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ACTUALIDAD - MARTES, 6 DE NOVIEMBRE DE 2007


palabras de juan vivas. nicol's.

VISITA OFICIAL DE LOS REYES DE ESPAÑA
 

“Esta es una visita normal; los Reyes han cruzado el Estrecho, pero no han salido de España”

El presidente de la Ciudad glosó en su discurso las características de Ceuta y de sus pobladores que se hallan bajo su “principal condición”: “Ser y sentirse españoles”
 

CEUTA
Redacción

local
@elpueblodeceuta.com

• Majestades, señora ministra, señoras y señores. Hace unos días, estando en un lugar emblemático de nuestra ciudad, me fue comunicada la mejor noticia que, como Presidente y Alcalde, he recibido: la visita de Sus Majestades los Reyes.

Ante tal anuncio: agradecimiento, satisfacción y alegría, mucha alegría, por supuesto como Presidente pero sobre todo como ceutí, porque los ceutíes deseábamos y, a la vez, necesitábamos esta visita para poder demostrar a nuestros Reyes, y en su casa, el mucho cariño que aquí se les tiene.

La voluntad de Sus Majestades y el decisivo apoyo del Gobierno de la nación han hecho posible nuestro deseo. Por ello muchas gracias. Estamos siendo testigos de un acontecimiento histórico, que nunca vamos a olvidar y que llena de satisfacción a todos los ceutíes, cualquiera que sea su edad, origen o afinidad ideológica; un acontecimiento capaz de unirnos y, por tanto, de hacernos más fuertes. En todo caso, una visita que tiene carácter institucional y que debe ser valorada desde la normalidad, porque Sus Majestades han cruzado el Estrecho pero no han salido de España.

Estando convencido de que es mérito del buen edil, sea Alcalde o Concejal, prestar atención a los servicios, ser sensible a las demandas de los ciudadanos y transmitir a estos, a través de sus actuaciones, optimismo y confianza, me he sentido especialmente honrado de haber entregado a Su Majestad el bastón de mando de nuestra ciudad, ya que su presencia entre nosotros lo convierte, desde la óptica de los referidos valores, en nuestro mejor Alcalde, porque la citada presencia supone inyectar en el ánimo de los ceutíes una elevada dosis de optimismo y de confianza.

Una entrega que he tenido el honor de hacer a Su Majestad ante la Corporación en pleno y a la entrada de esta Casa Consistorial, que a todos los ceutíes representa, que de todos es patrimonio, y que fue oficialmente inaugurada por Sus Majestades Don Alfonso XIII y Doña Victoria Eugenia hace ahora 80 años, el 6 de octubre de 1927.

De cualquier forma, y al margen de estas consideraciones, nuevamente como ceutí me siento orgulloso de que el bastón de mando de nuestra ciudad haya sido portado por una personalidad de la categoría de nuestro Rey, que ha sido capaz de personificar y liderar un proceso de progreso ciertamente admirable a través del cual, fruto del pacto constitucional y del dinamismo de nuestra sociedad, España ha logrado unas cotas de bienestar, de desarrollo social y de libertades democráticas que hace 30 años parecían inalcanzables; un Jefe de Estado que es modelo de equilibrio, de cercanía, de moderación y de amor a España, y que es, sin duda, la figura más importante de nuestra historia contemporánea; una afirmación que no está justificada por la emoción del momento. Se trata de una constatación objetiva soportada por la contundencia de los hechos.

Como bien conocen sus Majestades, Ceuta es pequeña, dulce y marinera, y tiene el alma mediterránea; es algo que se percibe inmediatamente sin necesidad de mucho esfuerzo ni de muchas explicaciones porque aquí, desde Ulises, la vida es un tránsito, un viaje que tiene por finalidad superar las dificultades que en el camino van surgiendo; un modo de adaptarse a los cambios; de no perder nunca la compostura ni el sentido común; y de procurar que el camino nos vaya haciendo mejores. Alma mediterránea consecuente con nuestro paisaje y con nuestras raíces, y que igualmente se aprecia en la espontaneidad, emotividad y hospitalidad de nuestra gente. Ceuta presume, con razón, de su rica y dilatada historia, siempre vinculada a la de España, porque Ceuta ha sido fenicia, griega, romana, visigoda y califal; entra en la era moderna, en 1415, de la mano del Reino de Portugal, y merece, desde Don Felipe IV, el título de Muy Noble, Leal y Fidelísima. Ceuta es, además, centinela, baluarte y atalaya.

