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OPINIÓN - VIERNES, 2 DE NOVIEMBRE DE 2007

 

OPINIÓN / EL OASIS

La visita de los Reyes
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

A dolfo Suárez vino a Ceuta como presidente del Gobierno. Y cuando parecía que ningún otro presidente sería capaz de arribar a la ciudad, para no herir la susceptibilidad del Rey de Marruecos, José Luís Rodríguez Zapatero anunció en un debate del Estado de las Autonomías, que visitaría Ceuta y Melilla.

De visita crucial titulé entonces la llegada de ZP a esta tierra. Y el primer párrafo de aquella columna, rezaba así: Alguien dijo que la política es como patinar sobre ruedas. Se va en parte a donde se desea, y en parte a donde le llevan a uno esos malditos patines. Me gustaría, pues, preguntarle a Zapatero cuál ha sido su caso en lo tocante a esta decisión.

Ahora, casi dos años más tarde, se anuncia, de sopetón, la visita de los Reyes. Y no hace falta decirles que otra vez daría media vida por preguntarle a ZP por lo mismo. Y, desde luego, me agradaría sobremanera conocer las razones que ha tenido el Gobierno para dar el visto bueno, deprisa y corriendo, a un acontecimiento sin precedentes y de especial relevancia, dado que es la primera vez que Don Juan Carlos y Doña Sofía deciden dar semejante paso.

Una decisión ansiada por los ceutíes, por razones obvias, y que de tanto expresarla convertía a algunos en vasallos de una causa que parecía perdida. Pues ni siquiera unos Reyes, tenidos como arquetipos de profesionalidad, son merecedores de que los ciudadanos insistan en rogarles, encarecidamente, que se conviertan en sus huéspedes aunque sea por unas horas, cuando siempre recibían la callada por respuesta o promesas para salir del paso. Porque, por encima de todo, primaba el temor de que Mohamed VI pusiera el grito en el cielo e hiciera peligrar las relaciones entre ambos países. Con lo que ello suele significar en cuanto sucede.

Pero, al margen de lo dicho, hay algo que conviene destacar de esta visita Real: que se vaya a producir, precisamente, bajo un Gobierno socialista y presidido por ZP; un hombre que aquí carece de simpatías y que es considerado como un tipo obsesionado con la división de España y tachado de vivir a merced de los terroristas. Y más aun: en una ciudad donde es mayoría la opinión de que el Partido Socialista tiene escaso o nulo interés por defender esta tierra de los ataques reivindicativos de las autoridades marroquíes, y en la que se cree, a pie juntillas, que sólo la derecha es el más firme baluarte para contener las aspiraciones enemigas de anexionarse una tierra que no les pertenece.

Y, claro, ante esa forma de pensar, me atrevo a decir que la visita de los Reyes, por más que los políticos hablen jubilosamente de un hecho que pasará a formar parte de la Historia de España, será mal vista por muchos ciudadanos que en su fuero interno abominan del acontecimiento. Puesto que los hay, yo los he oído ya, que ponen en duda el sentido recto de la visita de los Monarcas. Recordando incluso viejas historias que comparan con esta llegada para propalar la inquietud y la desconfianza.

Y los motivos que alegan, si bien carentes de sentido y malévolos, surgen porque lamentan que ZP, un tipo despreciable, antiespañol, traidor..., según ellos, haya dado pasos que bien pudo dar José María Aznar cuando presidía el Gobierno de España. Pero Aznar ni vino como presidente ni tampoco fue capaz de decirles a los Reyes que debían visitar Ceuta. Eso sí: dejó su impronta en Perejil.
 

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