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cultura - SÁBADO, 10 DE NOVIEMBRE DE 2007


momento del concierto didáctico. NICOL’S

actuación
 

350 escolares vibraron con
una clase de música tradicional

Paco Díez dio a conocer a los alumnos
cerca de una treintena de instrumentos
como la zambona o la gaita zamorana
 

CEUTA
R. Gómez

local
@elpueblodeceuta.com

La Casa de Castilla y León, en colaboración con el programa Ceuta te enseña de la Consejería de Educación, Cultura y Mujer de la Ciudad Autónoma, organizó en el Salón de actos del Palacio Autonómico dos conciertos didácticos a cargo de Paco Díez, quien utilizó instrumentos populares y cantó romances tradicionales de la comunidad castellanoleonesa, ante la curiosidad innata de 350 niños de los colegios de Ceuta.

Paco Díez, uno de los últimos juglares de la música tradicional ibérica y judeo-española, trajo a Ceuta una treintena de instrumentos musicales a cada cual más llamativo. “Hace 30 o 40 años no se vivía tan bien como ahora”, explicó el músico vallisoletano, “no había para comer y mucho menos para comprar instrumentos”.

Díez –que actuó ayer también en la Cena de la matanza de la Casa de Castilla y León en Ceuta– indicó que “por España han pasado muchos pueblos con una gran cultura”, los cuales dejaron una rica variedad de instrumentos hechos desde con huesos de animales a una nuez.

fue dando a conocer a los escolares los instrumentos divididos en cuatro grandes grupos: idiófonos (que realizan el sonido por sí mismos), aerófonos (de viento), cordófonos (mediante la vibración de una cuerda tensada) y membranófonos (golpeando una membrana). Una cuchara y un tenedor, dos trocitos de palo, dos costillas de ternera fueron algunos de las materias primas de los instrumentos más simples, pudiendo los niños más afortunados probarlos ante el murmullo expectante de sus compañeros.

Una larga lista de instrumentos tradicionales que no dejaron indiferentes tampoco a los profesores que acompañaban a los escolares, destacando la expectacularidad de la gaita zamorana.

Paco Díez comenzó su andadura musical en 1975 y formó cinco años después el grupo La Bazanca. Entre A la Vega del Duero, grabado en 1981, y Romances de caballeros y doncellas, hay una dilatada producción discográfica.
 

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