gómez

local
@elpueblodeceuta.com

A sus 24 años es, probablemente, el pianista más ilustre de Ceuta, aunque circunstancialmente nació en Salamanca. Se crió y formó en la ciudad autónoma, de donde tuvo que salir para seguir creciendo como instrumentista. Después de siete años sin tocar en Ceuta, el de hoy –en el Salón de actos de Caja Madrid (20:30 horas)– va a ser “especial”, reconoce. En su inmenso currículum vitae figura en negrita el sobresaliente en el grado superior como licenciado en Música en la especialidad de Piano. Lo último que ha hecho, el pasado mes de julio, fue nada menos que en la Academia de Música Frederic Chopin en Varsovia, donde fue elegido para el curso impartido por los finalistas del prestigioso Concurso Chopin.

 Pregunta.- ¿Hace cuánto que no tocaba en Ceuta?

Respuesta.- Siete años. El último fue el Concierto de jóvenes valores.

P.- Supongo, entonces, que será un concierto especial.

R.- Sí, para mí es especial. Suelo venir frecuentemente, porque tengo aquí a mis padres. Tenía desde hace mucho tiempo ganas de tocar en casa. Lo que pasa es que por motivos de estudio no he podido hacerlo, porque he tenido que estar fuera, como en Polonia, haciendo cursos.

P.- ¿Cómo ve el panorama de la música clásica en Ceuta?

R.- La calidad del profesorado es buena y se nota que está mejorando. De hecho, se ven también los resultados en que el interés de los alumnos es mayor. En cuanto a orquestas no sé mucho. Sé que hay una que está compartida con la de Jerez. Hace unos cinco años no teníamos orquesta y esto es bueno, pero todos los comienzos son difíciles. Los años van dando el prestigio.

P.- Hábleme un poco del concierto. ¿Qué se va a encontrar la gente?

R.- Un programa variado. Abarca desde el clasicismo a la música contemporánea.

P.- El recital lo divide en dos partes. En la primera, Beethoven y Rachmaninov. ¿Cómo son estas piezas?

R.- Empezaré con Beethoven, que es clásico-romántico. Tiene las bases del clasicismo, pero las formas del romanticismo. De esta obra, la Sonata nº 21, es peculiar el segundo tiempo, que fue sustituido por ser demasiado largo. Beethoven estaba por sacar la obra tal y como estaba, pero lo consultó con unos amigos que le convencieron de que era demasiado largo. Cambió ese movimiento por otro y la otra parte la sacó como obra independiente. Beethoven ha sido uno de los más grandes; junto a Mozart y Bach son los pilares. La segunda obra, el Preludio nº 10, es de Rachmaninov, de poca duración. En los preludios Rachmaninov marca ese sentimiento religioso. Él vivía cerca de un campanario y en estos preludios trata de reproducir las campanadas en los bajos. La armonía es también muy peculiar, porque Rachmaninov es un virtuoso. Todo el mundo sabe que tenía una mano descomunal. Los preludios, no obstante, son mucho más íntimos, no son de tipo virtuosístico.

P.- ¿La segunda parte es más contemporánea?

R.- Sí. Lo he estructurado un poco cronológicamente. La obra de Debussy, L’isle joyeuse, es una pieza impresionista conocida. Se basa en la figura del trino y después se desarrolla sobre el bajo. Terminaré con la Fantasia quasi sonata, de Liszt, uno de los más grandes pianistas, que revolucionó la técnica del piano. Fue un boom; la nueva forma de tocar, con nuevos pasos del pulgar. Los trémulos que tiene son muy característicos también. Dio un virtuosismo que no había hasta la época. Fue un poco el competidor de Chopin, que era mucho más meláncolico. Liszt, en cambio, era el arte de la técnica pura. Pianísticamente, sus obras son las más complejas que hay.

P.- La que va a interpretar, ¿qué grado de complejidad tiene?

R.- De las obras más complicadas de Franz Liszt. Lo importante de la música es encuadrar a cado uno en sus tempos. No puedes interpretar a Beethoven como a Liszt. La importancia a la hora de interpretar piezas del periodo clásico es la claridad, la métrica. En Liszt, por ejemplo, la métrica es más flexible, tiene una lógica diferente al clasicismo.

P.- De su extensísimo currículum, ¿de qué está más satisfecho?

R.- Es difícil de responder. Tengo buenos recuerdos de haber estudiado aquí, porque tuve profesores buenos. Fue un prestigio también estudiar en Sevilla, donde me dirigió José Manuel de Diego, que es catedrático de piano. Luego, las clases magistrales, porque cada profesor tiene su nombre.

P.- Viene de participar en Varsovia en el Curso Internacional de la Academia de Música Frederic Chopin, ¿cómo fue esa experiencia?

R.- Se puede decir que son los mejores profesores y pianistas que hay ahora. De hecho, el Concurso de Chopin es un puntal famoso. Todo el mundo que estudia en Varsovia tiene una enseñanza muy buena. Los profesores polacos te forman de una manera extraordinaria. Estoy orgulloso de haber sido seleccionado entre más de cien personas. Había koreanos, chinos, japoneses, mucha gente de países orientales, que tienen la fama de tocar muy, muy bien, y se pudo demostrar también que los españoles valemos.

P.- ¿Cuál es el concurso más prestigioso en España? ¿Se ha presentado alguna vez?

R.- El del Concurso Internacional de Santander, pero los concursos tienen algo de política, porque si eres alumno de Azkhenazy o algún otro profesor de los más prestigiosos del mundo te seleccionan.
 

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