Ceuta es un escenario singular para el encuentro, el diálogo y el entendimiento. En nuestra ciudad convergen, con intención de fusionarse y enriquecerse, Oriente y Occidente; el Norte y el Sur; Europa y África, el Mediterráneo y el Atlántico. Ceuta es un puente tendido sobre el Estrecho por el que transitan, con notable vigor, personas, bienes, afectos e ideas.

La geografía, la necesidad y los contactos han hecho de Ceuta un observatorio válido para llegar a comprender que personas con distintas creencias pueden, si lo desean, aceptarse, conocerse y quererse. Los ceutíes ejercitamos, de manera cotidiana y sin aspavientos, el respeto y la tolerancia como normas habituales de conducta. No queremos dar lecciones de convivencia, es un asunto muy serio, pero sí estamos en condiciones de afirmar que conocemos su significado y valoramos su trascendencia, porque en Ceuta, desde hace mucho tiempo, vivimos compartiendo. Creo sinceramente que Ceuta es un buen lugar para poner de relieve que las libertades democráticas, la igualdad, la no discriminación y la justicia son los mejores antídotos contra el fanatismo de cualquier signo, la intransigencia y la intolerancia. Ceuta es solidaria, y al mismo tiempo demanda solidaridad del conjunto de la nación a fin de lograr, como asunto de todos, que nuestros peculiares condicionamientos en forma de extrapeninsularidad, reducida superficie, alta densidad de población, escasez de recursos básicos y las consecuencias del fenómeno migratorio vinculado al hecho fronterizo, no supongan un obstáculo insalvable para alcanzar unos niveles de empleo, prosperidad y cohesión social iguales a los del resto de España; aspiración, por otra parte, justa, legítima e irrenunciable.

Como casi todo el mundo tenemos problemas y dificultades, no somos una excepción, pero Ceuta no es un problema; todo lo contrario, Ceuta se reconoce útil, viva y activa; Ceuta afronta el futuro con ilusión, como una oportunidad para seguir progresando, para aprovechar nuestras muchas potencialidades.

Majestades, estas son, de manera resumida, algunas de las esencias de Ceuta; unos rasgos característicos que sirven de fundamento para acreditar la principal condición de nuestra ciudad: ser y sentirse España; una realidad que es, además de vocación, un vínculo de naturaleza consustancial.

Un sentimiento que, para ir terminando, enlazo con el deseo de reiterar, en nombre de todos los ceutíes, nuestro sincero agradecimiento a Sus Majestades, así como nuestra lealtad, nuestro respeto y nuestro cariño, por lo que representan y por su forma de ser.

De conformidad con la decisión adoptada de manera unánime por la Junta de Portavoces de la Asamblea, me complace comunicar que seguidamente tendré el honor de entregar a Su majestad la Llave de Oro de la Ciudad. Nunca antes fue concedida a nadie y es todo un símbolo, mediante el que, con todo respeto y humildad, pretendemos decirle a Su Majestad que la lealtad de Ceuta es definitiva, que aquí nos tendrá siempre sin necesidad de llamar, y que tiene abiertos, de par en par, el corazón de todos los ceutíes, entendiendo por tales a todas aquellas personas que, con independencia de orígenes y lugares de residencia, respetan y aman a esta noble tierrra; una tierra en la que cuando decimos ‘¡Viva Ceuta!’, también estamos diciendo ‘¡Viva España!’ y ‘¡Viva el Rey¡. Muchas gracias.

*Discurso íntegro del presidente Vivas, ayer, en el Salón del Trono ante los Reyes.
 

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