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cultura - LUNES, 29 DE OCTUBRE DE 2007


alumnos en clase. reduan.

reportaje
 

Los tutores más cercanos

La identificación y la confianza mutua generada entre monitor y alumno
es el secreto del éxito del Programa de Acompañamiento escolar que este curso se desarrolla en 11 centros de Ceuta
 

CEUTA
David F. Pascual

local
@elpueblodeceuta.com

Captar la atención de los alumnos es el objetivo de todo formador. Las nuevas generaciones de estudiantes cada vez lo ponen más difícil debido al incremento de elementos de distracción en las aulas. Despertar el interés del alumno por aprender es otro de los propósitos de un buen docente. El compendio de estas dos ideas forma el perfil del maestro soñado.

Ser profesor o profesora es la aspiración de los 39 estudiantes de Magisterio participantes en el Programa de Acompañamiento escolar 2007/2008 en Ceuta. El primer paso para serlo lo están dando al ejercer como monitores en horario extraescolar para grupos de alumnos de primero, segundo y tercero de la ESO en once centros de la ciudad.

Hay varios elementos que hacen que este programa implantado por el Ministerio de Educación y Ciencia en Ceuta coseche éxitos. No obstante la clave del buen funcionamiento del mismo es la conexión instantánea que surge entre el monitor y el alumno asistente. La armonía y la confianza mutua existe desde el primer día. Dos elementos que suponen un primer paso para conseguir los dos objetivos ansiados por todo profesor: captar la atención y generar interés en el alumno.

“La idea es que seas como un acompañante, alguien cercano. Una persona que pueda actuar como profesor pero desde otro plano”, explicó Fernando Díaz, monitor del programa con alumnos de segundo de ESO en el Instituto Abyla. El resultado: “Al final la relación que mantienes con los alumnos trasciende de lo meramente escolar”.

El comportamiento de los alumnos es “excelente”, apuntó Bárbara Dorado, estudiante de Magisterio y monitora del programa en el Abyla. “La actitud de los escolares tiene más mérito porque ellos saben que no es igual que si estuvieran dando clase con su profesora”, agregó.

La juventud de los tutores es la nota predominante y quizás el secreto de su conexión con los jóvenes. Fernando, Bárbara y Francisco, el tercero de los monitores del programa en el Abyla cumplen con esta prerrogativa. Para él este es el primer año dentro de esta actividad y la experiencia “está siendo gratificante”. Este joven estudiante de Magisterio vio el programa desde otra perspectiva, la de la formación bipolar: “Es una labor en la que tanto tutor como alumno salen beneficiados”.

Desde el centro, a principios de curso, se dan unas directrices a los monitores sobre la temática de las clases y algunos procedimientos básicos. Así, la lengua y las matemáticas, dos asignaturas fundamentales, son las que se refuerzan durante el transcurso de la clase. Después, si hay tiempo, y según la edad de los estudiantes hay opción para juegos y aclarar dudas.

Los tres coinciden en recomendar a sus compañeros de facultad que intenten formar parte del programa en ocasiones venideras. “Es una experiencia totalmente recomendable”, significó Bárbara.

El Abyla, un pionero del programa

Salvo el primer año de aplicación, cuando el programa se circunscribió únicamente a los centros de Primaria, el resto de cursos el Abyla ha desarrollado esta actividad extraescolar de manera continuada.

Hablar del Programa de Acompañamiento es hacer mención también al PROA, otro de los proyectos del Ministerio de Educación para Ceuta y orientado hacia la mejora de la convivencia entre los alumnos. El PROA “alcanzó en nuestro centro objetivos más ambiciosos de los previstos”, señaló el coordinador de los programas educativos en el Abyla, Alfonso Conejo.

Este es el tercer año de desarrollo del Programa de Acompañamiento en el Instituto Abyla. Las cifras del año anterior son “importantes”, según Conejo, quien destacó que el 12,45% de los alumnos matriculados en la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) acudieron regularmente a las clases de refuerzo. En total fueron 64 los inscritos dentro del programa de los que 34 fueron de primero, 21 de segundo y 9 de tercero. Además, otros miembros de la comunidad educativa participaron: 24 profesores del centro, el coordinador y el departamento de orientación.

Evaluación anual del programa

Al final de cada curso se realiza un triple balance del programa para evaluar los resultados obtenidos en formación, seguimiento y metodologías. El Ministerio de Educación, a través de los controles que realizan los propios monitores, hace su análisis. El centro escolar donde se imparte el programa también, así como los estudiantes de Magisterio cuya labor es parte de su formación en la facultad.

La implantación de los programas del MEC es total y su continuidad no está puesta en entredicho. Más bien lo contrario. En el Abyla las muestras de interés de la comunidad educativa son constantes. Así lo recordó Conejo, quien explicó, como anécdota, que a inicios del curso, los propios alumnos preguntaron a los profesores cuando empezaba el programa.
 

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